Ahí cuando quieran…

Resulta que los líderes nacionales del PRD, PRI y PAN llegaron al acuerdo de aventar la legislación secundaria a las telecomunicaciones hasta un periodo extraordinario de sesiones, porque según ellos es mucho más importante tener lista la Reforma Político-Eectoral.

Se trata de un pretexto inverosímil. Los procesos electorales en México, por más que los tratan de manchar los propios partidos políticos, se realizan de una manera transparente y con una gran participación ciudadana. Muy lejos quedaron los tiempos de Manuel Bartlett y el fraude electoral.

La Reforma a las Telecomunicaciones tiene el potencial de mejorar hasta en dos puntos del PIB la calidad de vida de los mexicanos, que hoy padecen por servicios de telecomunicaciones similares a los de Bolivia y algunas de las naciones más atrasadas de África.

Así, es ridículo que hombres y mujeres quienes dicen trabajar a favor de la población tomen una decisión que no mejorará sustancialmente la vida de los mexicanos, puesto que los propios partidos seguirán tirándose lodo y haciendo acusaciones a la mayoría de los fundamentos, a cambio de imponer barreras a la competitividad de la economía mexicana.

Mentira

Tratan de engañar a la población, diciendo que mandar el tema hasta junio les permitirá realizar un mejor análisis sobre las implicaciones de esta legislación.

La reforma constitucional a las telecomunicaciones fue producto del Pacto por México y participaron legisladores de todos los partidos políticos en su aprobación.

En esa reforma, que fue promulgada en junio del año pasado, los legisladores se impusieron el plazo de 180 días para tener lista la reglamentación secundaria. A finales de la semana pasada le salieron a la población que, si no ocurre algo que les interese más, el periodo extraordinario podría realizarse hasta la segunda quincena de junio. No debe olvidarse que el PRD ha exigido una y otra vez que el tema de las telecomunicaciones sea discutido hasta el periodo ordinario de septiembre.

Si realmente hubiera voluntad política, podría estar aprobada, al menos por la mayoría de los senadores, antes de que termine el periodo ordinario de sesiones. Si llegara a pasar esto, pues los diputados están en sesión permanente y, específicamente, los del PRI tienen instrucción de estar obligatoriamente en la ciudad del 6 al 8 de mayo, podrían votarlo.

Sin embargo, no se trata de un tema de análisis, sino de la confluencia del chantaje político con la presión del preponderante.

El PRD está determinado a postergar, si se pudiera, indefinidamente, el debate de las telecomunicaciones, porque están convencidos de que la posición de la empresa que fue determinada por el Instituto Federal de Telecomunicaciones como preponderante es la correcta. No resulta lógica la posición de un partido político que dice estar a favor de lo que menos tiene y sirve al interés de una empresa privada.

Los aficionados a la muletilla o lugar común, se diría que de acuerdo con el script, los gritos de huelga de Francisco Hernández Juárez, puesto que sólo estaba activando al grupo de presión sindical. El viernes se reunió el Presidente con los miembros de la UNT para hablar, principalmente, de la Reforma a las Telecomunicaciones.

El PAN, que se ha caracterizado por ser un partido político chantajista, está obsesionado con llevar adelante su Reforma Político-Electoral. Uno de los principales promotores es Javier Corral.

Efectivamente, el senador mala paga está influyendo en el grupo de los seguidores de Gustavito Madero para que crean que es más importante, en estas condiciones, modificar algunas reglas político-electorales, que dotar a los consumidores de una herramienta verdaderamente poderosa para mejorar su calidad de vida y ampliar la competencia en sectores como telefonía fija, móvil, internet y televisión abierta.

Este tipo, con un gran conflicto de interés por el dinero que debe a Televisa y algunos otros acuerdos vergonzantes, quiere descarrilar el paquete de leyes secundarias porque desea mantener las cosas en el estado en el que se encuentran.

Presidente

En el fondo de esta estrategia de dilación no están las cuestiones políticas ni las miserias de los partidos, sino el interés de alargar la discusión a modo de que se vaya desgastando el tema y que, cuando no haya interés de la opinión pública, puedan aplicar la contrarreforma.

Entre los miembros de las comisiones unidas que analizan las leyes secundarias en telecomunicaciones hay una convicción de que el retraso fue una decisión de las dirigencias de sus partidos políticos y no un asunto en el cual pudiera haber espacio para modificar el dictamen que fue presentado por Javier Lozano Alarcón.

Como le hemos informado en esta columna, la intención del preponderante en las telecomunicaciones con el apoyo del PRD es que se cobre por las interconexiones en la red del preponderante, lo que permitiría que se mantuviera el efecto comunidad, que es una de las más grandes barreras de entrada.

El segundo de los puntos, mucho más relevante, tiene que ver con la determinación por preponderancia. Se dice, supuestamente citando a las mejores prácticas internacionales, que se debe determinar la preponderancia por servicio y no por grupo de interés económico.

Esta posición permitiría que, a través de una división de activos, real o ficticia, el uso de terceras empresas bajo convenios de facturación y cobranza o alianzas de cualquier otro tipo le podrían dar vuelta a la regulación asimétrica impuesta, con base en la reforma constitucional por el Instituto Federal de las Telecomunicaciones.

Se tiene claro que el Presidente de la República es el único que podría tomar una decisión de este tamaño, que sí podría anular las aspiraciones de competencia y poner al frente de la regulación a los consumidores.

Sin embargo, también es un hecho que Enrique Peña Nieto es el primer convencido de que esta reforma constitucional es necesaria para transformar al país y que resultará incómoda para quienes han tenido posiciones de privilegio.

Así, los miembros de las comisiones que presentaron el dictamen están confiados en que incluso con el retraso será básicamente en los mismos términos, puesto que el Presidente de la República ha demostrado abiertamente cuál es su posición.