Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

29 Jun, 2015

Al cierre de semana distancias entre Grecia y zona euro parecían alcanzables, pero políticas inamovibles se lo impedían

En las últimas dos semanas se dio una gran confrontación entre los voceros del nuevo gobierno griego; los gobiernos europeos de la zona euro; los organismos internacionales que participaron en la negociación y algunos gobiernos externos. Todos ellos entraron en un debate que resultó acalorado por la imposibilidad de las partes de llegar a acuerdos.

Era evidente que entre los griegos y sus acreedores la discusión parecía llevarlos hasta el límite, no obstante, que hacia finales de la semana pasada todo indicaba que un acuerdo estaba a punto de cerrarse, a más tardar el sábado pasado, pero las posposiciones y discusiones alargaron los debates.

“Las últimas horas han sido críticas, pero tengo el presentimiento de que, a diferencia de las tragedias de Sófocles, esta historia griega tendrá un final feliz”, —dijo Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, antes de dar comienzo a la Cumbre europea, el jueves pasado.

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, reclamó un acuerdo “antes de que abran los mercados el próximo lunes, 29 de junio”. Ese plazo fijado por la influyente canciller,  augura una ronda final de negociaciones, todo el fin de semana, para que el acuerdo sea ratificado en el Parlamento griego el domingo o lunes, y el alemán 24 horas después.

Pero importantes decisiones sobre transferencias de recursos para sacar a Grecia de incumplimientos con sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional, con la Banca griega, posibles reestructuraciones de préstamos bilaterales y otros préstamos multilaterales, a través del fondo de rescate de la zona euro, hacen pensar a algunos que se aproxima la salida de Grecia de la zona euro (Grexit).

De hecho, según los expertos, las posiciones de Grecia y sus acreedores no parecen demasiado alejados. Se han ofrecido ajustes por las partes, que rondan 4.5% del PIB griego, en dos años, mientras que los acreedores (la Comunidad Europea, el Banco Central Europeo y el FMI), planteaban elevar esa cifra a un 6%  del PIB.

Pero la desconfianza entre las partes, y las posiciones ideológicas extremas lo parecían hacer difícil de lograr.

“La incapacidad de llegar a un acuerdo supone un doloroso camino que llevaría a un impago de la deuda de Grecia y luego a una salida de la zona euro y, muy probablemente, de la Unión Europea”, escribió el banquero central de Grecia en su informe anual publicado sobre la economía del país.

*Economista

@acanovelez

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