China descubre a México

El gigante asiático parece haber descubierto a México al menos como destino de inversiones, ayer por ejemplo, Huawei, compañía de tecnología de consumo y telecomunicaciones dio a conocer una inversión de mil 500 millones de dólares en nuestro país. La empresa que dirige en México Mark Xueman busca abrir un centro global de asistencia técnica y otros centros regionales, además de que se encuentra por anunciar una alianza con un jugador local de telecomunicaciones.

La nación asiática que ya es la segunda mayor economía del planeta se ha convertido en el tercer país en realizar más inversiones en el mundo con un total de 108 mil millones de dólares en 2013 de las cuales México ha ocupado un lugar marginal hasta ahora.

De acuerdo con el China Global Investment Tracker, que realiza The Heritage Foundation, la nación que más ha captado la inversión del gigante asiático es paradójicamente Estados Unidos, seguido de Australia y en un lejano tercer lugar se encuentra Canadá. El componente de la inversión china refleja el pragmatismo del país asiático que lo ha llevado a tener una extensa presencia también en el continente africano, en donde ha garantizado su acceso a materias primas y también en países de la región como Brasil.

México en el mapa    

Las reformas Energética y de Telecomunicaciones son los factores que han colocado a México en el mapa chino, por ejemplo, Risen Energy, que encabeza Bao Ronglin, anunció una inversión de 600 millones de dólares en un proyecto de energía solar en Durango, la participación de una empresa china en el consorcio para la construcción del tren México-Querétaro es otro ejemplo, así como la llegada próximamente de la inversión automotriz de Geely. El próximo mes, el presidente Peña Nieto realizará una visita a China y esperemos que los empresarios mexicanos sean audaces para poner en su mapa al gigante asiático, la asimetría plantea retos formidables, pero es el momento para aprovechar el acercamiento. 

Decencia y negocios

Pasaron casi 24 horas y el Presidente del país pidió perdón a la nación por los actos de corrupción de varios miembros de su partido y ante la máxima tribuna legislativa expulsó de manera inmediata a los involucrados en un asunto que implica a autoridades locales y estatales en el otorgamiento de contratos de obra a cambio de sobornos. Es el segundo escándalo de corrupción que enfrenta la administración y, por supuesto ha generado una crisis política y de credibilidad que pone de manifiesto el problema que enfrenta el país que se ubica en el lugar 40 de 177 países en percepción de corrupción de acuerdo con Transparencia Internacional. El episodio que se refiere a España y al Partido Popular nos habla de un problema importante en materia de corrupción que en el capítulo más reciente involucra también a miembros del PSOE, partido de oposición.

El problema bien podría haberse suscitado en México, sin embargo, en nuestro país probablemente el escándalo se habría dado a conocer por un hallazgo del Departamento de Justicia de Estados Unidos o por una investigación en The New York Times. Cuando el diario estadunidense dio a conocer un reportaje con respecto a un extenso caso de corrupción que involucraba a autoridades locales que recibieron sobornos para autorizar la apertura de tiendas de Walmart de México en sus municipios, ninguno de los presidentes municipales fue detenido mucho menos ningún líder político salió a pedir perdón. En España a diferencia de México el caso se ventiló por una investigación lanzada desde la Fiscalía Anticorrupción y la Audiencia Nacional del Poder Judicial.

A diferencia de lo que se observa de la clase política mexicana hay algo de decencia en el liderazgo político español. En México muchos de los responsables no piden perdón salvo cuando es evidente que los alcaldes de su partido desaparecieron a jóvenes y los demás actores políticos se hacen un lado. La diferencia está en el detalle y es que mientras España ha logrado desarrollar instituciones que le permiten arrestar a figuras de alto nivel en México parecería un sueño y por ello en el indicador de Transparencia Internacional nuestro país se ubica en el lugar 106. Mientras que en pago de sobornos España se ubica en la posición 11 de 28 países, México está en la posición 26.

Ante este panorama es indispensable que la legislación que se busca y se negocia en materia de combate a la corrupción sea robusta y permita que los escándalos futuros se descubran por autoridades mexicanas y no como consecuencia de lo que se dé a conocer en la Unión Americana. La decencia vendrá después seguida de un mayor volumen de inversiones y negocios.