¿Qué le pasó a Brasil?

Perdió 7-1 frente a Alemania en futbol. Brasil, el gigante sudamericano, con el que México está peleando por alcanzarlo y rebasarlo como la economía emergente de América Latina, ha tenido desatinos. No sólo, y lamentablemente, en el futbol.

También en la economía. Una economía cerrada, que dependía de la exportación de materias primas a China, y que cuando quiso cambiar de estrategia se topó con varias rigideces dentro de su economía.

De Lula a Dilma… algo se cayó

Brasil fue una economía que aventajó a todos los emergentes en la primera década del siglo XXI, con reformas que llamaron la atención internacional como la apertura petrolera, con colocaciones multimillonarias: la de Petrobras obtuvo más de 70 mil millones de dólares.

Las reformas fiscal y de pensiones, también se dejaron ver. Pero a lo largo del tiempo Brasil cobró la factura de no terminarlas, de seguir dependiendo de la venta de materias primas. Fue al régimen de Dilma Rousseff, previo al Mundial, cuando le explotó la bomba del descontento de clases medias y gremios diversos. Brasil no está creciendo como quería. No está generando los ingresos que quiere la población.

Reformas de Petrobras a pensiones y la… imagen

El gigante sudamericano tuvo varios años de gloria. En futbol le faltó estrategia de juego integral y desde luego su crack Neymar y Thiago Silva, quien frenaba los embates de adversarios.

De igual manera, en la economía brasileña le faltó su crack y estrategia de imagen. Lo tuvo en Lula da Silva.

Lula tuvo un programa social exitoso. Logró combatir la pobreza con su Programa Hambre Cero (incluso hasta vino a México a ver el inicio del programa Cruzada contra el Hambre). Colocó a Petrobras en los mercados internacionales. Realizó reformas financiera, fiscal y de pensiones. Le fueron suficientes para atraer enormes inversiones durante la primera década del siglo XXI.

Lula se presentaba en el Foro de Davos como el líder de los mercados emergentes, el número diez. Era su Neymar.

Sin embargo, con el paso de los años vino la realidad: la estrategia no daba para ganar el campeonato. La estrategia mantuvo una economía cerrada, con sectores poco acostumbrados a competir. Cuando se les cayó el mercado de exportación chino, vino la desaceleración.

Imagen con el Mundial y Juegos Olímpicos

Con lo que tuvo, el carismático político de Lula pudo vender la imagen de Brasil como la economía emergente que despegaba, el gigante latinoamericano, el gran atractivo para las inversiones.

Era el momento de presentarse ante el mundo como la gran economía emergente. Lo haría con dos grandes escaparates: el Mundial de Futbol y Los Juegos Olímpicos. Lo envidiaron los BRICS y mercados emergentes.

Ahora vemos un Brasil desdibujado en lo económico y en el futbol.

Y en la economía como en el futbol, es hora de remontar.

Hacienda, tenemos diferencias de Brasil

Platicamos con el secretario de Hacienda, Luis Videgaray, si a México no le puede pasar lo que a Brasil: una economía que se quedó trunca en sus reformas.

Videgaray confía en que no será así. Argumenta una diferencia: las reglas claras de México para la inversión. Recuerda cuando Brasil descubrió el enorme yacimiento de Presal. En ese momento, el gobierno de Lula cambió las reglas del juego: no dejó participar a la inversión privada y sólo le permitió a Petrobras la extracción.

Las diferencias entre Brasil y México pueden ser el tener una economía abierta, más competitiva y con reglas claras para la inversión. Además, nuestro país ya con Reformas en Competencia, Telecomunicaciones y pronto en Energía. Pero de que debemos aprender de los brasileños en lo que hicieron bien, ni lo dude. México debe aprender de las lecciones futboleras, pero también económicas.

Telmex-Telcel, audaz jugada por predominancia

Fue el consejo estratégico, conformado por Daniel Hajj, director de América Móvil; Héctor Slim, director de Telmex, y Alejandro Soberón, director de CIE, el que presentó al Consejo de Administración la propuesta audaz: desincorporar y renunciar a determinados activos para dejar de preponderante en telecomunicaciones. Por ejemplo, Telmex descarta la opción de comprar 51% de Dish.

El momento cuando Telcel-Telmex da a conocer su estrategia fue justo cuando la Reforma en Telecomunicaciones se aprobaba en lo general.

El objetivo es claro: dejar de ser preponderante, quedarse con menos de 50% del mercado total de telecomunicaciones, pero rentable, permitirle entrar a televisión abierta y restringida, y al 4G sin problemas donde vendrá la competencia en renta.

Para que Telcel-Telmex deje de ser preponderante deberá ceñirse a la nueva Ley Federal de Telecomunicaciones, y al análisis del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT). No es cómo lo quiera la empresa, sino como lo dicte la ley y la ruta para dejar de ser preponderante.

Todavía tardaría tiempo, meses si lo logra. Pero de que es una jugada audaz de Carlos Slim, ni lo dude. Y si deja de ser preponderante con reglas claras, que permitan a la competencia crecer e invertir, la jugada es bienvenida, y claro, audaz.