Inseguridad pública, problema económico

Los sucesos violentos en Jalisco y en otros estados son la alarma más notoria que tenemos de un problema de inseguridad pública, la cual, desde hace meses, viene siendo el principal factor que obstaculiza el crecimiento económico… desde hace meses.

La encuesta levantada por el Banco de México entre los principales analistas del país es clave. Y dicha encuesta trae como primer lugar de preocupación la inseguridad pública.

No es la inflación, no es el tipo de cambio, no es la política fiscal, ni siquiera la crisis económica internacional. Es la inseguridad pública el principal factor de preocupación de los analistas que impide el crecimiento.

BARÓMETRO CON EMPRESARIOS

La inseguridad pública no sólo sale en las encuesta del Banco de México como el reto a vencer (en marzo sigue siendo el principal factor de preocupación). También sale en muestreos privados. Ahí está el Barómetro, levantado por Deloitte, que muestra cómo la inseguridad pública, junto con los problemas de corrupción e impunidad, preocupa de sobremanera a los empresarios.

La inseguridad pública impide cualquier tipo de inversión privada, cualquier tipo de actividad laboral. Con extorsiones a los negocios o a las personas, con amenazas de secuestros a la población de cualquier estrato social, simplemente, no puede existir una vida económica.

Las personas temen por su seguridad, que es lo más grave. Pero incluso tiene un problema económico: el sobrecosto: gastos en seguridad privada, que van desde alarmas de toda clase hasta personal de seguridad.

NO ES LA INFLACIÓN NI EL TIPO DE CAMBIO

A los empresarios les preocupan, más que nunca, los factores extraeconómicos, pero sin los cuales es imposible realizar una actividad económica.

Es curioso. La inflación está bajo control (con todo y que nos gustaría que llegara a tres por ciento, que es el objetivo clave del Banco de México).

El tipo de cambio, con todo y su gran volatilidad derivada por la posibilidad de alza de intereses en EU, es una preocupación, pero al igual que todo el mundo, se sabe que es un factor externo (incluso las distintas casas de análisis financiero consideran que el peso mexicano regresará por debajo de las 15 unidades por dólar).

Las finanzas públicas habían preocupado por la tendencia a endeudarse, pero el gobierno envió una mejor señal con el ajuste del gasto frente a la baja de los ingresos petroleros.

EL CRECIMIENTO AFECTA, PERO SIGUE SIENDO LA INSEGURIDAD

La principal preocupación económica sigue siendo el bajo crecimiento, donde, si no es por Estados Unidos, no encontramos la fórmula para crecer con mercado interno.

Tan sólo recordemos los factores que impiden el crecimiento, según la encuesta del Banco de México: el primer lugar son los problemas de inseguridad, el segundo lugar es la plataforma de producción petrolera y, el tercer lugar, la debilidad del mercado interno.

Curioso: los factores que no solían ser económicos, como la inseguridad pública o la corrupción, han pasado a ser factores que pesan en las decisiones de inversión.

ANTICORRUPCIÓN, EMPEZARÁ

Sobre la corrupción viene el Sistema Nacional Anticorrupción. Se crea una nueva fiscalía en la Procuraduría General de la República (PGR); se tiene un nuevo tribunal para casos graves de corrupción, se le dan nuevas facultades a la Auditoría Superior de la Federación.

Y la Secretaría de la Función Pública empieza a pedir declaración de conflictos de interés a los funcionarios públicos. Además, el Instituto Federal de Acceso a la Información y Protección de Datos (IFAI) es un acierto para buscar transparentar las decisiones públicas.

Aquí inicia un nuevo entramado institucional que podría combatir la corrupción. Quizá la faltante más grande es toda la tramitología existente, la cual puede producir más corrupción.

En el combate a la corrupción empiezan a darse pasos. Esperemos que lo mismo se diga en seguridad pública.