José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

2 Mar, 2015

Deuda de México de 43% del PIB

México es un país con una deuda total de 43% de su PIB, según acaba de dar a conocer la Secretaría de Hacienda.

La dependencia acaba de colocar un bono de dos mil 500 millones de euros, con vencimientos de nueve y 30 años.

La colocación fue bien vista por los mercados, hubo apetito por los mercados gubernamentales de México y, pese a que la deuda ha crecido en este sexenio, el cambio de tendencia es positivo: la deuda tocó techo.

Tocó techo: Hacienda

Que la deuda tenga un peso de 43% sobre la economía mexicana es un dato que bien puede verse por sus comparativos internacionales.

Japón tiene una relación deuda/PIB de hasta 240%. Los países europeos lo tienen alrededor de 100% del PIB. Los países latinoamericanos la tienen en promedio de 50% del tamaño de su economía.

El dato positivo es que la deuda total no va a crecer más.

Según el subsecretario de Hacienda, Fernando Aportela, la deuda tocó techos y para los próximos años se espera su disminución.

Por eso era importante que el gasto público no siguiera creciendo, que viniera un ajuste en el presupuesto si el precio de petróleo bajaba.

De por sí una de las críticas a la actual administración fue el inicio de contratación de deuda, proceso que ya se frenó.

Coloca México 85% de necesidades de 2015

México tiene en estos momentos colocadas 85% de sus necesidades financieras para 2015.

La colocación de deuda en este año ha sido de alrededor de ocho mil millones de dólares.

Faltan por colocarse otros mil 200 millones de dólares.

Lo positivo: ya casi tenemos completos los recursos necesarios para financiar los compromisos de pagos de este año.

Apetito en colocación

Sin duda, la Secretaría de Hacienda ha sabido aprovechar los mercados, pero en particular saber vender la historia de la economía mexicana, que a pesar de tener un crecimiento malo sí tiene bondades en cuanto a estabilidad, finanzas públicas más o menos estables (dependientes todavía del petróleo), pero con reformas que pueden marcar una diferencia.

El apetito por bonos de México fue positivo: la sobredemanda para comprar los bonos de deuda de nuestro país fue 3.5 veces la oferta.

Es la cuarta emisión realizada en el año, y tan sólo terminamos febrero.

Hacienda quiere aprovechar el momento. Sabe que habrá más volatilidad y vaivenes por el alza de tasas de la Reserva Federal de EU, y está aprovechando el buen momento de los mercados y de cómo se ve México frente a otras economías.

Queda claro: si bien la economía mexicana crece muy poco, y nos trae problemas para generación de empleos, también es cierto que en los últimos meses se ha cuidado la política fiscal y el mensaje a los mercados es de una economía estable que tiene cubiertos sus compromisos financieros.

Murillo Karam y Sedatu, esperemos curva rápida

Jorge Carlos Ramírez Marín decidió salir de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano, Sedatu.

Ramírez Marín impulsó el cambio de modelo de desarrollo de vivienda, más vertical y cercano a los centros laborales. De ahí que enfrentó la crisis de las vivienderas durante su primer año, pero inmediatamente pudo reactivar el sector de la construcción de casas habitación, que hoy por hoy sigue siendo uno de los impulsores de la economía.

Pero Ramírez Marín tiene sus intereses políticos legítimos en Yucatán, su estado natal, y su primera asignación es ser diputado plurinominal y quizá mañana contender por la gubernatura. Ya veremos si lo logra.

Mientras tanto quien llega a la Sedatu es Jesús Murillo Karam, exprocurador general de la República, quien tuvo un fuerte desgaste con el caso Ayotzinapa y que, a pesar de sus explicaciones lógicas, su falla mediática lo llevó a que buena parte de la población siguiera pensando otras cosas.

Murillo Karam va a la Sedatu. Su problema es la curva de aprendizaje. Sin duda es un hombre inteligente y buen operador, como se ha visto a lo largo de su carrera política y de funcionario público. Pero es nuevo en el sector de la vivienda.

El reto de Murillo Karam es tener una curva de aprendizaje muy corta, rápida, que no vaya a transformarse en un freno y arranque de un sector que va caminando bien y que, de hecho, es uno de los motores de la recuperación.

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