David Páramo

Análisis superior

David Páramo

5 Jul, 2013

Mexicana y Aeroméxico

Una de las maneras que hay para comprender las mentiras y engaños de Ricardo del Valle a los agremiados de la Asociación Sindical de Sobrecargos de Aviación es tender un puente entre el pleito que alienta contra la administración de Aeroméxico y la situación que guarda el concurso mercantil de Mexicana de Aviación.

¿En qué punto se encuentran ambos asuntos?

Primero. La línea aérea dirigida por Andrés Conesa tuvo que reactivar el conflicto de naturaleza económica derivado del contrato colectivo a los sobrecargos toda vez que la compañía considera que fueron engañados por el líder sindical durante las negociaciones del contrato colectivo de trabajo, así como el acuerdo (firmado con el secretario del Trabajo, Alfonso Navarrete Prida, como testigo) para los sobrecargos que aún no ingresan a trabajar.

El resultado neto es que ahora el contrato colectivo de trabajo de los sobrecargos activos de Aeroméxico será resuelto por autoridades judiciales. La empresa había aceptado mantener sin cambio ese contrato colectivo con la condición de que antes del primero de julio se determinaran las cláusulas de otro contrato colectivo para las nuevas contrataciones.

La administración de Conesa considera que si bien los sobrecargos ganan mucho más que Volaris e Interjet, razonablemente hubieran podido mantener este contrato, pero la falta de visión del líder sindical ha puesto en riesgo a los sobrecargos activos por defender derechos inexistentes de personas que aún no son trabajadores porque no han sido contratados.

En esta columna lo advertimos con oportunidad. Si es una autoridad la que tiene que determinar si Aeroméxico puede cumplir o no el contrato colectivo hay una elevada posibilidad de que los trabajadores pierdan condiciones que hoy tienen. Hasta el primero de julio ese riesgo había desaparecido. Hoy, en el mejor de los casos, se ha vuelto de 50 por ciento.

Es absurdo y ridículo que, supuestamente por defender el interés de personas que no son miembros del sindicato, Del Valle siga extendiendo el pleito con mentiras, como ocultar información a sus agremiados e incluso darles datos falsos a través de canales oficiales.

Mexicana

Segundo. La situación de Mexicana de Aviación es insostenible. Navarrete Prida ha hecho llamados insistentes a la juez que lleva el concurso mercantil para que defina la situación, puesto que la indefinición es lo peor que le puede pasar a los trabajadores y acreedores en general.

Edith Alarcón ha mantenido artificialmente el concurso mercantil. Quizá lo hace con menos arrebatos histriónicos y sospechosos como su antecesor Felipe Consuelo, quien supuestamente está siendo investigado por el Consejo de la Judicatura, pero en el fondo sigue siendo lo mismo.

Que supuestamente hay inversionistas, que no pueden demostrar que tienen dinero, que ya llegaron otros; que la SCT está bloqueando el convenio concursal, que siempre no. Que Gerardo Badín ya logró un convenio con los acreedores. Que no están incluidos Banorte y Bancomext, las dos instituciones financieras que tienen la mayoría de la deuda de esa línea aérea.

La realidad es que se mantiene el peor de los mundos para todos. La masa del concurso mercantil es cada vez menor. MRO, la base de mantenimiento, no está dentro de estos recursos. La marca tampoco.

Es claro que la recuperación de activos será verdaderamente complicada. Por un lado están las acciones legales del Servicio de Administración Tributaria, encabezada por Aristóteles Núñez, en contra de Gastón Azcárraga y quienes administraron la línea aérea.

Sin embargo, no son las únicas acciones legales. Están los temas que involucran los fideicomisos que se constituyeron en garantía de la venta de boletos y en los que, aparentemente, hubo transacciones indebidas.

La Asociación Sindical de Pilotos de Aviación, encabezada por Carlos Morineau, ha retomado acciones legales en contra de la administración de Azcárraga, puesto que consideran que tomó acciones lesivas en contra de sus agremiados.

Unión

En la cabeza del líder de ASSA y su Comité Ejecutivo, que tiene una gran cantidad de sobrecargos que provienen de Mexicana de Aviación, se tiene que llevar al límite la tensión con Aeroméxico para generar una crisis que obligue al gobierno a intervenir en un rescate de la aviación.

Del Valle pretendió estallar la huelga en Aeroméxico creyendo que el gobierno aplicaría la requisa; sin embargo, el titular del Trabajo rápidamente cerró esa puerta y presionó para evitar la huelga. De hecho, hizo que la administración cediera en el contrato colectivo a cambio de una mesa de trabajo para hacer el contrato de los nuevos sobrecargos.

Sin embargo, Del Valle firmó el convenio sin intención de cumplirlo. No sólo escondió que desde el 18 de junio ya estaba listo el clausulado y envió un comunicado oficial a sus agremiados diciendo que tendrían hasta el 15 de julio para firmar el contrato que aplicaría a los nuevos sobrecargos (no olvide que desde hace ya mucho tiempo pilotos y trabajadores de tierra firmaron contratos similares), cuando en realidad era el primer día de este mes.

En las reuniones que han tenido los secretarios del Trabajo y de Comunicaciones y Transportes siempre les han dicho que estarán a favor de los trabajadores, cuando sólo pueden ser vistos como gestos de buena voluntad. En ningún momento han logrado algo que parezca que el gobierno hará un rescate de las líneas aéreas.

Suicida

La apuesta del líder sindical de los sobrecargos es francamente suicida. No existen condiciones a través de las cuales alguien pueda pensar en que el gobierno rescatará a Mexicana de Aviación utilizando fondos públicos.

No se dio una crisis sistémica en la aviación. No se han registrado en ningún momento del concurso mercantil problemas de conectividad ni de precios en buena medida porque Volaris, Interjet y VivaAerobús tomaron una buena parte del mercado.

Contario a las mentiras que ha propalado Del Valle, Aeroméxico está lejos de un buen momento financiero y está teniendo serios problemas para mantener esa elevada estructura de costos. Sin embargo, no se encuentra cerca de un concurso mercantil.

Así pues, la apuesta del líder sindical de los sobrecargos es totalmente equivocada. Descomponer Aeroméxico no va a ser la solución para Mexicana de Aviación. Sólo está poniendo en riesgo las fuentes de trabajo de sus compañeros, quienes deberían tomar acciones contra un líder sindical que es su peor enemigo.