Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

5 Jun, 2013

Huevo e inflación: la disyuntiva

La afectación que tuvo la producción de huevo en México por el efecto de la gripe aviar (H7N3), según la Senasica de Enrique Sánchez Cruz, ha sido controlada. Sin embargo, no para todos los actores que participan, públicos y privados, en el restablecimiento del equilibrio en el mercado del huevo.

Este tema, junto con otros de carácter agropecuario, ejemplifican el por qué la política monetaria en México tiene una camisa de fuerza efectiva para poder influir en la baja de precios de alimentos, combustibles y otros que están influyendo en la elevación –pareciera estructural– de los precios al consumidor.

El Banco de México, que gobierna Agustín Carstens, tiene el tema en el radar y es prioritario, pero la información no siempre considera los efectos coyunturales o directos que pueden tener sobre la agricultura tanto la devaluación del tipo de cambio (dada la enorme dependencia de la importación de grano forrajero, sorgo y soya que subieron en las últimas dos semanas diez por ciento al productor porque el peso se depreció en poco más de un peso frente al dólar) y por la ausencia de estructuras de capital de riesgo en México que permitan consolidar cadenas de valor agropecuario).

Fideicomisos Instituidos en Relación con la Agricultura, (FIRA), de Rafael Gamboa, puede ser muy eficiente, pero los agroproductores organizados lo consideran muy caro para financiar, por ejemplo, el repoblamiento de la parvada afectada. Prefieren ir con sus recursos, poco a poco, antes que pagar las tasas FIRA.

En 2012, según la Unión Nacional de Avicultores, que preside Jorge García de la Cadena Romero, se produjeron cinco mil 352.6 millones de toneladas de huevo, pollo y pavo, con un valor de producción de 113 mil 573 millones de pesos, descontando el impacto que tuvo para la industria avícola la contingencia sanitaria en Jalisco, principal productor de huevo y carne de pollo, pues abastece 55% de la demanda nacional.

La contingencia implicó el sacrificio de 22.5 millones de gallinas ponedoras en Los Altos de Jalisco, con un impacto económico de nueve mil 500 millones de pesos. En términos relativos, la oferta de huevo sólo el año pasado se redujo en 5.79%, en tanto que a producción de carne de pollo solo aumentó 1.8 por ciento. En una serie más amplia (1994-2012) el aumento en la producción de huevo por año es de 2.8% –por arriba de la población– y la de pollo crece a un ritmo anual de 4.3 por ciento.

A eso sume la contingencia de este año. El rebrote de la influenza aviar en Guanajuato condujo al sacrificio de 4.1 millones de aves ponedoras, con pérdida de 500 millones de pesos. Cada gallina pone un huevo al día, y los mexicanos consumimos un huevo diario, de manera que la falta de 26.6 millones de gallinas en una parvada de 137 millones de gallinas ponedoras, implica una disminución de 6% y la reposición en ciclo normal (sin contingencia) ¡toma 120 semanas!, para que los avicultores puedan absorberla. Con contingencia, pues les va a tomar como un año y eso a marchas forzadas. De ahí el problema estructural.

La solución al problema requiere algo más que buena intención. Los avicultores han presentado un programa para repoblar la parvada y darle estabilidad a la producción avícola con mayor encadenamiento productivo, pero también están trabajando de la mano con Senasica porque se requieren medidas adicionales para asegurar que no exista un “rebrote” de la influenza o alguna mutación en el virus. La erradicación del riesgo toma cerca de un año y en ella hay que invertir, pero involucra a todos los productores, millones de dosis de vacunas, establecer medidas de bioseguridad en cada granja, en las carreteras, certificados fitosanitarios como escudo de trazabilidad, cambiar la forma de transporte de la gallinaza y la pollinaza (desecho) y asegurar su industrialización eficiente.

Se requiere que FIRA –principal intermediario financiero en actividades agrícolas– cambie su forma de ver al campo y, por ende, que la Junta de Gobierno del Banxico le autorice alternativas que efectivamente logre el repoblamiento de parvadas, hatos, infraestructura agropecuaria. ¿Qué pasaría si, de la mano de los hacedores de política y los productores, acompañaran el cambio estructural que requiere el campo? Tal vez, la política monetario-financiera tendría mayor influencia sobre variables hoy no conocidas por el merado financiero, pero sí por el mercado real, ¿no cree?

De Fondos a Fondo

Durante la XII Convención Nacional de la American Chamber se formalizó la elección de Ernesto Hernández,  presidente y CEO de General Motors México, como presidente de la American Chambers México a partir del primero de julio. Releva a Carlos Paz Soldán, CEO de Procter and Gamble para México y Centroamérica. En el mensaje de aceptación del cargo por elección, Hernández fue muy reconocido por directo, corto, sencillo y práctico.

Él se comprometió a trabajar con los “diferentes sectores económicos y de gobierno fomentando el incremento a la competitividad, promoviendo inversión y generación de empleos, fomentando transparencia en el desarrollo y aplicación de normatividad contemporánea y en general, contribuyendo a consolidar un Estado de derecho y una economía de mercado”. ¿Algo más?

Por cierto, el evento que versó sobre la innovación, tuvo como principal orador al secretario de Educación, Emilio Chuayffett, pero el colmo fue que la información se perdió luego de la polémica que desató la presunta venta de pruebas ENLACE, a la que el secretario respondió señalando que no tenían ninguna información que pudiera probar la denuncia y que sí podría ser una jugada más de descalificación del grupo elbista.

Y el que aceptó que la CNBV, que preside Jaime González Aguadé, sí sabe contar, es el senador perredista Mario Delgado. Ahora no hizo conferencia de prensa, pero reconoce que las cifras que le proporcionó el órgano de supervisión bancaria en materia de deuda estatal y municipal son correctas. El saldo de la deuda bancaria CNBV son correctas; y que el saldo de la deuda de estados y municipios con bancos, al cierre de febrero de 2013, asciende a 376 mil 382 millones de pesos.