Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

27 Feb, 2017

Inaceptables, la pobreza y la corrupción

De quienes aspiran a ganar las elecciones en 2018, sólo Andrés Manuel López Obrador, “con propuestas sacadas del bote de basura,” como bien dice Francisco Martín Moreno, ha hecho propuestas en materia económica.

Los demás, en especial Margarita Zavala, Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle luchan en el PAN por ser candidatos, y en el PRI ni siquiera el Espíritu Santo levanta la mano.

El tema de la economía dominará las próximas campañas electorales, porque buena parte del hartazgo de la sociedad tiene su origen en lo mal que se maneja el gasto público y, sin duda, en el hecho de que, cuando menos desde los años noventa, la pobreza se mantiene realmente sin cambios.

Poco más de la mitad de la población mexicana es pobre y alrededor de una cuarta parte está en la pobreza extrema.

Los programas sociales elaborados por los gobiernos federal, estatal y hasta municipal cuando mucho han logrado que los pobres la pasen menos mal, pero ninguna ha sido eficaz para que en México haya menos pobres. Al mismo tiempo, el manejo del gasto público ha sacado hornadas de millonarios, también en los tres órdenes de gobierno.

La corrupción con dinero público y la pobreza no debieran ser características de un país como México, la decimoprimera economía del mundo, miembro de la OCDE y una de las grandes potencias exportadoras a nivel mundial. Alguien preguntaba hace días si el PRI podría ganar las elecciones de 2018 y la respuesta fue clara: “Tendrá posibilidades si es capaz de meter a la cárcel cuando menos a los dos Duarte, a Borge y a algunos de los burócratas de alto rango; si se deshace de dirigentes impresentables como Romero Deschamps y Aceves del Olmo; si es capaz de disminuir los salarios del poder Judicial y de varios de los organismos “ciudadanos” tipo INE y si logra convencer de que el combate a la corrupción va en serio”.

Pero, a fin de cuentas, esos son algunos de los pasos que deberá dar el siguiente gobierno, sea quien sea. México no puede hablar de avance cuando las tres cuartas partes de su población están en la pobreza.

Una de las causas fundamentales es el bajo crecimiento económico. En las últimas décadas, en América Latina sólo Haití crece menos que México, que avanza a un lastimoso promedio anual de 2%, mientras el grueso de América Latina ha crecido poco menos de 5% anual promedio. Con ese raquítico crecimiento están cerradas las oportunidades de progreso para la mayoría de la población y con ese escaso dinamismo no se puede esperar que los salarios mejoren en forma sustancial.

El fracaso de la alternancia PRI-PAN fue precisamente el hecho de que las cosas no cambiaron sustancialmente de un sistema a otro: siguieron dominado el escenario los mismos impresentables; la economía se mantuvo con su raquítico crecimiento y la corrupción se volvió azul.

México necesita una estrategia clara y firme que abra la puerta para que millones de mexicanos puedan salir de la pobreza; que modifique sustancialmente el comportamiento de quienes ejercen el poder y que, a fin de cuentas, adopte los rasgos de las naciones más desarrolladas, grupo en el que se encuentra el país, pero sólo por el tamaño de su economía.

Hasta el próximo lunes. No deje de seguirme en mi página de FB, Perspectivas de Luis Enrique Mercado.

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