Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

16 Ago, 2014

Capital de riesgo: un motor de la economía (segunda parte)

Hace dos semanas comentaba sobre cómo la industria de capital de riesgo ha sido un detonador de actividad económica en Israel. Han logrado generar actividad centrada en la innovación, que es diferente al simple reciclaje de ideas. Hoy voy a exponer algunos de los elementos que contribuyeron a esta nueva realidad. El primer dato es que esto no es el resultado de una política pública diseñada desde una oficina de gobierno. Es el resultado de una serie de condiciones que generan el contexto correcto para el desarrollo de empresas de tecnología.

La primera es la política de migración. Israel ha seguido una política abierta de migración porque ha buscado aumentar su población. El factor relevante es la personalidad de los migrantes.

Dentro de una comunidad los que buscan emigran tienden a tomar mayores riesgos y por lo mismo son más proclives a emprender. Es decir, se da un proceso de autoselección.

La primera ola de migración fue posterior a la segunda Guerra Mundial. Hubo una segunda ola de migración en los noventas después de la caída de la Unión Soviética.

Una característica de estos migrantes era su elevado nivel de educación en matemáticas y en ciencias. Muchos de ellos llegaron a trabajar a Israel en labores simples, ya que no hablaban el idioma. Pero al ser científicos impulsaron una educación de alta calidad para sus hijos.

Entonces hubo dos características que favorecen y que tiene que ver con una mayor tolerancia al riesgo y con buena educación.

Otro ejemplo de políticas públicas que influyeron es el servicio militar obligatorio y la manera en que lo han estructurado.

Primero, el proceso de selección para las diferentes áreas del Ejército es muy competido por los candidatos y muy riguroso por parte del Estado. El proceso de competencia inicia en la escuela en los años previos al servicio militar, ya que todos buscan ser los mejores para acceder a los mejores lugares.

Los mejores alumnos y los más capaces son los que van a formar parte de las unidades de élite.

En el largo plazo lo que sucede es que se generan vínculos fuertes entre la gente que participó en ciertos cuerpos. Dichos vínculos después se utilizan en otras áreas de la vida como la profesional.

Dado que el servicio militar es necesario para defender a la nación, lo que se tiene es una cultura militar real que entra en acción. En las unidades los responsables tienen que tomar decisiones que afecta su vida o la de sus compañeros. Es decir, es una capacitación forzosa para ejecutar y saber decidir.

Otro aspecto, es que parte de la manera en que operan en el ejército es haciendo que la información para la operación venga de los que están en el campo de acción. Mucha innovación táctica viene de abajo hacia arriba.

Ésto se da porque desde la escuela fueron preparados para cuestionar lo obvio, para preguntar, para debatir y para innovar.

Esta es una operación militar poco ortodoxa en la que los rangos menores pueden cuestionar a sus superiores. Lo anterior, lleva a una informalidad en el trato.

Esto contrasta con los otros dos países que tienen servicio militar obligatorio: Singapur y Corea del Sur. Sin embargo, en esos países no se tiene un arreglo operativo como en Israel. Esos dos países son extremadamente jerárquicos.

El resultado es que en esos dos países no se ha dado el fenómeno de empresas de capital de riesgo en el sector de tecnología. Esto lo comento porque la solución no es el servicio militar obligatorio. Más bien el cómo se hacen la cosas influye mucho. 

Otro elemento que se extiende de la cultura militar y se lleva a los negocios es que se pueden equivocar, es decir, se vale quebrar.

Si bien los anteriores son elementos que coadyuvaron al proceso, si se tuvieron que complementar con aspectos específicos como son el financiamiento y el apoyo en áreas en que no tienen experiencia como es mercado y comercialización.

Las medidas encaminadas a promover la actividad (por ejemplo, el programa de financiamiento de capital de riesgo YOZMA), sin los ingenieros y tecnólogos creativos estarían huecas. Es la combinación lo que ha generado el proceso exitoso.

Interesante experiencia que muestra que poner el financiamiento como lo propone la Reforma Financiera no basta. Esto nos deja varias preguntas sobre nuestra política industrial: ¿dónde estamos en México?, ¿cuál puede ser nuestro siguiente detonador en la parte industrial? O puesto de otra manera: ¿dónde están los proyectos a financiar?

*Director General del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

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