David Páramo

Análisis superior

David Páramo

14 Jul, 2017

No al NAICM

Igual y tienen razón quienes se oponen a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El general revolucionario Sóstenes Rocha decía que Dios repartía la mala suerte entre los tarugos y la SCT ha tenido muy mala suerte. Es difícil recordar algo que haya resultado bien.

No resultaron los trenes del Mayab, el México-Querétaro, la colocación de un satélite, la entrega de televisiones en la TDT, la política bilateral en materia de aviación, el nombramiento de subsecretarios, el libramiento de Puebla y una lista interminable que comienza con la carretera México-Toluca (donde están haciendo ahora una obra tan ineficiente como mal hecha y en la que no han corregido los graves problemas de diseño); el paso de Huixquilucan que, misteriosamente, tuvo la misma mala suerte, o el Circuito Exterior Mexiquense, donde la nata de corrupción con OHL México es particularmente densa.

Las muertes, por omisión, de Juan Mena Romero y Juan Mena López, ocurridas en el Paso Exprés de Cuernavaca, son una muestra más de la gran indolencia, incapacidad y muy posiblemente corrupción en la SCT.

Se dijo, ante las advertencias que hicieron los pobladores, que le pusieron relleno hidráulico, pero que “no se dieron cuenta” que era algo estructural para tenderle la cama al delegado de la SCT, que ya usaron como chivo expiatorio. Al despedir al funcionario por no hacer caso, se contradice la versión de que el problema no es de la constructora. 

De ahí se pasa a la versión de que es culpa de los que tiran basura en los arroyos y a la mala suerte. Se habla de lluvias atípicas y se trata de hacer creer que pasó un tsunami por Cuernavaca que nadie sintió. Suponiendo, sin conceder, ¿la obra se hizo con los requerimientos mínimos y se confió en que no habría nada atípico? Se necesita ser muy ingenuo para creer esa versión.

AEROPUERTO INTERNACIONAL DE LA CIUDAD DE MÉXICO

Es difícil creer que la irresponsabilidad criminal de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y empresas como Aldesa no se está replicando en la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. No hay una sola evidencia de que la indolencia, incapacidad y muy posiblemente corrupción de esta dependencia no se esté replicando en la más grande obra de infraestructura del país. Incluso la SCT alude, indirectamente, problemas del constructor.

En la Secretaría de Comunicaciones y Transportes se sigue un mismo patrón: actos faraónicos para presumir lo que será; promesas huecas y elogios dignos de la revolución bolivariana. En los hechos, es fácil suponer que hay una gran indolencia y descuido. Está a cargo de un hombre que tiene muy mala suerte y que no existe ninguna evidencia de que, en esta, lo hará bien.

Si no se puede con un paso carretero de 14 kilómetros, para el que se gastó el doble de lo presupuestado, y costó la vida a los miembros de la familia Mena, mucho menos se podrá con el Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Imagine las explicaciones que intentarían ante una tragedia en esta terminal aérea: pero si le hice unos actos apoteóticos al Presidente; no pudimos prever los movimientos atípicos de la tierra; quién se iba a imaginar que los aviones iban a ser más grandes y pesados. Cayeron lluvias atípicas sobre el Estado de México. El gobierno indemnizará a los que cayeron en el socavón de la pista… Evidentemente, esperarían aferrarse al hueso de la siguiente administración.

NO HAY SERIEDAD

Las supuestas justificaciones que se han dado son patéticas y deberían ser inadmisibles para el Presidente, quien ya debió haber cortado algunas cabezas. Esperar dignidad en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no corresponde a este México de aferrados al puesto público, lo que debería desaparecer.

En este momento se debería haber pedido al órgano interno de control que diera vista tanto a la Auditoría Superior de la Federación como la Procuraduría General de la República para deslindar responsabilidades no sólo de los hechos que terminaron con la muerte de los Mena, sino una revisión integral de toda la obra.

Se prefiere al Colegio de Ingenieros, como si fuera alguna autoridad gubernamental, para hacer creer que se trabaja cuando, en realidad, lo que se está planteando es una cortina de impunidad.

Este es el momento de oponerse, abiertamente, a la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes y todo su su equipo sólo garantizan un peligro para esta obra.

Finalmente, y con dos días de retraso, la SCT denunció ante la Procuraduría General de la República.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube