José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

18 Oct, 2016

Impuestos igual: ni azúcar ni prestaciones

El próximo jueves 20 de octubre debe estarse votando, a más tardar, la Ley de Ingresos, con la miscelánea fiscal. La promesa de Peña Nieto para lo que resta del sexenio es mantener el escenario tributario sin cambios, es decir, sin nuevos impuestos y sin modificaciones en las tasas cobradas.

Todo igual. Para algunos es una muestra de certeza jurídica. Para otros es una camisa de fuerza autoimpuesta por el gobierno. El resultado de votar el paquete de ingresos para 2017, tal y como lo presentó Hacienda, es sencillo: ni habrá cambios en el impuesto al refresco (el de bebidas azucaradas), tampoco habrá movimientos en la deducibilidad de prestaciones sociales (las de trabajadores que tanto han peleado los organismos empresariales).

IMPUESTO A REFRESCOS, NI MÁS NI MENOS

Sobre el impuesto a las bebidas azucaradas, como los refrescos, hoy en día es de 1 peso por litro. México fue pionero en este tipo de impuestos desde hace tres años.

Otros países lo han seguido, como el caso de Gran Bretaña. Y para la Organización Mundial de la Salud, de Naciones Unidas, México es un buen ejemplo de lo que se debe hacer para combatir la propagación de enfermedades no transmisibles, como la obesidad o diabetes, donde nuestro país ocupa los bochornosos primeros lugares mundiales.

Sin embargo, la Anprac (Asociación Nacional de Productores de Refresco), quiere desaparecer el impuesto. Argumentan que el impuesto a los refrescos no ha disminuido el consumo.

Sin embargo, el senador perredista, Armando Ríos Piter, quien está proclive a elevar el impuesto de 1 peso a 2.50 pesos por litro, contraargumenta que sí se redujo el consumo, en porcentaje, y por eso ha funcionado.

Sin embargo, por la decisión de Hacienda, ningún impuesto sería modificado. Si Hacienda gana esta partida, por tercer año no habría nuevos impuestos, y, por lo tanto, el gravamen a los refrescos permanecería tal y como está: no se elimina, pero tampoco sube.

PRESTACIONES SOCIALES, NO MÁS DEDUCIBILIDAD

Las prestaciones sociales se convirtieron en una bandera de la Coparmex, Gustavo de Hoyos, junto con el órgano rector del sector privado, el Consejo Coordinador Empresarial que preside Juan Pablo Castañón.

Los empresarios señalan que las prestaciones sociales de los trabajadores deben tener deducibilidad al 100%, lo cual suena razonable para estimular que los empresarios contraten más personal, pues al fin y al cabo al hacerlo tendrían mayor deducibilidad.

El problema con la deducibilidad de prestaciones fue que algunas empresas deducían las prestaciones de sus altos directivos, y hasta en tono de burla decían que querían deducir el club de golf.

Aquí Hacienda tampoco quiere dar su brazo a torcer. La verdad sería positivo tener una deducibilidad en prestaciones sociales de trabajadores con un tope a tantos salarios mínimos. Pero el gobierno insiste que no habrá más impuestos ni cambios en los mismos.

HACIENDA SE LA JUGARÁ SIN CAMBIOS FISCALES

¿El gobierno se puso una camisa de fuerza al autoimponerse no modificar los impuestos? Creo que sí, y eso ha evitado tener nuevas fuentes de ingreso.

Pero también es cierto que año con año no hay el problema de a quién le van a imponer más carga tributaria, y brinda un mínimo de certeza para la inversión.

PESO, UN POCO MEJOR

Conforme le va peor a Trump, le va mejor al peso mexicano.

Ahora que los candidatos republicanos quitan el apoyo a Donald Trump, el peso gana terreno (así lo comenta Banco Base). Y así va a ser hasta el 8 de noviembre, el peso podrá ganar terreno una vez que Trump pierda, y no es para menos. Recordemos que el candidato republicano quiere deshacer el TLC de América del Norte, cobrar impuesto a empresas de EU en nuestro país, requisar las remesas enviadas por trabajadores mexicanos que trabajan en EU. De ahí la relación inversa entre Trump y el peso.

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