Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

24 Ene, 2015

Reflexiones sobre el caso Ficrea

Desde que se dio la intervención de Ficrea el tema ha estado de manera casi continúa en los medios. El centro de atención ha sido la pérdida patrimonial de los ahorradores, la evidencia de una administración fraudulenta y la actuación de las autoridades. En mi comentario abordaré algunos aspectos estructurales y algunas implicaciones.

Empezaré con un tema polémico: la garantía de los ahorros en este tipo de intermediarios financieros. Se puede afirmar que existe un tratamiento regulatorio desigual entre intermediarios, el cual además no es justo desde el punto de vista social.

El tratamiento desigual es evidente ya que el monto cubierto por el seguro de depósito bancario es  dieciséis veces el monto cubierto para las sociedades financieras populares.

Esta asimetría regulatoria favorece al sector bancario sobre el sector de ahorro y crédito popular, definiendo de alguna manera intermediarios con protección de primera y con protección de segunda.

Por otra parte, si analizamos la asimetría anterior desde un punto de vista de equidad y de justicia social lo que nos encontramos es que el intermediario que atiende al sector de menor ingreso tiene un esquema que lo vuelve más vulnerable a un evento adverso. 

Un segundo punto tiene que ver con la efectividad del régimen del seguro de depósito. Con una visión muy simplista, lo que busca este régimen es que cuando haya dudas sobre la solvencia de un intermediario los ahorradores no corran.

Lo anterior le brinda estabilidad al sector. Ahora bien: si llega a existir una insolvencia, otra cosa que se busca con la regulación es que los ahorradores no generen un problema en las calles.

Lo que evidencia el caso Ficrea es que el segmento protegido era pequeño y no ha sido un proceso ágil por lo que hay manifestaciones públicas de inconformidad. Es decir: el diseño del régimen no consigue los objetivos de tener un esquema de seguro de depósito.

Un tercer punto tiene que ver con la mala prensa para las sofipos por el caso de Ficrea. Este fenómeno está afectando a otros participantes del sector que hoy son solventes. Frases que he escuchado como: “en las sofipos te protegen menos y son mas riesgosas” me revelan que la visión sobre el sector no es tan buena.

La consecuencia es que el mercado se mueva hacia un adelgazamiento de este sector, debido a que los ahorradores migraran al sector bancario ya que perciben un régimen más favorable.

La consecuencia no deseada de esta mala prensa, que va para los tres meses, es que se tenga un sector financiero menos diverso en cuanto a intermediarios.

Un cuarto elemento tiene que ver con la percepción de las autoridades respecto del riesgo en el sistema financiero. Si se cree que en el sistema se pueden dar más eventos tipo Ficrea, lo que se buscará es evitarlos con más regulación y más supervisión.

Por lo tanto, si un objetivo de política pública a partir de este evento se vuelve reducir el riesgo del sistema, la regulación prudencial es un mecanismo que puede inducir una menor toma de riesgos.

Si surge una corriente dentro del gobierno que, abanderando el caso Ficrea, adopte regímenes más conservadores a los que ya tenemos se puede inducir un proceso con el cual se le reste dinamismo al sector.

El escenario —y recordando que uno de los objetivos principales de la Reforma Financiera es otorgar más crédito y más barato— puede verse afectado si se dimensiona de más el caso Ficrea.

Un quinto elemento tiene que ver con hechos que fueron conocidos después del evento de Ficrea. El ejemplo más claro eran las elevadas tasas a los ahorros.

Quedó claro que mecanismos de mercado y la disciplina de los ahorradores mostraron no ser efectivos. Es interesante cómo no percibían las tasas altas como una anomalía de mercado y, más bien, pensaban que eran muy buenos invirtiendo.

Derivado de los argumentos anteriores, se puede decir que las revelaciones y las consecuencias del caso Ficrea pueden llegar a ser muy onerosas para el desarrollo del sistema: un diseño legal no equitativo, desde un punto de visa de equidad social, que mostró ser ineficiente, es un hecho que puede favorecer a un sistema que se concentre más en los bancos y una posible menor dinámica para el sector financiero, inducida por regulación y supervisión mas estrictas.

*Director General del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

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