A días, acuerdo entre Pemex y STPRM

El acuerdo de Pemex, que dirige Emilio Lozoya, con el sindicato petrolero, que encabeza el senador Carlos Romero Deschamps, para modificar el esquema de pensiones, en los términos acordados en la reforma petrolera, incluye nuevos parámetros de jubilación para los actuales trabajadores,  pero lo más difícil ha sido que no se afecten los derechos adquiridos.

Un equilibrio delicado, que está a punto de concluirse, porque los petroleros aunque están en el apartado A del artículo 123 constitucional, también tienen un sistema de seguridad y salud independiente, y prestaciones similares a las del apartado B otorgadas por años a trabajadores al servicio del Estado.

Ayer se dio a conocer la pérdida neta de Pemex, por 167 mil 633 millones pesos, una vez que se conozca el acuerdo, comenzará la reversión. No toda porque la mayor parte de sus malos resultados está ligado a la caída de 40% del crudo este año, la contracción de otros 150 mil barriles diarios en la producción de crudo, por la importación a mayor costo de productos refinados, y por la absorción de los gastos de transformación de la paraestatal en una empresa pública del Estado, proceso que está en curso.

Insisto, el desafío de la negociación pensionaria se conocerá la semana que entra y aplicará también a trabajadores de confianza.

Lo que sabemos es que para las nuevas generaciones de trabajadores se aplicará un esquema de contribución definida, de cuentas individuales con aportaciones de trabajadores y empresas, esto es al sistema de afores, y con este paso avanzará la homologación del sistema nacional de jubilación, que al igual que el de salud es un gran trabuco por la cantidad de instituciones públicas que existen y los diferentes sistemas de administración que operan en ellas. Hay acuerdo para aumentar la edad de jubilación, y también para flexibilizar la asignación de trabajadores acorde con la nueva estructura. También se posibilita la separación voluntaria.

La complicada negociación reducirá el pasivo laboral de la empresa, que asciende a un billón 500 mil millones de pesos, esto es, casi la mitad del total de los pasivos (incluyendo deuda financiera) de Pemex.

Cabe recordar que de acuerdo con la reforma a la ley de Pemex, la Secretaría de Hacienda recibió el mandato de registrar en deuda pública el equivalente a la reducción de pasivos derivado del acuerdo Pemex-sindicato.

Por cada paso de reducción del pasivo hacia delante en la empresa, un peso se asume de la deuda pensionaria histórica, y obvio, se reflejarse en el saldo de deuda pública histórica, pero su crecimiento será “acotado y contenido”, se hará transparente y se desactivará una de las bombas de tiempo para la economía mexicana. ¿Cómo se pagará? Igual que como se está haciendo con la generación previa a 1997, cuando se inició el nuevo sistema que ahora requiere reforzarse para preservar el ingreso de los jubilados en condiciones dignas.

DE FONDOS A FONDO

La ABM y la embajada británica firmarán mañana un acuerdo de colaboración para ampliar los canales de cooperación y capacitación en servicios financieros y profesionales, en temas como proyectos de energía limpia, impulso a la emisión de los bonos verdes en el país, entre otros.

En la firma participarán Luis Robles Miaja, presidente de la ABM, el embajador en México del Reino Unido, Duncan Taylor y el honorable lord Francis Maude of Horsham, secretario de Comercio e Inversión del Gobierno Británico. Este importante instrumento se firmará  en el marco de las celebraciones del año Dual México-Reino Unido.

La venta de 49 por ciento de la participación accionaria de Pemex-Refinación (ahora en la filial que encabeza Miguel Tame, de la empresa Mexicana de Lubricantes a Impulsora Jalisciense de Salvador Martínez Garza, no sólo se justifica porque debe enfocarse en proyectos rentables en producción de hidrocarburos y transformación, sino que termina un conflicto añejo que en nada benefició a la competencia en México en el mercado de lubricantes. La vendió bien. Más de 800 millones de pesos.

Alguien nos comentó que al finalizar noviembre y después de 15 años de laborar como director de Comunicación Social de Nacional Financiera, que dirige Jacques Rogozinski, Alejandro Rodríguez Cortés deja la institución para buscar nuevos horizontes, y no dudamos que pronto lo haga dado que son pocos los comunicadores que tienen experiencia de 25 años en el sector financiero privado y público, donde la especialización se nota. Es probable que sea un candidato ideal para otro banco de desarrollo. ¿Ya se imagina cuál?