David Páramo

Análisis superior

David Páramo

14 Nov, 2013

Increíble justificación

Un legislador, con mejores intenciones que ideas, opinó sobre lo publicado ayer en esta columna: considerando lo “chafitas” que eran los borradores sobre regulación secundaria a la llamada reforma a las telecomunicaciones que medio han circulado en el Congreso de la Unión, sería mucho mejor esperarse al año próximo para que lo hagan bien.

En la entrega de ayer advertimos que de ninguna manera podía aceptarse que, por los pretextos que fuera, no se cumplieran las fechas constitucionales para tener el 9 de diciembre a más tardar la regulación secundaria de la que, dicen, es una reforma estructural a las telecomunicaciones.

Fue el Pacto por México el que diseñó la iniciativa y ambas cámaras del Congreso de la Unión las que aprobaron por abrumadora mayoría. No puede aceptarse que ahora digan que no han tenido tiempo de hacer la regulación secundaria y que realmente no pasaría nada si no cumplen el plazo que ellos mismos fijaron en la Constitución.

Seamos muy puntuales. Si no hacen el trabajo al que se comprometieron sólo demostrarían que no están verdaderamente interesados en transformar el país, sino en ver la cara a los mexicanos prometiendo cambios que no están dispuestos a hacer por su incapacidad, mezquindad o corrupción.

No puede aceptarse que mexicanos que prometieron cumplir y hacer cumplir la Constitución no lo hagan sólo porque son “chafitas” los borradores. Los plazos, que ellos fijaron, deben ser suficientes para hacer el trabajo extraordinario que merecen los mexicanos.

Es tan inaceptable que no cumplan o que lo hagan mal, puesto que más allá de lo que pusieron en la Constitución, las regulaciones secundarias son las únicas que efectivamente cumplirán con establecer regulaciones a los dominantes en el sector de las telecomunicaciones que permitan mejores servicios, a precios correctos a favor de la mayoría de los mexicanos.

Retroceso

Los iluminados que hicieron la reforma a las telecomunicaciones tuvieron una visión: Que había que desaparecer a la Comisión Federal de Competencia y a la Comisión Federal de Telecomunicaciones porque no servían; sin embargo, parecería que dieron una vuelta de 180 grados. Cambiaron todo para estar igual.

Desde hace algunos días comenzaron a correr versiones de que algunos de los ex comisionados de ambas comisiones, que fueron corridos de fea manera y sin ninguna consideración, estarían “asesorando” a la nueva CFCE y al IFT. Si hace un poco de memoria recordará que mientras a los que renunciaron como comisionados del IFE les dieron liquidaciones millonarias, a los de CFC y Cofetel ni bien les avisaron cuándo tendrían que dejar sus oficinas.

Es comprensible que quizá algunos de los ex comisionados den este servicio o se hagan de un trabajo extra, lo que no se puede justificar es la actitud de los iluminados que supuestamente cambiaron todo para dejarlo igual. Deberían explicar de qué se trata.

Rata

Mientras que la Auditoría Superior de la Federación sigue encontrando elementos de irregularidad en la gestión de Mony Sacha de Swaan, este tipo sigue beneficiándose indebidamente de la información que tuvo como servidor público.

En los últimos días ha trascendido que este hombre ahora se ha convertido en asesor de Virgin Mobile, una empresa que recibió autorización para operar por parte de Cofetel cuando Mony Sacha era su presidente.

Aquí no se trata de cuestionar si un ex funcionario público tiene derecho o no al trabajo, sino exigir el cumplimiento de la Ley de Responsabilidades de los Servidores Públicos que impiden lucrar con información a la que tuvo acceso como servidor público.

Cuando este hombre era funcionario público mucho se obsesionó con la banda de 700 MHz. De hecho, presumió públicamente que él había arrastrado la pluma dentro del Pacto por México en temas como esa banda.

Dentro de las versiones que han revivido está el contrato de “asesoría” por 100 millones de pesos sobre el que jamás hizo ningún esfuerzo para que el órgano de control de la Cofetel lo conociera. Sólo les presentó algunas partes y, además, jamás explicó el procedimiento de la adjudicación directa. Lo que se llegó conocer en su momento a través de la página de la hoy extinta comisión no hay manera que haya tenido un costo tan elevado para el erario.

El pretexto fue que los recursos habían salido de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes en tiempos de Dionisio Pérez-Jácome y específicamente de la unidad que aún encabeza Mónica Aspe. Tratar de culparlos a ellos es, por decir lo menos, un acto de cobardía y una deslealtad más.

Es indispensable que haya mayores claridades en torno a este procedimiento y más aún que se den deslindes sobre una empresa que desea entrar al mercado mexicano y acciones de un ex servidor público que quiere erigirse como el poder tras el trono en el IFT.

Vivienderas

A nadie sorprendió el comunicado de Urbi a la Bolsa Mexicana de Valores en el que confirmó que el martes no había pagado los intereses de un bono por 3.7 millones de dólares.

Urbi, Homex y GEO no están cumpliendo con sus compromisos financieros y las tres dan la misma absurda explicación: que están preparando un convenio de reestructuración con sus acreedores.

Los porristas de Luis Orvañanos, por ejemplo, siguen asegurando que están a punto de firmar un convenio con todos los acreedores y que eso les permitirá entrar a un concurso mercantil preacordado.

Si fuera por los deseos de estas tres empresas, los acreedores traicionarían a quienes confiaron sus recursos en ellos y les perdonarían las deudas que ellos y sus malas decisiones como empresarios causaron.

Los errores financieros de los directivos de estas empresas no sólo los han arrastrado a ellos o generado importantes quebrantos a sus acreedores que, si no son bien manejados, podrían convertirse en pérdidas, sino que además son el detonador de la crisis que hoy se vive en el sector hipotecario, la cual muestra su peor cara con la caída del empleo y la retracción que han tenido que enfrentar instituciones como el Infonavit y otras desarrolladoras de vivienda que están teniendo una gran cantidad de problemas para colocar créditos nuevos.

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