David Páramo

Análisis superior

David Páramo

29 May, 2013

Preparemos la huelga

La posibilidad de que el sindicato de sobrecargos estalle la huelga en Aeroméxico es cada vez más cercana, no sólo porque el tiempo se está agotando sino por la posición intransigente del sindicato que encabeza Ricardo del Valle.

Ayer el líder de ASSA, acompañado de altos mandos de la Unión Nacional de Trabajadores, informó que había disminuido su pretensión de aumento salarial de diez a 5% más 3% en prestaciones. Se trata de una cortina de humo puesto que ese no es el fondo del problema.

Vayamos por partes. De entrada es prácticamente imposible que en cualquier industria se den aumentos salariales por arriba de 5% tal y como lo demuestran las revisiones salariales que se han dado en el último año y medio. El sindicato oculta que el aumento que están pidiendo en prestaciones se trata, en una gran medida, de boletos de avión que piden que puedan dar a sus familiares y hasta heredarlos.

El corazón de la discusión tiene que ver con la revisión de algunas de las cláusulas del contrato colectivo de trabajo entre las que destaca contratar bajo normas diferentes a los sobrecargos a partir de la revisión del contrato, es decir, no se pretende quitar prestaciones a los más de mil trabajadores de esta categoría en Aeroméxico, pero sí a los que entren a trabajar.

Según Del Valle el salario de los sobrecargos, que comienza en los diez mil pesos más prestaciones, es muy poco. No nos detendremos a considerar cuánto es mucho o poco por el tipo de trabajo en un país en el que la media salarial es de seis mil pesos, pero sí es necesario puntualizar que si el salario no fuera económicamente correcto, pues entonces no habría una gran cantidad de solicitudes de trabajo.

En este punto, la administración de Andrés Conesa no está quitando una prestación puesto que, por ley, no puede tenerla alguien que no tiene la característica de trabajador por lo que si se crea una categoría nueva será cuestión de mercado si hay o no solicitudes de trabajo.

UNT

El que Del Valle haya buscado el arropamiento de la UNT sólo confirma nuestro adelanto en el sentido que el líder sindical está buscando un verdadero escándalo que catapulte su carrera político-sindical y que, de paso, cree una crisis dentro del sector de la aviación.

Como hemos advertido en este espacio, la intención del líder de ASSA es estallar la huelga. Si tiene suerte, el gobierno aplicará la requisa. A partir de ahí pretenderá que se cree una mesa de diálogo en la cual el tema no sea únicamente Aeroméxico sino la intención, al más puro estilo de la CNTE, de forzar un rescate de Mexicana de Aviación.

No vaya siendo que como ahora todo se quiere arreglar a través de la mesa del Pacto por México sus miembros ahora también quieran solucionar los problemas de la aviación y, en una de esas, hasta la incapacidad del Cruz Azul para lograr campeonatos.

La estrategia del líder sindical enfrenta una larga serie de problemas.

Pública y reiteradamente, el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, ha dicho que no aplicará la requisa si no ve que hay un esfuerzo serio de las partes por lograr una solución, es decir, que si luego de intensas pláticas no se cierran las posiciones y estalla la huelga sí sería un camino. Advierte que no lo hará si se utiliza como medio de negociación.

Solo

El líder de ASSA dice que los sobrecargos están listos para la huelga, lo cual es una medio mentira. Quienes desean que estalle la huelga son los miembros de ASSA adscritos a Mexicana de Aviación porque tienen la peregrina idea que un clavo saca otro clavo.

La mayoría de los sobrecargos de Aeroméxico no ven como una buena idea la huelga puesto que saben que, en una de esas, el daño económico que se causaría a la empresa (depende a quien le pregunte la cifra ronda entre 100 y 150 millones de pesos diarios) se fortalecería el recurso interpuesto por la administración de Conesa de conflicto de naturaleza económica.

Para muchos no es casual que el líder les haya mentido al momento de presentar el emplazamiento a huelga, pues le dijo a su asamblea algo así como que era momento de que Aeroméxico compartiera su prosperidad, cuando la empresa enfrenta problemas sumamente serios que, incluso, podría llevarlos al Concurso Mercantil.

De proceder este recurso, además, la administración de Aeroméxico podría seguir con los contratos colectivos de pilotos y trabajadores de tierra.

Rotos

La forma en que se dio el apagón analógico en Tijuana sólo demuestra la pésima gestión de la administración de la Cofetel, que preside Mony de Swaan, puesto que se termina castigando a quienes no tienen acceso a televisión de paga o a los decodificadores, es decir, los más pobres.

Desgraciadamente, se confirmaron todos los señalamientos que se expresaron en esta columna, en el sentido de que se dejaría afuera a una gran cantidad de personas, quienes por fallas en el diseño no tuvieron acceso a los convertidores y no lo tendrán, puesto que el precio es sumamente elevado para ellos (supera los 800 pesos) y evidentemente no tienen acceso a comprar televisores de última generación.

Más allá, a los genios que hicieron este programa piloto se les “olvidó” que la señal de televisión analógica para ciudades como Rosarito y Ensenada se genera en Tijuana, es decir, también los dejaron sin televisión analógica.

No vale la pena entrar al debate sobre las innumerables ventajas que tiene la televisión digital o que las empresas de televisión abierta no sólo están listos y preparados sino ansiosos por dar este servicio en beneficio de sus usuarios.

Tijuana se tomó como la primera ciudad para realizar esta prueba piloto y el resultado fue un rotundo y verdadero fracaso. Lejos de ser un momento de felicidad y bienestar para los habitantes de esa ciudad fronteriza se ha convertido en un verdadero problema político para el alcalde de la entidad.