Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

29 Jul, 2015

Meme Font

Los seguidores de la serie televisiva Lost recordarán con facilidad las gigantescas letras utilizadas por la cadena ABC en el cartel promocional, las que aparecen justo detrás de los protagonistas. Lo que sí parece perdida en algún rincón de la memoria colectiva es la trayectoria del artista que hace medio siglo creó aquella icónica fuente tipográfica.

Ese estilo de caracteres se llama Impact y es obra de Geoffrey Lee, diseñador gráfico nacido el 7 de noviembre de 1929 en Wimbledon, Inglaterra, y cuya semblanza más completa fue escrita por Lisa Clatworthy en noviembre de 2009 para el sitio especializado Identifont. De acuerdo con su investigación, Lee estudió un curso de publicidad por correspondencia mientras realizaba su servicio militar en la Real Fuerza Aérea y, una vez concluido, comenzó una fructífera carrera en la concepción de emblemas, identidades corporativas y composiciones tipográficas para diversas empresas, la cual complementó como profesor en el London College of Printing.

Lee murió en 2005, aunque ni Clatworthy ni otras páginas precisan qué día y mes. En cualquier caso, no vivió para atestiguar la popularidad que alcanzaría su principal legado, de cuya creación tampoco está disponible un registro exacto, al menos en la red. Sólo se sabe que en algún momento de 1965 diseñó Impact, una letra alta y gruesa de la familia tipográfica Sans Serif (de las que no tienen patitas en los bordes, como la Helvética) y que fue comercializada por la fundidora británica Stephenson Blake.

El peso visual de Impact tenía el propósito fundamental de llamar la atención y por eso se le utilizó inicialmente en encabezados periodísticos. Su popularidad, sin embargo, se generó en el mundo digital, al ser una de las fuentes elegidas por Microsoft como estándar para su uso en computadoras personales (al igual que los formatos Arial y Times New Roman, que conoce bien el lector habituado a trabajar con procesadores de palabras como Word). Sin embargo, el éxito global de Impact es producto de las redes sociales, a las que debe que hoy sea conocida como Meme Font.

En efecto, se trata del tipo de letra utilizado para escribir las leyendas en mayúsculas que se colocan en la parte superior e inferior de una fotografía, una ilustración o un dibujo, la mayor parte de las veces con intención burlona o sarcástica (para lo cual deben ser breves y llamativas). La historia de cómo una antigua fuente de imprenta se convirtió en vehículo de mofa es relatada por Kate Brideau y Charles Berret, estudiantes del doctorado en la Universidad de Nueva York, en un muy serio ensayo publicado en diciembre pasado por la revista académica Journal of Visual Culture (Editorial Sage, Nueva York).

¿Cómo es posible que un formato de letra feo, forjado originalmente en metal, no sólo haya sobrevivido durante medio siglo, sino que además se haya impuesto a tipografías mucho más delgadas y finas, y de pretensiones más artísticas acorde con la sofisticación digital? Los factores que enumeran podrían caracterizarse como una especie de democratización del diseño. Primero, porque Impact era una fuente muy accesible al estar precargada de fábrica en el sistema operativo Windows, el más utilizado por la gente. Además, su grosor la hacía muy legible.

Por otra parte, los programas generadores de estos chistes están desarrollados para automatizar su elaboración: en lugar de diseñarse “manualmente”, establecen por default cómo irán colocados los textos y el tamaño del puntaje, una instrucción abreviada que en el lenguaje computacional se le conoce como “macro”. De hecho, Brideau y Berret consideran que una foto con unos letreros arriba y abajo técnicamente debe ser llamada “imagen macro”. Es su capacidad de ser replicada en internet lo que la convertirá en “meme” en el sentido de genética cultural; es decir, unidad de información capaz de copiarse, extenderse y transmitirse entre individuos, sociedades y generaciones, tal como definió el científico Richard Dawkins.

Justo el pasado domingo, el periodista Phil Edwards publicó en el portal Vox un completo reportaje sobre la historia del Meme Font y una prueba más de su linaje británico: la fotografía de un sonriente y esponjoso gato de raza British Shorthair que data de 2003, al que se le añadió la leyenda en Impact “I Can Has Cheezburger?”.  Culpen a ese chistorete pionero de que exista el Grumpy Cat.

marco.gonsen@gimm.com.mx

 

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