Jesús Alberto Cano

Colegio Nacional de Economistas

Jesús Alberto Cano

14 Abr, 2014

Las condiciones cambiantes y conflictos en el mundo inducen menores ritmos de crecimiento

México creció durante el primer trimestre del año en curso menos de lo que se esperaba, a un ritmo anual de 2.08%, pero lo mismo ocurrió con el PIB mundial, en donde China apenas logró un ritmo anual de 7.5%; Estados Unidos, uno de 2.8%; Japón, de 1.4% y el promedio mundial fue de 3.6 por ciento.

Los analistas atribuyen esa evolución a tensiones políticas, como Ucrania, y a la normalización de condiciones monetarias en los países emergentes, que enfrentaron entornos externos cambiantes, como reflujos de capital y depreciaciones cambiarias desordenadas, atribuibles a los retiros de estímulos monetarios de años anteriores por Estados Unidos y otros países del primer mundo.

Por ello, se están modificando a la baja las expectativas de crecimiento anual de los países: México a 3.0-3.5%; Brasil a 1.8%; y América Latina a 2.5%. Por lo anterior, el Banco de la Reserva Federal de Estados Unidos considera ahora que el retiro del estímulo de los últimos años por varios países del primer mundo pareciera ser prematuro, por lo que han surgido riesgos no calculados previamente.

Al respecto habló el jefe del Banco Mundial para América Latina y el Caribe, Augusto de la Torre, en una presentación preparatoria para la próxima reunión del Grupo de los 20 países de mayor peso económico (G-20), que incluye a China, Estados Unidos y Suiza, otros ocho participantes del primer mundo y nueve de las principales economías del Tercer Mundo.

 Dicho economista afirmó que “después de 50 años de ser México una de las economías con menor crecimiento en América Latina, estaba entrando ahora a una nueva tendencia con tasas más altas y sostenidas en el futuro”. Aseguró que el Banco Mundial “está optimista de que México es más sólido a lo registrado por Brasil años atrás, por la ambiciosa agenda de reformas estructurales que logró su gobierno federal el año pasado y que ahora desafía la implementación de las mismas”.

 Más allá de lo que la teoría económica establece, es un hecho que la disponibilidad de financiamiento es condición fundamental para que se logre el crecimiento económico. Sin embargo, la banca mexicana no ha asumido ese importante papel, como lo evidencian las estadísticas financieras que acusan un nivel de crédito al sector productivo privado sustancialmente inferior a lo que ocurre en los países de la OCDE y en los demás de América Latina. De ahí las expectativas optimistas que han surgido por la Reforma Financiera, promulgada el año pasado, así como por la Reforma Energética.

Ahora sólo falta la promulgación de las leyes secundarias en ambas. También se asoma una amenaza que no se había presentado con anterioridad, que es el riesgo de deflación en Estados Unidos y en la Unión Europea, que amenaza a la economía global. Se presentan renovados signos de desaceleración en China y el riesgo de que la caída de precios que ha aquejado a Japón en los últimos años se expande a Estados Unidos y a la zona euro.

 El primer ministro chino anunció la señal más pública hasta la fecha de que Pekín prepara un nuevo enfriamiento, lo que otorga a las autoridades de ese país un mayor margen de maniobra para no cumplir la meta oficial de crecimiento, por primera vez en casi dos décadas. Las declaraciones coincidieron con el anuncio de una sorpresiva caída en las exportaciones de marzo. Y la desaceleración de China, la segunda economía del mundo, invariablemente implicará una disminución de la economía global.

 Los retos de China se suman a los que enfrentan EU y Europa. A la Reserva Federal le preocupa que la inflación del país permanezca en niveles bajos; una de las señales más recientes sobre las dudas de los bancos centrales en torno a la salud de la economía mundial.

 Por otra parte, se aprecian las tendencias del crédito de la banca comercial a empresas y personas físicas con actividad empresarial, que representan 51% de la cartera directa de la banca comercial. Creció 2.8% en febrero pasado, en términos reales, cuando en el mismo mes del año pasado creció a 7%, en términos reales.

Por su parte, el crédito al consumo mantiene su tendencia descendente y su fragilidad se podría prolongar en el corto plazo, conforme la actividad económica no se recupere.

En síntesis, se percibe que el mercado está marcando una desaceleración de la actividad económica en la economía mundial, con sus posibles efectos en el país.

*Presidente de la Federación de Colegios de Economistas de la República Mexicana, A.C.

Twitter: @acanovelez

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