Luis Enrique Mercado

Perspectivas

Luis Enrique Mercado

6 Abr, 2015

Optimismo hacendario

La principal característica del documento de Precriterios 2015 que la Secretaría de Hacienda entregó a la Cámara de Diputados la semana pasada es el optimismo:

Las previsiones de la SHCP son de que se recuperan ligeramente el precio y la plataforma de exportación petroleros; que aumenta la recaudación tributaria y que, en síntesis, las finanzas públicas mexicanas saldrán adelante con sólo un ajuste adicional del gasto.

Es lógico y explicable el tono de optimismo. Mal haría Hacienda en apuntar hacia un desastre porque esas previsiones se autocumplen.

En realidad, se está haciendo lo que se tiene que hacer: reafirmar el compromiso con la estabilidad de las finanzas públicas y el manejo responsable de ellas; apuntar hacia un panorama en el que no se vislumbra un apocalipsis financiero debido a la caída en los precios y la producción petroleros.

La Secretaría de Hacienda pronostica que en este 2015 el precio promedio de la mezcla mexicana de exportación llegará a los 50 dólares el barril y que en 2016 alcanzará los 55 dólares.

Al 23 de marzo de este año el precio de la mezcla mexicana ha sido de 44 dólares el barril, contra el promedio de 86 dólares a que se vendió el año pasado; asimismo, en los dos primeros meses del año la producción petrolera ascendió a dos millones 290 mil barriles por día, contra dos millones 396 mil barriles en el mismo periodo del año pasado.

Es decir, todavía no se secaba la tinta del documento de precriterios y tanto el precio como la producción seguían bajando.

Aún con eso, Hacienda estima que si el precio promedio del barril, el año que entra llega a los 55 dólares, se necesitará un ajuste de gasto de 135 mil millones de pesos, lo cual significaría que México habrá reducido su gasto en 259 mil millones de pesos en dos años.

Si los 55 dólares de precio promedio del barril no se cumplen, es lógico que el ajuste para 2016 tenga que ser mayor y lo mismo sucederá si la recaudación tributaria no llega a la cifra prevista por Hacienda de ser el equivalente a 11.5% del Producto Interno Bruto.

No hay la menor duda de que lo peor que le podría pasar a México es aflojar el esfuerzo de mantener finanzas públicas sanas, aun en medio de este tsunami petrolero.

Por lo pronto, pareciera que la situación está bajo control, tanto en este como en el siguiente año, y que las finanzas publicas mexicanas se mantendrían razonablemente sanas.

Sin embargo, es claro que el país no puede sobrevivir con unas finanzas públicas con recortes permanentes.

En este año nos salvaron las coberturas petroleras y el ajuste de 124 mil millones de pesos en el gasto.

El año que entra el salvavidas es más difícil, ya que supone que el precio del petróleo suba.

De ahí en adelante el panorama se torna más difícil, en la medida que no se encuentran rubros de gasto de donde hacer ajustes sustanciales.

Por eso creemos que en algún momento del futuro, a corto y mediano plazo, las autoridades deberán plantearse realizar la Reforma Fiscal que México tiene esperando hace dos décadas y que permita que el país se financie con impuestos y tenga al petróleo como un fondo extraordinario. Hoy, el petróleo es la salvación de las finanzas públicas en un mundo donde el precio del crudo seguirá bajo cuando menos una década y en el que la producción petrolera de México cae año con año.

Es positiva la decisión de mantener un marco macroeconómico saludable, pero no es seguro que se pueda hacer en un ambiente de bajos precios del petróleo y con la debilidad del país en los ingresos tributarios.

Hasta el próximo lunes con nuevas… Perspectivas.

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