Realidad bancaria

El Pacto por México fue una idea de legitimación del gobierno de Enrique Peña Nieto que muestra, por un lado, la intención de destrabar la agenda de transformaciones que requiere el país y que se han detenido por las veleidades de los partidos políticos; por otra parte, la necesidad de crear figuras no institucionales demostrando su propia debilidad.

La estrategia del gobierno fue meter una serie de asuntos que son fundamentales para éste, como las reformas educativa, que ya fue aprobada, así como una
hacendaria y energética.

A cambio el gobierno permitió que entre los compromisos se establecieran cualquier cantidad de ideas y hasta ocurrencias de las otras fuerzas políticas. La reforma a las telecomunicaciones es un claro ejemplo, pues se integró con los inventos de algunos iluminados.

El ejemplo más sintomático fueron las autonomías de la Comisión Federal de Competencia y la creación del IFT. Se dejó que el grupo de iluminados de Javier Corral, Purificación Carpinteyro y demás establecieran ideas que van en contra del propio gobierno.

De hecho, los legisladores del PRI han tenido que establecer en una y otra ocasión que estas autonomías se dieron por excepción, casi como una muestra de buena fe en los acuerdos, pero que no permitirán que se dé ninguna otra pues se debilitaría al gobierno.

Decreto

Algo similar sucede con la “reforma” financiera a la que algunos tratan de dar valor por la gran cantidad de leyes que serían cambiadas.

Lo que no consideran es la cantidad de leyes orgánicas de los bancos e instituciones de fomento. Con un solo cambio a ellas se cumple la mayoría de los cambios.

El génesis de los dos compromisos dentro del Pacto por México que dan pie a esta iniciativa pueden resumirse en las ideas, que también podrían calificarse como simples buenos deseos de sectores empresariales que piden más
créditos a menores tasas.

Una buena parte de las cúpulas de la iniciativa privada, de ésas que les gusta el comunismo en las vacas de su compadre, es decir, que los bancos no prestan suficientemente y además que cobran muy caro por los financiamientos sin hacer ninguna clase de consideración sobre el negocio bancario.

Como le hemos informado en esta columna, en estas negociaciones se ha llegado al extremo de pedir a los bancos que presten a menos de costo y que el gobierno establezca una serie de sanciones.

Comparación

Cuando se ha tratado de documentar la supuesta falta de financiamiento bancario en México se toman comparaciones de otros países que no responden a la realidad.

Se dice que mientras en México la penetración del crédito es de aproximadamente 28% del PIB, en Brasil llega hasta 50%. Sin embargo, en la cifra de ese país sudamericano se suman la operación de la banca de desarrollo, los bancos propiedad estatal que están en el sector comercial y todas las agencias de crédito.

Si en México se suman la banca de desarrollo, Infonavit, Infonacot y todas las agencias gubernamentales que dan financiamiento se llega a poco más de 40% del PIB, es decir, la diferencia no es tanta.

Se usa también al modelo chileno sin considerar que fue en 1982 cuando la banca de aquel país quebró y desde entonces no han tenido un quebranto como los que han sido tradicionales en México.

No debe olvidarse que en ese año José López Portillo estatizó la banca. Que a principios de la década de los 90 fue mal privatizada, pues se hizo sobre supuestos erróneos y en 1995 estalló una crisis que destruyó al sistema financiero mexicano, al grado que se tuvo que abrir totalmente la puerta a la
inversión extranjera.

Lustro

De acuerdo con la propia explicación de Agustín Carstens, de los últimos 18 años de la banca mexicana sólo los últimos han sido buenos, al grado que las instituciones nacionales fueron las primeras en cumplir con los lineamientos de Basilea III.

Debe destacarse que durante los últimos diez años la banca ha crecido con una gran sanidad a un ritmo tres veces superior al del PIB, es decir, miente quien diga que los bancos se encuentran en una zona de confort en la cual hay una baja competencia.

Bancos y autoridades ya acordaron pedir a la Comisión Federal de Competencia un estudio sobre la competencia en el sector que, sin duda, demostrará que se trata de uno de los sectores más competidos de la economía.

Cinco o seis bancos tienen 70% del mercado global. Habría que preguntarse cuántos sectores de la economía tienen tal cantidad de participantes por un porcentaje del mercado. Telmex y Telcel solos tienen participaciones superiores de mercado en telefonía fija y móvil.

Competencia

Esta aseveración, muy simplona, tampoco considera la competencia que se da por segmentos y por regiones. No es lo mismo un producto masivo que un especializado ni por regiones.

Bastaría ver las participaciones de mercado que tienen en sus regiones instituciones como Banco del Bajío o Banregio con respecto a las instituciones nacionales.

Otro de los alimentos de la leyenda urbana de que los bancos prestan poco y caro a sectores como las pymes tiene que ver con la visión absurda de cuánto pagan por los depósitos y cuánto cobran por los créditos.

Esto se trata de otra gran falsedad, pues no se consideran ni el costo del capital ni cuánto implica para un banco la recuperación de un crédito. México tiene un sistema bancario que cumple los más altos estándares internacionales, con un sistema judicial que está calificado entre los menos eficientesdel mundo.

Mientras que en los países que han sido tomados como supuestos argumentos los tiempos para recuperar las garantías son verdaderamente cortos, en México puede llevar demasiado tiempo.

En su momento se creyó que la Ley de Concursos Mercantiles contribuiría a disminuir el costo del crédito porque daría plazos ciertos y determinados para la resolución de controversias; sin embargo, la forma en que se ha operado el caso de Mexicana de Aviación es verdaderamente lamentable.

Desmentido

El secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, envió una carta en la cual desmiente los dichos del líder sindical de ASPA. En función del espacio, le daremos la debida atención a la misiva del funcionario en nuestra siguiente entrega. Por lo demás, resulta lógica y verosímil su posición.