Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

18 Ene, 2014

Tres lastres en nuestra productividad

El crecimiento de la productividad en una economía implica que se puede producir más con los mismos factores de producción. En términos económicos muy simples quiere decir que cuando una economía se hace más productiva el PIB aumenta. Es relevante entender factores que afecten el comportamiento de este indicador a nivel de México para saber que nos espera en materia de crecimiento económico.

La productividad de la economía es un indicador promedio al igual que otros como el PIB per cápita.

El PIB per cápita es el valor del producto interno bruto de una economía por habitante. Este indicador no da información sobre los individuos en particular. Para que este indicador crezca se necesita que pase lo mismo al menos con un segmento de la  población.

Puede haber un escenario en el que el aumento en el PIB per capita puede explicarse por un aumento en el ingreso de 20% de los hogares con mayor poder adquisitivo y con el resto quedando igual. Si bien la evolución general es favorable, en términos de distribución del ingreso no lo es tanto.

Este fenómeno que describí ha sucedido en diferentes momentos del tiempo en distintas economías. Un ejemplo es en los Estados Unidos los últimos años.

Con la productividad sucede lo mismo. La productividad de la economía es el promedio ponderado de la productividad de las diferentes ramas de la actividad económica. Por lo mismo, puede haber sectores que están aumentando la productividad y sectores que no muestran dinamismo.

El problema es que cuando en una economía hay una dualidad de sectores eventualmente ya no crece la productividad media. Por dualidad me refiero a que existe un grupo de sectores muy dinámicos que ocupan a un porcentaje de la fuerza laboral y otros que ocupa al resto que no cambian en su manera de operar.

Un ejemplo de este fenómeno es el caso de Japón. Por una parte, tienen industrias como la armadora y la de autopartes que es la más productiva a nivel mundial. Este lado de la economía japonesa  todos lo conocemos y muchos somos consumidores.

Por otra parte, existe un lado obscuro que lo representa la industria minorista y la de producción de alientos, entre otras. Estas industrias ocupan a más de la mitad de la población en Japón y en ellas no hay competencia. El efecto es que su productividad media está alrededor de la mitad de la de Estados Unidos.

Esta dualidad es uno de los factores que explican al desempeño de Japón las últimas dos décadas. La contribución de sus sectores de clase mundial ya no pudo compensar la falta de dinamismo del resto de la economía.

Es muy relevante entender la situación en el caso de México e identificar que lastres tenemos. El dato duro es que la productividad media laboral en México creció en 2.1% durante el periodo de 1999 a 2009. Esto contrasta con Corea que creció poco más de 80% en el mismo periodo.

Por lo que vemos en el día a día en la ciudades o cuando salimos si hay una evolución favorable de nuestra economía. Lo que vemos es justamente la parte dinámica que aporta al crecimiento. Lo anterior apunta a que hay sectores que no contribuyen al crecimiento de la productividad.

A continuación menciono tres. El primero es Pemex. El número es muy sencillo de obtener y contundente. La evolución de la producción de Pemex en barriles ha caído los últimos años de manera importante y el personal no. Es así que la empresa más grande de México contribuye de manera negativa a la productividad. Una historia parecida se puede contar para electricidad.

El segundo es el campo. Aunque el porcentaje de población urbana sigue creciendo, todavía más de 20% vive en el campo. De muchos la principal fuente de ingreso es el cultivo de sus tierras, las cuales no han incrementado su productividad de manera importante.

El tercer lastre es la economía informal. En este contexto lo relevante es que este sector de la economía por naturaleza es poco productivo y poco dinámico.

El desempeño de estos tres lastres claramente contribuye a que el promedio de la productividad sea bajo. También dan indicios de la dualidad que existe en México. Por lo tanto el enfoque no sólo es democratizar la productividad sino que más bien hay que romper con estructuras para hacerlo y que tenga impacto.

*Director General del FUNDEF

guillermozamarripa@itam.mx

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