Marco Gonsen

Memoria Flash

Marco Gonsen

7 Dic, 2016

Zero rating

Ya es poco frecuente, pero todavía, de vez en cuando, alguien publica en Facebook que esa red social será de pago y tendrá membresías diferenciadas por colores y tarifas (“gold y silver” o “azul y negro”). El cambio supuestamente será inmediato (“hoy mismo”, “esta noche”) y, para dar mayor credibilidad a la alerta, se asegura que ya salió “en las noticias”. Para evitar que nos apliquen la cuota, basta con pegar y copiar en nuestros muros.

Despreocúpese: Facebook nunca le cobrará por tener ahí un perfil. Por el contrario, hará todo lo posible por que usted navegue ahí gratuitamente. Incluso, intentará establecer acuerdos con las compañías telefónicas para que consulte su feis sin que le cueste un centavo de su plan de datos, o bien, brindándole un par de gigas gratis al mes.

Es más: usted no sólo no va a pagar nada, sino que muy probablemente Facebook será el que asuma el costo monetario. No sabemos con certeza cómo, porque los términos de sus acuerdos no suelen ser públicos, así que tampoco se enterará de ellos “en las noticias”.

Por eso, es poco probable que usted haya escuchado las palabras zero rating, que designan el esquema que permite a los proveedores de telefonía incluir –dentro de sus paquetes de prepago o plazo forzoso– el acceso gratuito o semigratuito a redes sociales y servicios de mensajería, música y video por streaming.

Estamos ante una de esas estrategias con las que puede estar plenamente de acuerdo o radicalmente en contra, según se vea. Por supuesto, los consumidores se benefician de aplicaciones como WhatsApp, con las que pueden sostener conversaciones largas y mandar imágenes, documentos y mensajes de voz sin invertir un centavo, a diferencia de los mensajes de texto SMS, por los que sí hay que desembolsar dinero.

Pero justo su mejor ventaja es su mayor problema: sólo WhatsApp –que es propiedad de Facebook– tiene los suficientes recursos –léase dinero, plataforma tecnológica e influencia– para llegar a este tipo de acuerdos con las firmas locales de telecomunicaciones, sin posibilidad de que otras empresas de mensajería puedan competirle comercialmente. Esto la convierte de facto en un monopolio.

De esta forma, el zero rating contraviene el principio de neutralidad de la red, pues significa que hay proveedores de contenido con la capacidad suficiente para garantizarse a sí mismos un trato preferencial. Esta circunstancia va en sentido opuesto a la idea de que el internet es un bien público al que se debe acceder en igualdad de circunstancias, sin privilegios para nadie.

Un buen ejemplo de lo difícil que es mantener una postura clara respecto de este problema es Free Basics, el proyecto de Facebook que facilita el acceso a redes móviles a comunidades del mundo que no tienen la suficiente capacidad económica para sufragarla. Poblaciones de África, Asia y Latinoamérica pueden entrar a determinados sitios donde encontrarán información útil –noticias, empleo, salud, enciclopedias... y el propio Facebook– “para mejorar su vida”, sin que les representen algún cobro por datos.

¿Quién podría estar en contra de esta aparente acción filantrópica? Pues quienes consideran que el principal beneficiario de este esquema es su propio patrocinador, Facebook, que de esa manera acrecienta su número de suscritos en el mundo, con lo que eso significa en términos de acumulación de poder político y económico, entre otras objeciones.

Por esta razón el zero rating es motivo de recurrentes polémicas. La más reciente es protagonizada por la Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos (FCC, por sus siglas en inglés), que rechazó el programa FreeBee Data de Verizon, que da gratuitamente contenidos web siempre y cuando sean patrocinados. También objetó la promoción de AT&T de ofrecer streaming de DirecTV sin cobrar datos, al considerar que perjudica a firmas similares como Netflix y Hulu. Es un esquema parecido al plan Binge On de T-Mobile, que otorga a sus clientes acceso ilimitado a varios canales, entre ellos HBO Go, ESPN, Showtime, YouTube y Spotify... pero no a Vimeo.

El director financiero de T-Mobile, Braxton Carter, expresó el lunes su confianza en que el gobierno de Donald Trump será menos estricto en la regulación que el de Obama, un férreo defensor de la neutralidad de la red. Considerando la vocación por el lucro del futuro Presidente de EU, aquí se verá si lo que es bueno para los negocios también lo es para la democracia.

marco.gonsen@gimm.com.mx

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