José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

13 May, 2014

Zambrano, de Cemex al mundo

Nunca le dio miedo conquistar mercados. La última vez que lo vi comentaba, en tono de broma, que a diferencia de otras empresas su problema se lo habían hecho ellos mismos, la deuda que tuvo que refinanciar.

Sin embargo, Lorenzo Zambrano fue uno de los grandes empresarios del país, donde nunca le dio miedo la expansión global acompañada de la productividad. Llevó a Cemex a los cinco continentes. Y logró hacer lo que pocos. Cada vez que alguien hablaba de su sector, el cemento y de materiales de construcción, sólo se podían mencionar tres empresas: la gigante francesa Lafarge, la gigante suiza Holcim, y la mexicana Cemex. El de Zambrano es el legado de un empresario regiomontano que verdaderamente fue global.

A los cinco continentes

El empresario tenía una cualidad poco vista en otros: su educación y amabilidad. Escuchaba, respetaba tu opinión, pero debatía o corregía.

Su inercia empresarial era impresionante. Desde que salió de México a Europa, donde empezó comprando las cementeras españolas Valenciana y Sanson. De ahí adquirió innumerables compañías en América Latina. En Asia logra adquirir plantas en Filipinas y Tailandia, donde tenía a China en la mira.

Para el año de 1999 nos tocó estar con él en el inicio de la cotización de Cemex en el New York Stock Exchange. Se le veía feliz al poder cotizar en Nueva York, pero también señalaba las ventajas de ser una empresa global y conseguir mejor financiamiento.

Y fue en 2005 cuando se animó a comprar a la inglesa RMC. En ese momento, diversos análisis pusieron en duda su expansión. Era una adquisición de cuatro mil 100 millones de dólares. Pero al igual que las veces anteriores, pudo hacer frente a la deuda con su flujo y con ingeniería financiera.

La expansión iba a tambor batiente. Ya estaba en España, Europa Oriental, Reino Unido, en Asia, en Egipto. Pero venía una compra que era la apuesta de Zambrano, la de la australiana Rinker  por 15 mil 300 millones de dólares.

Rinker, la apuesta y la deuda

Rinker le iba a dar presencia en Australia pero también en Estados Unidos. Era una compra estratégica. Sí riesgosa, pero estratégica.

La megaadquisición se hace en abril de 2007. En ese momento, Cemex se plantaba como la compañía global de cemento que disputaba el liderazgo mundial. La australiana Rinker le daba presencia no sólo en Australia, sino en plazas en Estados Unidos donde no esta posicionado como compañía de cemento y materiales de construcción.

Sólo que Zambrano jamás pensó en un problema: la crisis financiera mundial de 2008, la peor desde la Gran Depresión, la cual secó los mercados de capital. Dejó al mundo sin financiamiento. Y Cemex debía 14 mil millones de dólares.

La situación se complicó.

Zambrano pasó los últimos cinco años renegociando su deuda y logrando buenos flujos. En los últimos tiempos, la acción de Cemex estaba repuntando. Se sabía que la recuperación de Estados Unidos traería a la cementera regiomontana la anhelada expansión, máxime con las plantas en Estados Unidos.

El gusto por la educación y la tecnología

El legado que el empresario regio deja en México es grande.

No sólo es el imperio cementero y de la industria de materiales de la construcción, sino de un empresario verdaderamente global, sin miedo a la expansión, sin temor a no poder adquirir. Un empresario que siempre hablaba de productividad. Le importaba, y gustaba, la alta tecnología y su implementación.

De hecho, su vinculación con la  educación fue permanente. De ahí su relación tan activa con el Tecnológico de Monterrey, siendo el presidente del Consejo de Administración de Enseñanza e Investigación Superior. También le importaba el arte. Fue presidente del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey.

Además, Zambrano no rehuía a sus compromisos como empresario. Estaba en el sector educativo, en el arte, pero también en los compromisos empresariales. No podía faltar al famoso Grupo de los Diez de Monterrey. Cuando el expresidente Fox le pidió ser consejero de Pemex, él estaba dispuesto, sólo que la reglamentación hizo imposible su incursión.

Zambrano enseñó a los empresarios mexicanos a poder ser globales y competir de tú a tú con cualquiera del mundo. Se le va a extrañar.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube