David Páramo

Análisis superior

David Páramo

5 Mar, 2013

Candidato de unidad

Javier Arrigunaga tiene entre sus principales habilidades ser un excelente negociador.

De formas suaves y amable, pero sumamente determinado al establecer sus puntos de vista, así como los de su gremio, el presidente del Grupo Financiero Banamex será elegido como candidato de unidad para presidir a la Asociación de Bancos de México.

Durante el periodo en el que Luis Peña pretendió presidir el gremio, Arrigunaga en todo momento dejó claro que él no competiría en contra del director de HSBC y que sólo consideraría la posibilidad de presidir el gremio si esa alternativa no funcionaba por las razones que fueran.

Tenía claro que Banamex tendría que asumir la representación gremial pronto, consideraba que un mejor momento sería en dos años, puesto que él en lo personal se encuentra sumamente ocupado con la administración del grupo financiero y de Aeroméxico, línea aérea en la que Banamex sigue siendo el principal accionista.

De hecho, no se reunió con nadie ni habló del tema de presidir el gremio hasta el día en el que Peña hizo público que retiraba su candidatura y recibió una gran cantidad de muestras de apoyo, puesto que se veía como la única opción viable en el entorno.

En todo momento dejó claro que él no iría a ninguna elección y que si aceptaba participar sería como candidato de unidad. No debe olvidarse que se había acordado que debería haber una votación en la cual cada uno de los 43 afiliados tendría derecho a expresar su posición; sin embargo, rápidamente los bancos que dominan la asociación hicieron que este punto fuera eliminado en la reunión que sostendrán hoy y, a no ser que pasara algo verdaderamente fuera del programa, tendrán a un nuevo presidente que tomará posesión algún día, cuando se realice la próxima convención bancaria dependiendo de la agenda del presidente de la República, Enrique Peña Nieto.

Arrigunaga ha dedicado estos días para reunirse con los bancos del sector A, entre los que están los que se sintieron más heridos con la oposición a Peña, el cambio de opinión sobre una elección, así como la falta de participación en los primeros niveles de la banca.

De hecho, gran parte de estos contactos han sido muy exitosos, puesto que existe una posición mucho menos beligerante y, en no pocos casos, incluso abiertamente positiva hacia el nombramiento de Arrigunaga.

Uno de los puntos que se tendrán que limpiar gremialmente es la posición de Peña, quien evidentemente no aceptaría de ningún modo ser vicepresidente del gremio o algún cargo similar. Se debe recordar que no sólo es representante de uno de los bancos más importantes del país y ha sido hecho a un lado en las dos últimas elecciones.

Misión

Tal como ocurrió hace cuatro años o hace dos, no faltarán los miembros de la ABM que digan que superaron la prueba y que no deberán volver a preocuparse si no es hasta dentro de otros dos años, cuando termine el periodo del directivo de Banamex.

Sin embargo, la problemática es mucho más grave. La inmensa mayoría de los afiliados a la ABM tiene claro que el modelo de gobierno es total y absolutamente anacrónico.

Hace cuatro años esta molestia significó la creación de la Unifim, que en su momento parecía que generaría un cisma en la representación gremial. Eso no sucedió, entre otras cosas, por la forma en que negoció Luis Niño de Rivera, quien luego de cuatro años en el cargo ahora se concentrará sólo en la dirección de Banco Azteca.

Es claro que la gestión de Arrigunaga necesariamente tendrá que dedicar una buena parte de su tiempo y esfuerzo a generar espacios mucho más democráticos y representativos.

Preocupación

Una historia que se vive recurrentemente en la aviación son las guerras de precios para tratar de ganar participación de mercado y, a partir de ahí, tratar de desplazar a los competidores.

Este negocio es de márgenes verdaderamente limitados y de ahí que disminuir los precios en contextos de alzas casi continuas en los precios de los combustibles resulta francamente preocupante.

Este esquema lo siguió en su momento Taesa, después Aerolíneas Azteca y mucho más recientemente Mexicana de Aviación (que sigue en Concurso Mercantil sin que nadie se atreva a decretar la quiebra) ha sido ruinoso no sólo para estas empresas, sino para la aviación en su conjunto.

Hay una primera señal de preocupación. El número de asientos ofrecidos por Volaris, Interjet y VivaAerobus ha comenzado a disminuir en destinos como Tijuana, Hermosillo, Ciudad Juárez, Monterrey e incluso Cancún.

Es necesario no perder de vista esta situación, puesto que podría generar problemas mucho más graves para el sector de la aviación. De hecho, debe ser una de las grandes preocupaciones para la SCT, encabezada por Gerardo Ruiz Esparza.

Sombra

La sombra de Juan José Suárez Coppel sigue siendo muy grande al interior de Pemex.

Mario Beauregard, director de Finanzas, nombró a Guadalupe Merino como subdirectora de Planeación y Presupuestación; David Ruelas, subdirector de Finanzas; Alex Hauser, coordinador de asesores de la Dirección de Finanzas, y Eduardo Colín en la coordinación de la dirección corporativa de administración.

Llama mucho más la atención que Patricia Osidach fue nombrada secretaria particular de Beauregard, cargo que desempeñó para Suárez Coppel y Esteban Levín.

Mesías

Si usted tiene la desventura o el poco tino de seguir a los iluminados del rencor como Purificación Carpinteyro, Javier Corral, Juan Molinar Horcasitas y hasta el lamentable Gustavo Madero, seguramente siente decepción porque no se ha presentado la reforma a la Ley Federal de Telecomunicaciones que, según ellos, sería como un tsunami, cónclave papal, terremoto y quién sabe cuántas locuras más.

Prometían que se presentaría desde hace dos semanas y ahora han decido quedarse callados, puesto que ante el desmoronamiento de sus dizque argumentos y la evidencia de que no iban de ningún modo en el camino del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto en materia de telecomunicaciones.