Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

18 Ago, 2016

¿Y nuestras elites, también nos abandonan? ¡Claro! ¿Qué esperaba usted?

Una de las ventajas de leer medios extranjeros, cuya relación con nuestro país y sus problemas, es ver las cosas desde lejos o si lo prefiere, ver los toros desde la barrera, es que de cuando en cuando encuentra uno opiniones que podrían sernos de gran utilidad si, como me dice alguien, buscáremos aplicar la esencia de las mismas –o lo que de ellas sería universal–, a lo que sucede en México.

Hace unos cuantos días, The Wall Street Journal publicó una opinión de la columnista Peggy Noonan acerca de las motivaciones de algunos gobernantes, en lo que se refiere a algunas decisiones que toman y aplican. De tener interés, aquí la podría leer: http://www.wsj.com/articles/how-global-elites-forsake-their-countrymen-1....

Toma como centro de su opinión la decisión de la señora Angela Merkel de recibir en su país un número de refugiados que a algunos pareció inmenso: 800 mil. Argumenta la autora, que la canciller alemana obraba así como expresión de su visión particular, la cual no tomaba en cuenta lo que sus gobernados pensaban al respecto. El título mismo, es interesante: How global elites forsake their countrymen (Cómo las elites globales abandonan a sus connacionales).

Le pregunto ahora: ¿Siente usted que nuestros gobernantes nos abandonan a nuestra suerte? ¿Piensa que la conducta que norma la gobernación que practican, no toma en cuenta la situación real de los mexicanos, y tampoco consideran elemento importante en lo que deciden y ponen en práctica, lo que pensamos acerca de éste o aquel tema o problema? (Ojo, no planteo las perversas consultas).

Le doy un ejemplo para que piense en el tema: ¿Le parece que el Presidente, cuando afirma que hay que dialogar, casi indefinidamente con la CNTE antes de utilizar el recurso non del Estado, el monopolio legítimo de la fuerza para restablecer el orden perdido en una parte del territorio nacional, piensa en los mexicanos y su suerte?

¿Acaso el Presidente, y los secretarios de Gobernación, Hacienda y Economía, valoran y toman en cuenta lo que piensan y padecen decenas de millones de mexicanos frente a los desmanes sin fin, y delitos mil de los integrantes de la CNTE, antes de tomar decisiones?

¿Y qué decir del secretario de Educación, personaje oscuro y bisoño en esto de la política, cuya actuación al frente de la SEP la ha visto, única y exclusivamente como el mejor instrumento para darse a conocer, dado el sueño guajiro que lo tiene obsesionado, ser candidato de su partido a la Presidencia de la República?

¿Qué le parece el tema? ¿Lo considera de utilidad, para evaluar más objetivamente a nuestros gobernantes, y a miembros de la clase política en general? De ser así, ¿por qué no empezar a preguntarnos de éste o de aquél, y de ésta o aquélla, si en verdad toman en cuenta nuestras aspiraciones y visión de los problemas, en el proyecto que, a uno al menos, lo tiene ya en los oscuros terrenos de la insania?

Al final del día, ¿qué quedaría del artículo citado? Simplemente, diría yo, un buen recurso para tratar de evaluar a los que obsesiona una candidatura la cual, casi seguramente, está a años luz.

Aplíquelo y se divertirá, cuando menos.

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