David Páramo

Análisis superior

David Páramo

22 Sep, 2014

Sacó el cobre

Los gruppies de Germán Larrea le dicen el rey del cobre, presumen que tiene 50% de la producción nacional y su gran capacidad de exportación a China, y que es uno de los hombres más ricos de México.

Lo compran, sin ninguna clase de crítica, la historia de que es víctima de una suerte de conspiración por parte del gobierno y, obvio, de los poderes fácticos que pretenden evitar la competencia en sus sectores.

Sin embargo, una definición muchísimo más clara de Larrea es que es una mezcla entre María Antonieta y un señor feudal, quien ve a sus trabajadores como una suerte de esclavos que no merecen ninguna clase de consideración, como lo demostró con los muertos en Pasta de Conchos y sus familias.

La disputa que está perdiendo con los accionistas de Grupo Aeroportuario del Pacífico muestra el profundo desprecio que tiene por sus asociados. Ha tratado, más allá de las normas y la ley, de hacerlos a un lado porque le estorban como si el fuera un semidiós y sus deseos deben ser cumplidos sin chistar. Al menos por hoy, no nos detendremos en este tema, puesto que es menor ante un hombre que simplemente “sacó el cobre”.

A raíz del ecocidio causado por Minera México, el más grande en la historia del sector minero nacional, Larrea ha sido expuesto en toda su incapacidad como empresario. Muestra su apego a las viejas formas y se revela como un verdadero mitómano empresarial.

Recuento

Hagamos un recuento de las mentiras más recientes.

Primera. Tras el gravísimo daño ecológico que causó la Mina de Cananea pagaron un desplegado, en el cual culpaban a las lluvias cuando ha sido demostrado que el derrame se causó por fallas de mantenimiento, las cuales son inaceptables para una empresa que supuestamente es de clase mundial.

Los legisladores han determinado por lo menos 30 violaciones a la ley y han solicitado que se revoque la concesión o, por lo menos, se cierran las operaciones en tanto se realiza la investigación.

Tristemente el secretario de Economía, Ildefonso Guajardo, está más ocupado en su futuro como candidato del PRI al gobierno de Nuevo León que en cumplir con su encomienda. Esa dependencia ha sido particularmente omisa en sus obligaciones en contra de lo que ha hecho el gobierno federal.

Segunda. Trata de hacer creer que el gobierno, y en particular Enrique Peña Nieto están enojados con él, y de ahí que le quieran hacer daño como si el derrame hubiera sido causado por las fuerzas federales.

El mentiroso de Larrea ha tratado de usar su posición en el Consejo Mexicano de Hombres de Negocios para que sus miembros lo defendieran del Presidente de la República. El equipo de Peña Nieto no se dejó engañar y no acudió a una comida.

En esta misma estrategia Larrea inventó que ya había tenido un acuerdo con el Presidente de la República y todo estaba arreglado, cuando en realidad no hizo más que darle la mano y una carta al estilo de las formas de la década de los setenta que, dicho sea de paso, tampoco le funcionó. La posición del gobierno federal es que todo se haga dentro de la ley y de ahí que la empresa haya tenido que ceder en la constitución de una mesa de trabajo con los tres niveles de gobierno y un fondo por dos mil millones de pesos que, a decir de los legisladores, será insuficiente para atender la magnitud de la tragedia.

Televisión

Tercera. En medio de este escándalo se filtró que Grupo México, a través de su subsidiaria Cinemex, está interesado en participar en la licitación de lo que serán una o dos cadenas de televisión abierta.

Larrea, que sigue tratando de hacer creer que todo es una conspiración, inició una guerra en la cual su enemigo es Televisa y, por extensión, todas las empresas de televisión abierta.

Con el profundo desprecio que siempre muestra por sus socios, no informó a los miembros del consejo de administración de la empresa que encabeza Emilio Azcárraga que estaba interesado en participar en esta licitación, lo que evidentemente implica un conflicto de interés, puesto que como consejero ha tenido acceso a información confidencial y privilegiada de la televisora.

En esta columna ya le habíamos puntualizado que, de acuerdo con las reglas establecidas con el Instituto Federal de Telecomunicaciones, alguien vinculado con el grupo preponderante en radiodifusión no podría participar en la licitación. Vamos, sería lo mismo que América Móvil pudiera vender sus activos a alguno de sus miembros del consejo de administración.

El viernes corrió la versión en dos sentidos. Larrea mintió diciendo que él había tomado la decisión de dejar el consejo de Televisa para tratar de evitar el conflicto de interés en la licitación de televisión abierta. La versión más cercana es que la televisora le pidió que se hiciera a un lado, en un movimiento para desvincularse no sólo de un problema con el instituto que preside Gabriel Contreras, sino también con un hombre que poco ha dejado de aportar.

Víctimas

Como hemos venido señalando desde hace más de una semana, la estrategia de Grupo México es hacerse las víctimas de una conspiración entre el gobierno federal y Televisa, para buscar que se olvide que ellos causaron una tragedia ecológica de tal magnitud que, como dicen los legisladores, debería ser sancionada, por lo menos, con la pérdida de la concesión de la mina de Cananea en un proceso que, lamentablemente, no está haciendo la Secretaría de Economía.

Hacer creer que Televisa ha cuestionado las acciones de Minera México porque le tienen miedo a la competencia que les podría significar, es un verdadero despropósito y una muestra más de la pésima ética empresarial de Larrea y sus dóciles directivos que, tradicionalmente , sólo se dedican a complacerlo.

Por lo demás, si llegaran a ganar la licitación de televisión abierta y la operan como lo hicieron con Cinemex, pues entonces nadie tendría de qué preocuparse, puesto que las decisiones que han tomado en estos cines como prácticamente desaparecer las salas VIP por escatimar personal verdaderamente mal pagado y peor capacitado, los únicos que han ganado son los de Cinépolis que siguen consolidando su liderazgo.

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