José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

20 Oct, 2015

Billetes, cheques y tarjetas

Los billetes en circulación han aumentado en los últimos años. Es curioso: hemos retrocedido porque en países industrializados es al contrario: las monedas y billetes disminuyen, mientras los medios de pago electrónicos como tarjetas de crédito, débito o transferencias, aumentan.

Varias razones hay para ello, pero nos dice Agustín Carstens que ninguna es inflacionaria. El gobernador del Banco de México recalca: “Si hay algo donde el Banco de México no puede fallar, es en tener los billetes que demande la sociedad”. Tiene razón.

IR AL BANCO Y QUE NO HAYA BILLETES

Imagínese ir al banco un día y que no le puedan dar los billetes solicitados. En ese momento habría una estampida en contra de la banca mexicana.

Según las proyecciones del Banco de México para la siguiente década, la de 2020, los billetes empezarían a escasear. Por eso el instituto central decidió construir otra fábrica de billetes. Hoy en día, con tres turnos diarios, se encuentra la de Legaria. No se da abasto o, mejor dicho: pronto no se va a dar abasto. La nueva fábrica de billetes estará en Jalisco. En las clases de economía lo primero que enseñan es que el circulante puede ser inflacionario. Carstens nos dice que no es el caso o no adrede.

No se trata de un gobierno que busque financiarse echando a andar la máquina de dinero. El mayor circulante más bien se debe al crecimiento económico, el crecimiento poblacional, a la baja de precios (hace valer más a la moneda) y a dos factores clave: la Reforma Fiscal y a los cheques.

TARJETA DE CRÉDITO, MENOS USADA

La Reforma Fiscal tiene mucho que ver con que las personas hayan dejado de utilizar la tarjeta de crédito.

Está claro que muchas personas, al sentir que el SAT (Servicio de Administración Tributaria) las puede fiscalizar a través de sus tarjetas de crédito, han dejado de utilizar los plásticos y han preferido regresar al efectivo.

Las personas consideran que las tarjetas son un medio eficaz para fiscalizarlos. Sí, pero dejándolas de utilizar no logran eludir al fisco como ellas creen.

Los ingresos de las personas y empresas ahí están. Y mientras más información cruzada tenga el fisco, más sabrá sobre sus ingresos que dependen de sus proveedores, patrones, intercambios. Pero no del uso de tarjetas.

Las personas y las empresas, en lugar de utilizar más el plástico, impulsadas por una cruzada para pagar más con tarjetas en terminales puntos de venta, mejor prefieren utilizar el efectivo, por creer que así eluden al fisco. Se equivocan. No evaden el fisco porque no es un tema de gasto sino de ingresos como se da la fiscalización.

MENOS CHEQUES AL PORTADOR, MÁS EFECTIVO

El otro tema del uso de efectivo es el de los cheques. Los cheques son medios de pago que fueron sustituyendo al efectivo.

Lo raro es ver que el efectivo vuelva a tomar la delantera a los cheques. Sucede que hace un año el Banco de México se dio cuenta de que los cheques al portador tenían muchos fraudes. Para evitarlo, bajó la denominación de los cheques al portador de 20 mil a cinco mil pesos.

El menor pago con cheques al portador, también permitió el aumento de circulante y el uso de billetes en efectivo. Como vemos, el efectivo seguirá siendo un medio de pago común en México. Poco a poco deberá ir dejando paso a los medios electrónicos, pero todavía no.

MISCELÁNEA FISCAL SIN SORPRESAS

La miscelánea fiscal quedó sin sorpresas, con excepción del menor IEPS a bebidas con poco contenido calórico, por lo que las refresqueras están brincando de gusto.

De ahí en fuera, no hubo mucha mayor deducibilidad, por lo que el sector privado tampoco obtuvo todo lo que quería.

Más bien viene una deducibilidad mayor en el ahorro, que es indispensable. Y las variables clave se mantienen: el tipo de cambio a 16.40 pesos por dólar y la mezcla mexicana de petróleo a 50 dólares el barril. Resumiendo: un presupuesto responsable, aunque austero.

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