David Páramo

Análisis superior

David Páramo

5 Dic, 2012

Clara visión

Ildefonso Guajardo difícilmente pudo haber caído mejor como secretario de Economía. Líderes de la iniciativa privada y también empresarios en particular lo ven como un hombre cercano, quien comprende bastante bien las necesidades del sector y, además, que tiene una gran capacidad para tender puentes.

La gestión de Bruno Ferrari terminó en medio de grandes fricciones con una buena parte de sectores de la economía, que sentían una gran necesidad del ahora ex funcionario por autoafirmarse e imponer su decisión.

Con Guajardo, aseguran, las condiciones son totalmente diferentes, puesto que se trata de un hombre quien tiene muy clara la visión de Enrique Peña Nieto.

Si bien es cierto que la época de la apertura comercial como se dio en México ha terminado, también es un hecho que cumplió cabalmente con la misión de modernizar al país y su economía.

Hoy el gran reto que tiene el titular de la Secretaría de Economía es utilizar de una mejor manera los acuerdos comerciales para desarrollar mayores cadenas internas y, por lo tanto, fortalecer el mercado nacional.

Sin embargo, tiene una gran claridad en la necesidad de seguir aprovechando la apertura comercial. El mismo sábado envió a un grupo de negociadores para analizar el TPP, que debe tener como principal objetivo el aprovechar este acuerdo para incluir a México en la ventaja de los países de oriente.

El clima de reconciliación y perdón será una divisa de los primeros días de la gestión de Guajardo.

Facturas

Las facturas comienzan a acumularse en contra de Gastón Azcárraga y quienes administraron Mexicana de Aviación, así como en contra de funcionarios como Juan Molinar Horcasitas, quien habría cometido gravísimos errores que redundaron en daño patrimonial en contra de accionistas e inversionistas de esa línea aérea.

La Asociación Sindical de Pilotos Aviadores esperó a que terminara la administración de Felipe Calderón para iniciar esta serie de acciones, porque en esta agrupación se tiene la convicción que en el sexenio pasado había una red de protección a favor de Azcárraga, a quien se le permitió no sólo engañar a los inversionistas de la línea aérea, sino también a los de Grupo Posadas, dejar que suspendieran operaciones unilateralmente, lo que dañó los activos de la empresa y su posibilidad de recuperación, así como tirar la empresa a Tenedora K sin haber cumplido ningún requisito y sólo salir de sus obligaciones financieras y legales.

La denuncia presentada el lunes por el gremio que preside Carlos Morineau tendrá que avanzar una cuesta muy elevada para poder demostrar que lo que algunos llamarían errores se trató de una acción orquestada por parte del que era autoridad junto con los empresarios.

Sin embargo, deja totalmente claro que no se perdonará, al menos fácilmente, el que la SCT haya dejado escapar tan fácilmente a Azcárraga y sus administradores, quienes no sólo han causado un grave daño a los trabajadores y acreedores de la línea aérea sino que, también, han sido una de las causas fundamentales por las que hoy se cuestiona seriamente a la Ley Federal de Concursos Mercantiles.

Molinar, durante su gestión, hizo mucho más daño que bien a la administración de Calderón. No únicamente por estas fallas, sino porque dejó en puestos fundamentales a algunos de sus amigos, quienes han hecho mucho daño al país.

Las acusaciones en contra de Azcárraga tienen muchísimo mayor grado de avance, puesto que no sólo están las de este gremio, sino las que mantienen Bancomext y Banorte por una gran cantidad de acciones fraudulentas.

Hay un ambiente en torno a que se debe buscar primero que los verdaderos responsables paguen y, después, pensar en el rescate de la línea aérea.

Ayer la juez Edith Alarcón se reunió con los acreedores para ver si se puede lograr una salida negociada que, necesariamente, tiene que partir por la quiebra de la línea aérea y a partir de ahí comenzar el salvamento de la marca y de la base de mantenimiento.

De hecho, existe una fuerte convicción entre los involucrados con esta negociación que la administración de Enrique Peña Nieto está trabajando en una salida que regrese a volar a Mexicana de Aviación, puesto que implicaría una importante victoria política.

Lo cierto es que la línea aérea no regresará de ningún modo a los tamaños que tenía, pero sí se buscará abrir un pequeño camino para que CMA regresara con una muy pequeña flota.

También lo hará sin Iván Barona. Ayer mismo la juez pidió información a la Comisión Nacional de Seguros y Fianzas sobre la solvencia financiera de este hombre. Le adelanto, no tiene los recursos que presume.

Vitro

Adrián y Federico Sada están tratando de hacer creer que tienen todo bajo control con el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, y que él se encargará de revertir la decisión de una Corte de Estados Unidos que impide la ejecución del convenio concursal al que se llegó en México.

Vayamos por partes. Entre los muchos errores que ha cometido el Ifecom, con la mala administración de Griselda Nieblas, destaca el que se permitió a la administración de Vitro que pusiera deuda intercompañías que tienen en una complicadísima pirámide, en la cual unas empresas son avales de otras y la deuda de alguna es asumida por otra como parte del convenio concursal.

Este acuerdo, que evidentemente beneficia a los hermanos Sada, resulta muy ruinoso en contra de los acreedores reales, es decir, aquellos quienes prestaron recursos de buena fe o compraron deuda, pero que al final del día se ven sumamente afectados por los errores durante el Concurso Mercantil.

Si bien es cierto que a finales de la administración pasada el gobierno mexicano trató de intervenir en la decisión del juez de Estados Unidos no lo logró y, por lo tanto, resultaría muy difícil creer que cambiaría la posición por el cambio de gobierno mexicano.

Un elemento que debe considerarse con muchísimo cuidado es que hay una muy fuerte presión del gobierno de Estados Unidos para proteger al grupo conocido como el de los acreedores reales.

Se trata de una lucha verdaderamente fuerte, en la cual parecería evidente que los hermanos Sada difícilmente se saldrán con la suya.