Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

22 Jul, 2014

¿En verdad, todo seguirá como a la fecha en materia sindical en Pemex y CFE?

El que primero se manifestó a favor de la situación que priva en Pemex y CFE en materia sindical, fue el senador Emilio Gamboa. Su declaración —clara y categórica— acerca del fortalecimiento sindical, nada bueno permite vislumbrar en materia de las reformas aprobadas.

Posteriormente se filtró un conjunto de rumores que fortalecieron el dicho del senador; los trabajadores —al menos los de Pemex— trabajen o no, verán fortalecida su posición y tendrán dicen, más poder de decisión que antes. 

No se trata —en este tema— de la conculcación de derechos adquiridos o negarles lo plasmado en el Contrato Colectivo; el tema es otro. Éste, tiene que ver con la eficiencia y la elevación de la productividad en lo que es hoy un pozo infinito de corrupción, dispendio y niveles de productividad que avergüenzan.

Las cifras son de una claridad que asusta; hace diez años Pemex extraía diariamente 3.5 millones de barriles, con una plantilla de 125 o 130 mil trabajadores; diez años después, aquélla cifra cayó a 2.4 millones y la plantilla creció a cerca de 160 mil.

Sería infantil pensar siquiera, que el senador Gamboa ignora estos números; más aún, que los ignore el actual director general de Pemex. Es más, entre los 628 legisladores que discuten las leyes reglamentarias de la Reforma Energética, tampoco es desconocido ese hecho. Luego entonces, ¿a qué viene la declaración del senador Gamboa, y las filtraciones que nos hablan de un fortalecimiento sindical en lo que se refiere a poder de decisión en materias que le deberían ser ajenas?

¿En verdad las cosas seguirán así? ¿Las palabras del senador y los rumores, son la confirmación? Para decirlo claro y sin rodeos, ¿no van a ser liquidados setenta u ochenta mil trabajadores de Pemex a los cuales, evidentemente se les respetarían sus derechos?

¿Debemos, desde ahora, aceptar que Pemex y CFE no van a recortar personal? ¿Quedarán ambas con el Contrato Colectivo vigente, y todas las prestaciones inmerecidas e injustificables ante el desastre técnico y financiero que son una y otra? De ser así, poca cosa debemos esperar de lo que apruebe el Congreso de la Unión.

Vamos a suponer sin conceder, que efectivamente las cosas serán como el senador Gamboa ha dicho; ¿cuáles habrían sido las razones para decidir algo así? ¿El temor a perder votos, como sucedió con los subsidios?

De ser el miedo a aprobar lo que se necesita —debido a las protestas de trabajadores e integrantes de la clase media que viven una fantasía por encima de sus posibilidades además de pérdida de votos—, ¿la Reforma Energética correrá la misma suerte que corre la Educativa? ¿Acaso el actual secretario de Energía hará el ridículo, al igual que el secretario de Educación?

Luego entonces, ¿para qué aprobar lo que no será respetado, y menos hecho respetar por el Estado mexicano? ¿Para qué aprobar reformas constitucionales y leyes reglamentarias, si en su puesta en práctica vemos que los dirigentes sindicales de Pemex y CFE y los delincuentes de la CNTE y la CTEG, pueden más que Emilio Jr.,  y “El Ingeniero”? ¿Acaso son aquéllos los verdaderos “poderes fácticos? Qué errados andábamos.

¿Aprobaremos entonces, otra vez, leyes sólo para adorarlas, no para cumplirlas y hacerlas cumplir? ¡Pobre México!

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