Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

8 Jul, 2017

La segunda impresión sobre Japón

Un buen paseo por Tokio hizo que mi primera impresión sobre Japón cambiara. La dinámica de la economía de esta ciudad es de llamar la atención. Se ve la modernidad y se siente lo cosmopolita de la ciudad. Lo anterior me llevó a pensar en lo que he escrito varias veces sobre que hay dos Méxicos que se mueven a distintas velocidades. La conclusión sobre Japón es la misma: hay movimiento a distintas velocidades.

Sobre Tokio lo impresionante no es sólo la población y el tamaño de la ciudad, sino también la gran diversidad de actividades: gobierno, sector financiero, sector servicios y actividad comercial de tiendas de ropa y otros productos.

En la zona metropolitana de Tokio se observan dos realidades. La primera es que las construcciones son de tipo horizontal, tanto vivienda, como oficinas. La segunda es que los espacios verdes son muy limitados y se limitan a los parques públicos.

Tokio es una ciudad en la que un número importante de edificios son altos, nuevos y con diseño arquitectónico de clase mundial. También es una ciudad en la que hay construcción nueva y hay renovación a la infraestructura. Por ejemplo, la renovación mayor a las estaciones del metro de Tokio. También se percibe apertura con una señalización extremadamente amigable al turista.

Sí me llamó mucho la atención que a pesar del gran número de habitantes, con muchos edificios y con muchos comercios es una ciudad que resalta por la limpieza y el orden.

Sorprende la cantidad de gente que se desplaza en metro y en los trenes suburbanos. Es una realidad que una buena parte de la población se desplaza en transporte público. Sobre todo en la mañana los vagones van saturados de gente.

El movimiento de personas en las estaciones contrasta con un tráfico en las calles que es bastante soportable comparado con el de ciudades como México, Nueva York o Sao Paulo.

Lo común en las grandes ciudades es que se vive con más estrés que en lugares de menor tamaño. Tokio no es la excepción. La gente ligada al sector turismo es menos hospitalaria y cortés que en la provincia. Por ejemplo, los taxistas son menos amables, pero comparados con los de ciudades como Nueva York son los más civilizados.

Algo que sí contrasta es que a pesar de ser un país y Tokio una ciudad rica, una buena parte de la población vive en departamentos que son más bien pequeños porque el valor de los inmuebles es muy elevado.

Me llamó la atención que una buena parte del comercio en las zonas turísticas y de clase media alta es de tiendas de lujo, con una arquitectura y diseño de la sucursal que es espectacular. Este fenómeno sólo es sostenible si hay demanda por estos bienes.

En la parte de restaurantes la oferta es muy amplia, lo que es otra manifestación de que Tokio es una ciudad menos conservadora, más abierta a la globalización y con una mentalidad menos tradicionalista.

En síntesis, sí es muy distinto lo que se ve en Tokio y en el resto de Japón. Este fenómeno no es exclusivo de ese país, también se ve en otros lugares como México.

La diferencia entre Japón y México está en el nivel relativo. Nuestra ciudad más desarrollada tiene un menor nivel de desarrollo y riqueza que Tokio. Nuestras regiones de movimiento lento se parecen a la economía de un país de ingreso bajo y las de ellos a la de un país de ingreso medio alto. Por lo tanto, si queremos que mejore nuestra economía tenemos que lograr un crecimiento parejo que cierre ambas brechas.

*Director general del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

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