Apple dividida

La empresa Apple, siendo la más cotizada del mundo, con un valor de mercado de más de 564 mil millones de dólares en el Nasdaq, decidió dividir sus acciones.

La estrategia del gigante tecnológico no fue por el nuevo iPhone, o la nueva iPad, sino por una finalidad financiera. Realizó una operación llamada split para bajar el precio de su acción, que tan sólo el viernes estaba costando la friolera de 645 dólares. El split divide las acciones, en este caso en lugar de una se crearon siete, y el valor de la acción llegó a bajar su precio de 645 dólares a uno de 93.70 dólares.

Y aquí es cuando la empresa de tecnología más cotizada, fundada por Steve Jobs, puede lograr su objetivo bursátil más codiciado: ser más bursátil y convertirse en uno de los miembros del exclusivo club de 30 acciones que componen el promedio Dow Jones Industries.

Abaratarse para entrar al Dow Jones

El Dow Jones Industrial Average suele ser el promedio con mayor prestigio del mercado de valores de Nueva York.

Como buen promedio, desde su creación en 1896, el Dow Jones ha buscado tener en sus 30 empresas que lo componen una buena representación de la economía estadunidense. Y qué mejor que Apple, la reina de las compañías tecnológicas.

Curiosamente, el Dow Jones no tiene un rigor estricto. No tiene bases cuantificables para entrar o salir. La entrada a dicho promedio se debe a la opinión de un comité del periódico The Wall Street Journal y de la empresa CME Group, que adquirió gran parte de los índices del Dow.

El índice Dow Jones Industries es un promedio ponderado por el precio de las acciones, lo cual es totalmente distinto al Standard & Poor’s 500, que es ponderado por el valor de capitalización de las empresas.

Por eso una acción tan cara como la de Apple, de más de 600 dólares, elevaba mucho la ponderación de las demás acciones y no podía entrar al Dow Jones Industries.

Empresa valiosa con… acciones más accesibles

Para Apple su problema era el precio de su acción. Era muy cara al llegar a los más de 600 dólares por cada título.

Con el split o la división de acciones, por cada acción de la empresa tecnológica, daban otras seis. Es decir: el valor de la compañía casi se mantiene intacto, pero ahora está conformada por más acciones, que por su número son más baratas y accesibles al público.

Con el nuevo precio de la acción de Apple a 93.70 dólares, se vuelve más accesible, más barata, pero igualmente deseada por el público inversionista. Así Apple vuelve a ser una empresa con bursatilidad cuyas acciones van a comprarse bien en el mercado de valores.

De más de 600 dls a 93.70 dls por acción

El split o división de acciones no cambia el valor de la empresa. El que tenía una acción, ahora tiene otras seis más. Además Apple sí les pagó dividendos previos a sus accionistas.

Sin embargo, es un cambio radical para los potenciales compradores de acciones de Apple. No es lo mismo comprar una acción en más de 600 dólares que una en 93.70 dólares. Sin duda la fabricante del iPhone y el iPad quiere seguir financiándose a través del mercado.

Tim Cook, además del iPhone busca bursatilidad

A largo plazo las acciones de Apple seguro tendrán una mejor ganancia.

Cada vez que una empresa realiza un split logra una mejoría en el valor de la empresa, pero en el largo plazo.

Ahora el tema en el Dow Jones Industrias es a cuál otra acción van a quitar para darle paso a Apple. Podrá ser Cisco o Intel. Y más allá del nuevo lugar que vaya a ocupar Apple en el Dow Jones Industries, el objetivo de Tim Cook, presidente de Apple, es muy claro: tener prestigio y lograr hacer más bursátil  la acción de la manzana.

Carstens con 56 años, podrá reelegirse

El gobernador del Banco de México es casi-casi un chamaco, o por lo menos frente a los estándares de los banqueros centrales de otros países.

Agustín Carstens acaba de cumplir 56 años y su trayectoria en puestos públicos como economista es impecable: subdirector del FMI, secretario de Hacienda y ahora gobernador del Banco de México.

Frente a Janet Yellen, la presidenta de la Reserva Federal, quien tiene 67 años, Carstens es un chamaco. Ni se diga frente a Mario Draghi, el banquero central europeo, de 66 años.

Está muy claro que el banquero central mexicano, admirador del beisbol y los Cachorros de Chicago, podrá reelegirse llegado el momento. Aunque claro, si no busca otra vez la dirección del FMI. Pero como dice él, ¿para qué repetir el numerito si los estatutos del Fondo no cambian? Tiene razón.