Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

23 May, 2013

Habrá directiva de SCT para reordenar vuelos en AICM y criterios confrontan a Canaero

Estos días son determinantes para avanzar en el tema de la reubicación de horarios de despegues y aterrizajes en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), lo que comúnmente se denominan slots.

Hasta donde se sabe, la Cámara Nacional del Aerotransporte (Canaero) ya puso en la mesa su propuesta, producto de pláticas con Aeroméxico de Eduardo Tricio, Interjet de Miguel Alemán, Volaris de Pedro Aspe, VivaAerobus de Roberto Alcántara y Aeromar de Zvi Katz.

Como era previsible, le confirmo que hubo temas que de plano fueron imposibles acordar al interior de ese gremio presidido por Guillermo Heredia, como también aspectos que la industria no logró consensuar con la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), de Alexandro Argudín.

Por tal motivo, le adelanto que ya se escalaron al ámbito del secretario de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, con quien la Canaero se reunirá en breve para someterlos a su consideración. Le puedo anticipar que muchos no son negociables para la autoridad.

El gobierno no está dispuesto a subordinar la seguridad a los intereses particulares de las aerolíneas, de ahí que puede dar por hecho que el acuerdo para la reasignación de slots para sacar aproximadamente 80 vuelos en las horas pico va a ir acompañada de una directiva obligatoria.

Son alrededor de 40 vuelos excedentes entre las 06:00 y 09:00 de la mañana y otro tanto para la franja que va de las 06:00 de la tarde a las 08:00 de la noche. Dichas operaciones tendrán que pasarse fuera de esos horarios, en los que ya se registran más de 63 movimientos por hora.

Las aerolíneas están de acuerdo en ese principio, pero no en los criterios que determinarán quiénes tendrán que sacrificarse. La DGAC les planteó que los elementos que tomará en cuenta van desde la llamada cláusula “del abuelo” hasta la puntualidad en el uso de slots.

Sin embargo, también están jugando en la decisión aspectos como la antigüedad de la flota y eficiencia de los aparatos, que pueden terminar por dejar sin efecto el beneficio de primero en tiempo, primero en derecho: o sea la cláusula de antigüedad o del “abuelo”.

Aeromar, que dirige Fernando Flores, es estrictamente hablando la que más tiempo lleva explotando los slots del AICM, incluso más tiempo que Aeroméxico, si se considera que tras su quiebra de 1988 y su posterior resurgimiento como Aerovías perdió ese derecho.

Aeromar está presente desde 1987 y tiene derechos adquiridos, pero el problema es que sus aviones modelo ATR-42 son de turbohélice y la aplicación de un criterio de eficiencia los dejaría fuera frente a los jets de Aeroméxico, Viva Aerobús, Interjet y Volaris.

Pero al aplicarse el requisito de la puntualidad a Aeroméxico, que dirige Andrés Conesa, con todo y su cláusula del “abuelo” no sale bien librado, como tampoco la libra VivaAerobus dada la antigüedad de sus Boeing 737 con que viene operando.

El estigma para Interjet y Volaris, que dirigen respectivamente José Luis Garza y Enrique Beltranena, es que boicotearon el posicionamiento del aeropuerto de Toluca que prácticamente les mandó construir el entonces gobierno de Enrique Peña Nieto en el Estado de México.

Sus entradas al AICM fueron a partir de vacíos en la ley, resquicios legales y aprovechando la suspensión de operaciones de empresas como Aerocalifornia de Raúl Aréchiga, Aerolíneas Azteca de Leonardo Ávalos y Aviacsa de Eduardo Morales Mega.

Pero sobre todo de Mexicana de Aviación, que al no ser decretada formalmente en quiebra, sus slots y rutas siguen protegidas por el Concurso Mercantil. Esa incertidumbre jurídica pone en riesgo los slots de Interjet y Volaris que se abrieron paso como pudieron.

Nada más como dato adicional considere que de los slots semanales del AICM, cerca de dos mil 97 los tiene Aeroméxico, dos mil 93 eran de Mexicana, 590 de Aeromar, 531 eran de Aviacsa, 440 eran de Aerocalifornia, 275 de Aerolíneas Azteca y 75 de Magnicharters.

Inbursa y Bajío

Las próximas dos semanas van a ser determinantes para GEO. Durante ese lapso FTI Consulting, de Brock Daniel, tendrá elementos concluyentes para saber si vuela o no el plan de reestructura financiera que le presentó Fians Capital, de María Eugenia Sidaoui.

El banco de inversión que contrató Luis Orvañanos ha venido trabajando con el asesor externo de los cinco acreedores bancarios más importantes.

De hecho éstos ya integraron un comité que es encabezado por Banorte, de Alejandro Valenzuela, y Banamex-Citi, de Javier Arrigunaga. Incluya ahí además al HSBC de Luis Peña, BBVA-Bancomer de Vicente Rodero y Santander de Marcos Martínez.

Todos ya expresaron su disposición para suscribir un stand-still, no obstante que el riesgo de nuevas acciones legales es latente. Le informé en su momento la demanda de Scotiabank.

La institución dirigida por Troy Wright reclama una deuda cercana a los 150 millones de pesos. Pero no es el único que está fuera del comité. Apunte también a Inbursa de Carlos Slim con alrededor de otros 650 millones de pesos y Banco del Bajío de Salvador Oñate con 100 millones más.

InBev a capilla

Fíjese que trascendió que el secretario ejecutivo de la Comisión Federal de Competencia, Ali Haddou, está dilatando la entrega de la resolución final de ese organismo relativa a la investigación por presuntas prácticas monopólicas de Modelo y Cuauhtémoc Moctezuma en el mercado de las cervezas.

El retraso hace pensar a más de uno que el funcionario no quiere emitir el Oficio de Presunta Responsabilidad contra AB-InBev, que representa aquí Ricardo Tadeu, y Heineken, que dirige Marc Busain, y que se estaría en una fase de negociación con ambos grupos para que ofrezcan una propuesta a la instancia que preside Eduardo Pérez Motta, a fin de que no los declaren culpables.

En todo caso, ya no falta mucho para conocer el derrotero. De acuerdo con los tiempos, sería el 12 de junio la fecha límite para que este caso se desahogue legalmente.

Comex rezaga

Otra operación que ya se desfasó en tiempo es la autorización a Sherwin-Williams para que asuma Comex, la de Marcos Achar.

El anuncio de la compra se hizo el 12 de noviembre y la misma comisión que preside Eduardo Pérez Motta se tomó los 45 días hábiles que prevé la ley para analizar la concentración.

En Estados Unidos y Canadá la transacción no tuvo mayores problemas, no así aquí en México, donde se dará una concentración cercana a 61% del mercado de pinturas. De ahí que la instancia antimonopólica esté analizando a conciencia el expediente.

Este va ser otro de los últimos casos que sancionará el actual pleno de la Comisión Federal de Competencia.