Alicia Salgado

Cuenta corriente

Alicia Salgado

17 Jul, 2014

¡El 62% de las NOM son letra muerta!

Al 30 de junio, en México se cuenta con 741 Normas Oficiales Mexicanas (NOM), que son aquellas normas de cumplimiento obligatorio por perseguir objetivos fundamentales como la seguridad, salud, cuidado del ambiente, entre otros.

Estas normas son  emitidas por el gobierno a través de diez dependencias gubernamentales: la Secretaría de Economía, Semarnat, Sagarpa, Sectur, SCT, STPS, Sedesol, Secretaría de Salud, Sener y Gobernación.

Lo peor del caso es que aun cuando está regulado por la Ley Federal sobre Metrología y Normalización, de las 741 normas de cumplimiento obligatorio sólo 38% se cumplen, porque son supervisadas y evaluadas con la participación de los más de tres mil laboratorios de ensayo y calibración, unidades de verificación y organismos de certificación acreditados que han sido acreditados por la Entidad Mexicana de Acreditación, AC (EMA), que preside José Antonio Cifrián y dirige María Isabel López Martínez.

Esto es, a pesar de que en nuestro país existe una estructura avalada por EMA, que cumple con todos los requerimientos técnicos internacionales para garantizar que los terceros verificadores y certificadores pueden hacer bien su trabajo como realizar pruebas, calibraciones, verificaciones y certificaciones para asegurarnos que los productos, servicios y sistemas estén desarrollados con base en las especificaciones de cada norma, según la materia, 62% de las normas no se cumplen porque en alguna de esas diez dependencias, o simplemente no contratan a certificadores o se la pasan por el arco del triunfo.

Sólo 38% de las NOM (280) cuenta con laboratorios, unidades de verificación y organismos de certificación acreditados por EMA para evaluar los requisitos y, súmele las 33 NOM que son evaluadas directamente por la Cofepris de Mikel Arriola, que ha decidido utilizar certificadores, y ahí tiene el universo que sí cumple. Algunos argumentan que les falta presupuesto, porque la contratación de terceros que verifiquen y certifiquen entra en el rubro de gasto corriente y, como usted sabe, éste siempre se confunde con el uso de celulares y carros.

Ahora, no hablo de todo el Sistema Mexicano de Metrología y Normalización, porque de normas mexicanas tenemos unas cuatro mil 500 o tal vez más, pero hay algunas que son claro ejemplo de lo que le comento.

Recientemente, con el titular de la Semarnat, Juan José Guerra Abud, encabezando la Comisión Ambiental de la Megalópolis, presentaron el programa ambiental que incluyó la prohibición para que vehículos de más de 15 años no puedan circular un segundo fin de semana más al mes.

Además se supone incluyó un acuerdo para que todos los centros de verificación vehicular cumplan con las nuevas capacidades de medición exigidas en materia de emisiones, determinada por la Norma Oficial Mexicana en la materia.

Empero, los gobiernos estatales, lejos de utilizar verificadores certificados por la EMA, simplemente abrogan su responsabilidad, y pregúnteme por qué muchos ciudadanos en México dudamos de la calidad y honestidad de dicha certificación. O sea: ¡la mochada manda, no la norma!

El gobierno del Distrito Federal de Miguel Mancera está haciendo ya el gran cambio y a lo mejor se le suma el del Estado de México de Eruviel Ávila; el de Morelos, de Graco Ramírez; pero nada se oye de Francisco Olvera Ruiz de Hidalgo y del gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle.

De hecho, éste es un ejemplo de por qué 62% de las NOM existentes carecen de estructura acreditada para evaluar su cumplimiento, en buena medida porque los obligados y los usuarios o clientes desconocemos las normas, su aplicación y beneficios y, también por la falta de exigencia por parte de autoridades, mayor conocimiento de empresarios y sobre todo de consumidores y usuarios del por qué estas normas son obligatorias para garantizar su salud, seguridad, protección ambiental y bienestar.

De fondos a fondo

Le comento que en el marco de la 11 Reunión Anual del Grupo de Instituciones Financieras Relacionadas con las Pymes de la APEC, que se efectúa en Taipei, se entregará a México la estafeta para que sea la sede de la Reunión Anual de APEC 2015.

La directora general adjunta de Fomento de Nacional Financiera, Rebeca Pizano, quien encabeza la delegación mexicana en este encuentro, recibirá oficialmente la responsabilidad de organizar en México la Reunión 2015.

Y en la última, le voy a contar una historia de esas que dan gusto. Antonio Flores Aldama y su socio Pablo González dieron vida en 2010 a Sr. Pago, un sistema de cobro similar a Paypal pero, dicen ellos, a la mexicana. Sr. Pago no es novedoso, pues es un square que permite realizar cobros a través de tarjetas de crédito mediante un smartphone, pero eso sí, fue el primero en su tipo en México.

Lo que da gusto contar, es que estos dos emprendedores se fueron a Estados Unidos en busca de recursos; hoy le adelanto que en una ronda de inversión lograron sumar dos aliados, los que representarán una inversión de un millón de dólares para la compañía de ambos, que se llama Cobra Online.

Anote como uno de los fondeadores a Barrett Lyon, un empresario del sector tecnológico que recientemente vendió la empresa defense.net, dedicada a proveer servicios de seguridad a bancos en Estados Unidos y además está Jay Adelson, uno de los fundadores de Revision3, una red de televisión multicanal, con sede en San Francisco.

Los recursos, Cobra Online los canalizará para difundir un nuevo sistema de cobro dirigido especialmente al sector no bancarizado de nuestro país. Le cuento que se trata del primer sistema que permite a quienes carecen de una cuenta de banco, y que además no tengan RFC, cobrar con el dispositivo de Sr. Pago y gastar el dinero en una tarjeta tipo débito de la marca MasterCard. Y sume usted que los usuarios podrán hacer uso de cajeros automáticos y realizar disposiciones de efectivo en la cadena minorista Walmart.

Antonio y Pablo identifican tres retos para su empresa. El primero de ellos, es tener productos que sean amigables y fáciles de utilizar, en especial porque miran a personas con temor a manejar su dinero a través de la tecnología.

El segundo de sus retos, es convencer a la persona que cobrar de manera electrónica es mejor que el efectivo.

El tercer y gran reto es que las empresas acepten a Sr. Pago como una tecnología que va más allá de una terminal punto de venta (TPV), ya que además de poder cobrar, también ayuda a tener una mejor administración en los comercios.

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