Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

21 Abr, 2014

Game Boy

Uno de esos oscuros objetos del deseo en mi niñez era todo un prodigio de simplicidad: una pequeña caja portátil que en su parte superior tenía dibujada la mitad de una cancha de futbol sobrepuesta a una pantalla negra iluminada interiormente por varios y diminutos foquitos rojos. Abajo, cuatro botones en forma de flechas con dirección hacia los puntos cardinales y dos botones a los lados, cada uno con el dibujo de un balón. Oprimiéndolos, parecía como si un puntito rojo se desplazara por la pantalla, mientras otros puntitos le impedían el paso. La meta, naturalmente, era llegar hasta la portería, y convertir al punto móvil en su majestad el gol.

Comercializado por la firma californiana Mattel, Soccer era en realidad un derivado de Football, la versión de ese mismo juguete pero de futbol americano, lanzado en junio de 1977. De acuerdo con la página www.handheldmuseum.com (que cita a Howard Cohen, un exempleado de Mattel), Sears, la tienda distribuidora de Football, no tuvo mucha fe en el éxito comercial de estos aparatitos y obligó a que se recortara la producción inicial, que se limitó a sólo 100 mil piezas. El pronóstico falló: el juego fue un rotundo éxito y llegó a vender hasta medio millón de unidades cada semana.

Y aunque Coleco —la fabricante de los horrendos muñecos Cabbage Patch Kids— pretendió continuar la tendencia con productos similares (para lo cual contrató a Michael Katz, ejecutivo de ventas de Mattel, según cuenta Steven L. Kent en el libro The Ultimate History of Video Games), lo cierto es que el mercado privilegió en los años subsecuentes las máquinas tragamonedas tipo arcade y aparatos domésticos como el Atari 2600.

Tuvieron que pasar 12 años para que la diversión portátil se tornara hegemónica. Y así como Nintendo fue el héroe que renovó el alicaído segmento de las consolas caseras con el NES, de nueva cuenta la empresa japonesa reinventó el entretenimiento electrónico con el lanzamiento del Game Boy, hace justamente un cuarto de siglo.

El 21 de abril de 1989 salió a la venta en Japón el pequeño rectángulo grisáceo que parecía rendir homenaje a las maquinitas de Mattel, con una pantalla verde sobre la que aparecían toscos caracteres y dibujitos negros en alto contraste y un control de cruceta con cuatro botones. El juego incluía un cable con el que se conectaba a otro Game Boy para retar a un amigo y se podía adquirir un adaptador para corriente alterna adicional al uso de pilas AA. El dispositivo funcionaba con cartuchos intercambiables y cuando fue lanzado en agosto en Estados Unidos traía de regalo una versión de Tetris.

Era, en realidad, un juego muy pobre gráficamente, incluso para los estándares de su época. Y es que se trataba de la continuación de un dispositivo mucho más modesto llamado Game & Watch, del tamaño de una calculadora de bolsillo y que tal como su nombre enunciaba, tenía la doble función de ser juego —aunque sólo incluía uno a la vez— y reloj despertador. Fue concebido por uno de los mayores héroes de Nintendo, el ingeniero Gunpei Yokoi, quien reunió a un ejército de 45 desarrolladores, diseñadores y técnicos que trabajaron en un nuevo producto que fuera la mezcla perfecta entre el Game & Watch y la consola NES.

El resultado de esta epopeya es narrado por el periodista David Sheff —colaborador de Rolling Stone y autor de una célebre entrevista a John Lennon y Yoko Ono publicada por Playboy unos meses antes de que el Beatle muriera asesinado—, quien hace justo 20 años publicó el libro Game Over, el relato de cómo Nintendo conquistó el mundo.

Ahí cuenta que, pese a ser criticado por no tener pantalla a color, el Game Boy inventado por el ya fallecido Yokoi se convirtió en un hit, gracias a que su pantalla monocromática le significaba un mayor aprovechamiento de la batería. Su forma de combinar portabilidad, miniaturización y entretenimiento hizo además que se popularizara entre los adultos, a tal grado, que el presidente George Bush se entretuvo jugando Tetris en ese dispositivo mientras fue hospitalizado en mayo de 1991 por una afección cardiaca.

Los niños de ayer que hoy, de adultos, juegan en su iPhone, pueden revivir la experiencia del Game Boy por medio de un emulador llamado GBA4IOS, una aplicación web que recrea —sin pagar derechos, obviamente— títulos como Mario, Zelda y Pokémon. Para complementarla, el sitio Gizmodo reveló la semana pasada que ya existe un control físico en forma de cinturón de silicona llamado G-Pad, que ayuda a sentir los botoncitos y supera las limitaciones de jugar sólo con touchscreen. Ya veremos si también supera la ira de Nintendo.

*marco.gonsen@gimm.com.mx

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