Meade a AMLO: lo agobiaron

José Antonio Meade no tiene ni un mes en la Secretaría de Hacienda y ya le tocó batear dos bolas rápidas.

Una, la del jefe de Gobierno capitalino, Miguel Ángel Mancera, “por su sonrisita”, a lo cual Meade le respondió que a su mamá le gusta mucho. Y ahora la del dirigente de Morena, López Obrador, quien en Twitter se refirió a que “Meade como Videgaray, es egresado del ITAM, escuela de tecnócratas neoporfiristas que han dañado la economía de la gente y la nación”.

DELGADO Y DI COSTANZO ALGO LE HICIERON

Meade le contesta en broma a López Obrador: “Cuando lo escuché, me sentí muy mal por Mario Delgado y Mario Di Costanzo. Lo tienen agobiado, algo le han hecho”.

La respuesta del secretario de Hacienda, primero fue en torno de burla, luego se volvió seria: (el de López Obrador) “es un planteamiento ramplón, el descalificar a una universidad que tanto le ha dado al país, a quienes de ahí somos, y no saber reconocer lo mucho que desde el espacio universitario se brinda”.

Lógicamente, López Obrador en su crítica a Meade agarró parejo, sin distinciones, sin ver que dentro de los economistas del ITAM también los hay con preocupación por el desarrollo social, como son varios economistas en la discusión pública.

SECRETARIOS DE HACIENDA, DE ITAM Y UNAM

López Obrador, seguramente, quiso referirse a los últimos secretarios de Hacienda, descalificarlos, meterlos en el saco del ochentero “tecnócratas” y crearles un nuevo calificativo: “neoporfistas”.

Los secretarios de Hacienda egresados del ITAM iniciaron con Pedro Aspe, y le siguieron con Francisco Gil Díaz, Agustín Carstens, Ernesto Cordero, Luis Videgaray, y ahora José Antonio Meade. En efecto, todos son egresados del ITAM, y todos han guardado el tema de finanzas públicas sanas, que hoy en día es indispensable para el funcionamiento de la economía mexicana.

Sin embargo, a los secretarios de Hacienda no se les puede poner en la misma canasta sólo porque egresaron del ITAM. Quienes egresaron de la UNAM, como José Ángel Gurría o Guillermo Ortiz (quien también fue gobernador del Banco de México), al igual que los del ITAM, buscaron finanzas públicas sanas.

LEGISLADORES DE MORENA, TAMBIÉN

Y claro que el tema da para mucho. Por lo pronto, Meade le recuerda a López Obrador que varios asesores cercanos a él, o legisladores que comulgan con su causa, también son egresados del ITAM, y quizá ni se ha enterado. Está el caso de Mario Delgado, quien fuera secretario de Finanzas del DF (con un papel bastante decoroso) y hoy es senador de Morena con críticas propositivas. Está el caso de Mario di Costanzo, quien fuera diputado del PT, fuerte crítico del Fobaproa y cercano a López Obrador, y a la fecha se convirtió en un buen ombudsman financiero, presidente de la Condusef (protegiendo los intereses de los clientes financieros frente a los bancos). O el caso de Vidal Llerenas, diputado de Morena, quien también es egresado del ITAM. Así están las cosas.

PESO SUFRE POR TRUMP, FED Y PETRÓLEO

El peso mexicano se depreció fuerte frente al dólar, llegó a los 20 pesos por dólar. Vino el nerviosismo y no es para menos.

A esos niveles, el dólar puede originar varios factores de inestabilidad: las importaciones en dólares podrían afectar los precios internos y elevar la inflación; el peso mexicano al ser tan débil podría necesitar un refuerzo para dar un mejor premio a través de una mayor tasa de interés, llevando al Banco de México a elevar las tasas de corto plazo afectando créditos; quienes tienen salarios en pesos (todos o casi todos en México) veríamos un menor poder adquisitivo. Las consecuencias negativas del peso depreciado están ahí.

¿Cuáles son las razones de la debilidad del peso? Son claras. Nos afecta que la Reserva Federal pueda elevar tasas el próximo miércoles (todavía no se sabe si lo hará), lo cual llevaría al Banco de México a subir sus tasas.

Otro factor que cada vez nos afecta más es la tendencia de más votos que tiene Donald Trump, el candidato republicano que ha propuesto renegociar el TLC, cobrar impuestos a empresas estadunidenses que están en México y quedarse con las remesas de los mexicanos que trabajan en Estados Unidos.

Y el tercer factor que nos afecta, sin duda, es el bajo precio del petróleo al ser un país que todavía tiene una fuerte industria petrolera, que afecta los ingresos públicos.