Darío Celis

Tiempo de negocios

Darío Celis

12 Sep, 2016

Con un pie en el concurso

La Reforma Energética no va a dar para reflotar a la vapuleada industria contratista de Pemex. El Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación prevé para 2017 un nuevo apretón para la llamada “empresa productiva del Estado”. Mala noticia para los proveedores históricos.

El golpe más duro va a ser para Grupo R, de Ramiro Garza Cantú, y no menos impactante para Oro Negro de Gonzalo Gil y José Antonio Cañedo White, Evya que encabeza Fausto Miranda, Arendal de Jesús García Pons y Perforadora Latina de Adolfo del Valle, firmas que tienen colocado en el extranjero deuda que se ha venido depreciando. El bono de 950 millones de dólares de Grupo R está cotizando en la actualidad en 58 centavos de dólar, que equivale a una pérdida de valor de 40%. El bono de Perforadora Latina se transacciona a 54 centavos, esto es 45% menos de lo que valía hasta el año antepasado.

La compañía debe 306 millones de dólares del papel que vence en julio de 2018. Oro Negro, como le he venido informando, unificó sus dos bonos, tras que una emisión por 750 millones de dólares cayera en default en diciembre pasado y negociara con sus acreedores empatarlo con el de 125 millones que fenece en los dos años y medio próximos. El problema para Oro Negro es que ya volvió a incumplir el pago de intereses y principal. Acordó un stand-still con sus prestamistas, pero se conoce, por voz de sus principales directivos, que están en ruta de solicitar el concurso mercantil. Otra firma que va en la misma dirección porque no hay manera de que Pemex no sólo les dé más contratos, sino que les pague en tiempo y forma los que no les canceló, es Evya, compañía que arrastra pasivos bancarios por otros 210 millones de dólares y ya hasta está teniendo que modificar razones sociales para esquivar la avalancha de demandas laborales que enfrenta en Veracruz y Campeche. Arendal es una más que está pasando aceite por el bono de unos cien millones de dólares, cuyo pago de intereses logró sortear apenas en mayo pasado, pero que dada la profundización de los recortes de proyectos en Pemex, simplemente será insostenible para la empresa desde el punto de vista financiero. Así que si bien 2016 fue de miedo para ésas y otras proveedoras de servicios petroleros de la empresa dirigida por José Antonio González Anaya, 2017 y 2018 serán de terror.         

GULFSTREAM G650

La crisis sí le hace lo que el viento a Juárez a la industria aeroespacial. Es un sector muy competido para las firmas fabricantes de aviones privados que ven en México un mercado muy atractivo.

Por ejemplo, Adrián Sada, el mandamás de Vitro, posee un Bombardier Global 6000; el accionista de Banamex-Citi, Roberto Hernández, y el presidente de Grupo R, Ramiro Garza, un Falcon 7, respectivamente; el fundador de Grupo Cifra, Jerónimo Arango, un Challenger 605. Son jets que tienen un valor de entre 55 y 35 millones de dólares. Se miden con Gulfstream Aerospace Corporation, que puede presumir tener el mejor avión del mundo. Hay varios empresarios mexicanos que tienen el modelo G550. Considere a los presidentes de Carso, Carlos Slim Helú, Grupo México, Germán Larrea, Femsa, José Antonio Fernández Carvajal, Interacciones, Carlos Hank Rhon, Televisa, Emilio Azcárraga Jean, y de Casa Cuervo, Juan Beckman, entre otros. Mujeres empresarias agregue a la exaccionista de La Modelo, María Asunción Aramburuzabala, y la socia del Grupo Aeroportuario Pacífico, Laura Laviada. Sin embargo, fíjese que ya hay varios pedidos para el nuevo modelo G650 que tiene un precio de lista de 67.5 millones de dólares. Hasta ahora un solo hombre de negocios se ha podido dar el lujo de tenerlo. Es Alberto Baillères, el dueño de El Palacio de Hierro, Grupo Nacional Provincial, Peñoles y el ITAM. Pero se sabe que ya hay pedidos en firme para más. Telmex, que dirige Héctor Slim Seade, es uno. Y había por lo menos otros cuatro solicitados.

HOMEX CON EL SAT

Homex, de Eustaquio de Nicolás, sigue negociando con la Securities and Exchange Commission las inconsistencias detectadas respecto de un número de viviendas que se registraron como vendidas, pero que a juicio del regulador estadunidense nunca se facturaron.

El asunto, nos dicen, ha seguido su curso y se va resolver con un arreglo entre las partes pronto. Pero lo que no se ha podido solucionar aquí es el abultado pasivo que la desarrolladora de vivienda todavía mantiene con el SAT y que asciende a unos 11 mil millones de pesos.

Las gestiones con Aristóteles Núñez no lograron avanzar gran cosa. Se cree que con la salida del funcionario, la semana pasada, y el arribo de Osvaldo Santín se flexibilice la posición del recaudador.

SEDESOL ADJUDICA

Al final, las empresas que entregaron posturas a la Secretaría de Desarrollo Social para suministrar 750 vehículos bajo el esquema de arrendamiento por un periodo de 24 meses fueron cinco.

Apunte a Integra Arrenda, de José Alfredo Abascal; Ferbel Norte, de Fernando Beltrán; Solar Auto, de Heriberto Salinas; Rental Solutions y Casanova Rent, de Joaquín Echenique. La ganadora fue esta última tras poner la oferta más económica, algo así como 510 millones de pesos.

El techo máximo que estimaba la dependencia que la semana pasada asumió Luis Miranda rondaba los 650 millones de pesos. Le decía que el ganador deberá surtir a la voz de ya 250 sedanes y 500 camionetas pick-up.

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