La nueva subsecretaria se siente bien

Una de las mayores fortalezas de José Antonio Meade, además de su bonhomía combinada con su inteligencia, es que ha sabido construir equipos muy sólidos, por ello es que el nombramiento de Vanessa Rubio como subsecretaria de Hacienda se convierte en un punto clave de la nueva etapa en su carrera como servidor público.

Una característica que define a Vanessa Rubio es la coherencia y sensibilidad, ejemplo de ello es el episodio que se dio en Baja California cuando el delegado de Sedesol en la entidad insistía en invitarla a cenar ofreciendo opciones de una larga lista de los mejores restaurantes de Tijuana. Vanessa Rubio, quien es de “buen comer”, sólo hizo una petición: “Que sea un lugar rico, pero no caro. Trabajamos en la Secretaría de Desarrollo Social, no podemos estar yendo a apoyar a la gente que más lo necesita y después ir a cenar a un restaurante lujoso, no se ve bien, pero sobre todo no se siente bien”.

Ahí la clave de la sensibilidad que se necesita de los funcionarios de Hacienda para sacar adelante un presupuesto que contempla un recorte de 239 mil 700 millones de pesos y que implicará, entre otras cosas, decenas de miles de despidos en la burocracia. No se trata de un tema de imagen, se trata de un tema de coherencia y ahí la próxima subsecretaria ha dado muestras de que tiene lo necesario y que además aportará aire fresco en la perspectiva de género en una de las dependencias más poderosas en donde todavía dominan ciertas dinámicas del club de Toby.

Como subsecretaria de Planeación y Desarrollo Regional en Sedesol comenzó a instrumentar alianzas y proyectos con organizaciones no gubernamentales como Save the Children, entidades multilaterales como el Fondo de Población de las Naciones Unidas México y FEMSA, además  lanzó una estrategia denominada “Desarrollo con Igualdad”, iniciativas que ojalá se mantengan ahora bajo el liderazgo de Luis Enrique Miranda Nava.

Una de las observaciones más comunes que escuché en voz de varios empresarios fue la falta de flexibilidad e incluso la percepción de que existía soberbia en Hacienda y que contrasta con la personalidad de Meade y su segunda al mando, Vanessa Rubio, con la cual trabaja desde hace una década, lo que permite que tengan un buen nivel de entendimiento y sincronía. Más allá de que la fisura entre Hacienda y el sector privado, que se generó luego de la Reforma Fiscal de 2014, se pudo subsanar, el abrupto cambio en la dependencia ofrece la oportunidad de mejorar la comunicación de la misma con todos los interlocutores en un momento de mucha intensidad.

Ayer platiqué en radio con Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, y me dijo que la lógica de aumentar el recorte en 50 mil millones de pesos adicionales a los 239 mil permitiría ya no tener que pedir prestado y pagar los intereses en 2017. El líder del sector privado afirmó que los 50 mil millones de pesos pueden salir de entidades descentralizadas como el INE, de los poderes Legislativo y Judicial, así como del Fondo de Participaciones Estatales y Fomento Municipal, que no rinden cuentas ni tienen transparencia. Aunque del otro lado están otras voces como la del jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera que reclama que el Fondo de Capitalidad apareció en ceros.

El nombramiento de Vanessa Rubio llegó al Senado ayer, y hoy tendrá que comparecer. Hasta ahora no he visto posiciones adversas de los legisladores, ojalá que su ratificación no sea tortuosa. Rubio será clave para el éxito de José Antonio Meade, quien enfrenta el momento más crucial de su carrera en el servicio público, en una coyuntura donde las finanzas del país están bajo la lupa. La virtud de Meade y de Rubio es que, contrario a los usos y costumbres han sabido construir equipos de trabajo basados en la meritocracia y no en el compadrazgo.

Además el éxito en esta tarea puede colocar a Meade con una gran ventaja como candidato presidencial, gracias a que tiene un perfil ciudadano que le ha permitido convertirse en el único funcionario federal transexenal de la alternancia PAN-PRI.