David Páramo

Análisis superior

David Páramo

27 Ene, 2017

Fue ella

Los lineamientos del Instituto Federal de Telecomunicaciones que, supuestamente, buscan defender a las audiencias, entrarán en vigor el primero de febrero, tienen a una principal responsable: María Lizárraga, titular de la Unidad de Medios y Contenidos Audiovisuales de ese organismo.

Esta funcionaria, a penas mediana, hizo una interpretación equivocada no sólo de lo aprobado por los legisladores sino de las discusiones que se dieron en el pleno en los que, le aseguro, había una gran cantidad de ayatolas que, por lo visto, impusieron su ego en contra de las audiencias.

Es de reconocerse que algunos comisionados trataron de hacer interpretaciones correctas de lo que, como documenté ayer, es una confusa legislación que abrió la puerta a las barbaridades que sin remedio tendrán que asumir los concesionarios mexicanos de radiodifusión.

Los lineamientos no protegen a las audiencias, sino que ponen los cimientos para un régimen de censura lo que es particularmente inaceptable en un entorno en el que parece que la cerrazón gana espacios en el mundo.

Las ocurrencias que redactó Lizárraga van más allá de los límites de la ley, puesto se toman indebidamente el derecho de determinar qué es veraz y cuál es la información oportuna. Imagine el grado de censura que el IFT determine que las críticas o las opiniones en contra del gobernante en turno no son veraces ni oportunas, pero sí lo es ensalzar al político en turno.

Establecen sanciones superiores a las de la ley e inventan sanciones superiores como un porcentaje entre 1% y 3% de los ingresos del concesionario durante el año fiscal previo y en caso de reincidencia es del doble. Se llega al extremo de poder quitar la concesión por ejercer la libertad de expresión.

Hay indicios claros de que el documento de Lizárraga está fusilado del modelo inglés, donde los medios de comunicación son públicos y financiados por el Estado de ahí que sea fundamental dividir entre la opinión del comunicador con la del medio que, al final del día, es un ente gubernamental.

Es lógico que en un medio público sí deba hacerse una diferencia muy clara entre la opinión del periodista, personal y ser protegida por la ley, así como información puesto que en ese caso sería la posición del gobierno.

Parecería que en el deslumbramiento que suelen tener los funcionarios apenas medianos con las regulaciones internacionales, le impidió hacer un análisis serio que sirviera de base objetiva para hacer una regulación a favor de las audiencias, puesto que  ignora la realidad nacional y el compromiso que debe tenerse sobre el cuidado a la libertad de expresión.

Es tan malo el documento que desconoce resoluciones como la del ministro Alberto Pérez Dayán, emitida en noviembre que señala: “La libertad de informar no debe ser limitada bajo ninguna ley o reglamento”.

La posición asumida por el IFT a través de la mediana funcionaria ha generado fricciones con la Secretaría de Gobernación que, legalmente, es la responsable de tutelar los contenidos, sino también con otras instancias como la Cofepris.

No existe ninguna justificación para que estas regulaciones que tienden a la censura y generan una competencia injusta en contra de los concesionarios mexicanos, puesto que las empresas internacionales están libres de estas regulaciones por lo que se crean incentivos para poner las empresas fuera del país.

Las empresas de radio y televisión abierta tienen la mejor disposición de cumplir con la ley y los lineamientos de la autoridad, como siempre lo han hecho, pero tienen claridad en que el documento impulsado por Lizárraga pone semillas para la censura.

TENSIÓN

La incertidumbre causa mayores problemas a la economía que los hechos consumados, de ahí que el comportamiento del tipo de cambio se haya mantenido al cierre de la jornada en el terreno positivo.

Hoy no hay especulaciones. Donald Trump y su gobierno plantean la terminación del muro fronterizo entre México y Estados Unidos que sea pagado por México, el cual podría ser financiado con un impuesto al comercio exterior con nuestro país de 20%. México está determinado a no pagar por el muro.

El presidente de Estados Unidos siente que México le ha faltado el respeto y plantea la renegociación del Tratado de Libre Comercio de modo que pueda cumplir la promesa de poner por encima el interés de su nación.

México está dispuesto a mantener las negociaciones del acuerdo comercial siempre y cuando prevalezca el interés nacional.

La molestia de Trump está fundamentada en la falta de comprensión de México en el sentido de que el muro beneficia a las dos naciones por el combate a la delincuencia organizada y la migración ilegal del sur.

Todo, absolutamente todo lo demás, sale sobrando. Con base en este escenario se debe trabajar.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube