José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

13 Abr, 2016

Carlos Slim hace de las suyas

Carlos Slim regresa a las compras y, bajo su sello personal, vuelve a tomar una gran oportunidad para comprar una empresa barata con gran potencial en su gestión. Es su especialidad. Pero esta vez no lo hace en México. Ni siquiera en América Latina. El olfato inversor del empresario mexicano lo llevó a España, para aprovechar la crisis del ladrillo, que arrojó grandes constructoras y firmas inmobiliarias a precios baratísimos.

SE HACE DE FCC, RETALIA
Y CEMENTOS PORTLAND

Slim Helú acaba de adquirir la famosa constructora española FCC, Fomento de Construcciones y Contratas, junto con sus empresas asociadas, Realia, la firma de bienes raíces, y la cementera Cementos Portland. Fue un camino que tomó desde 2014. Y, tras varios aumentos de capital (el último fue de 700 millones de dólares), por fin llegó a la OPA (Oferta Pública de Adquisición), al tener más de 30% de las acciones. La operación ya fue autorizada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores, la CNMV de España. Se calcula que el nuevo conglomerado de compañías de Slim vale tres mil 400 millones de euros por su valor bursátil. Lo más importante no es tanto el valor actual, sino el potencial.  La economía española volvió a la senda del crecimiento y traerá uno de los motores esenciales de ese crecimiento (el boom español), la construcción y los bienes raíces. Ahí es donde Slim quiere estar.

EN ESPAÑA, DESDE FUTBOL
HASTA CONSTRUCCIÓN

Es curioso. El empresario mexicano, dueño de Telcel y Telmex, no había querido, o podido, entrar a España ni a Europa en general, por ser mercados maduros, con empresas caras que, además, estaban en euros. Sin embargo, la crisis española le dio la oportunidad. Y no la desaprovechó. No es la primera incursión de Slim en España. Ya lo había hecho con Real Oviedo, un equipo de futbol de segunda división, o también con acercamientos en La Caixa con Inbursa, o con el operador móvil Yoigo, donde apenas comenzó su inversión (tiene el 3%, pero ya lo conoce: ve el negocio, lo analiza y puede dar el zarpazo).

COMPRA OPORTUNIDAD, MEJORA GESTIÓN

Regresó el olfato de inversionista de Slim. Así fue en la década de los ochenta y noventa, cuando se hizo de un conglomerado de empresas a bajos precios y con gran potencial para gestionarlas mejor. En el camino de los años, algunas las vendió, como Cigatam, Loreto y Peña Pobre, Química Fluor, Ferrosur o El Globo. Otras forman hoy su grupo empresarial, donde destaca la evolución de Condumex. Ahora tiene las empresas reunidas en su actual grupo empresarial, Carso, encabezado por Sanborns y Condumex, y donde encontramos desde tiendas comerciales, como las mismas Sanborns y Saks Fifth Avenue, hasta Minera Frisco, Inmuebles Carso (donde tienen Plaza Carso en Polanco) o entrando al negocio petrolero con Tabasco Oil Company en Colombia y donde, hoy en día, se consolidan esos esfuerzos en Carso Energy (por si alguien duda de que está aprovechando la Reforma Energética). Y ni qué decir de Carso Infraestructura y Construcción.

DS KOPLOWITZ; SOROS, INDECISO;
SLIM SE ADELANTÓ

Carlos Slim siempre se lleva bien con los números. Suele tener una calculadora cerca y buena vista (textual, tiene buena vista) para ver los números. Ahí estaba la oportunidad en España y la tomó. FCC pertenecía a una de esas familias que hicieron fortuna durante el franquismo, la de Ernesto Koplowitz, que al heredar a sus hijas también heredó deudas y, con la crisis del ladrillo desatada por la recesión de 2008, la deuda de FCC pesó demasiado. Las hermanas Koplowitz (en particular Esther) buscaron socios internacionales. Vieron a George Soros. No se animó. Vieron a Carlos Slim y el empresario mexicano empezó a estudiar FCC, el potencial constructor por recuperar y las firmas aliadas, como Retalia en bienes raíces y Cementos Portland.

SLIM APUESTA A LA CONSTRUCCIÓN

Slim y su familia van a hacer lo que saben: gestionar mejor, operar la empresa. No dejar que los costos se salgan de control, pero invertir en darle potencial a la empresa. Así, Slim entra a España y a Europa, donde le había costado trabajo. Curiosamente, entra por una de las patas de su grupo, la de construcción y bienes raíces, a través de Inmobiliaria Carso, pero no por donde se pensaba, la pata de las telecomunicaciones (el esfuerzo para adquirir KPN, holandesa, no pudo concretarse ni comprar 100% de la compañía). El olfato inversionista de Slim regresó. Tómelo en cuenta, porque el tema de la construcción no es menor en España ni en México, sobre todo después de las crisis de las vivienderas, por un lado, y de ICA, por construcciones con el gobierno. Y Slim va por la construcción, su olfato inversor no le está mintiendo.

 

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