El paradigma de la inteligencia artificial

Dos de los mayores emprendedores en el mundo chocaron por sus opiniones en uno de los temas más actuales en el mundo de los negocios, la inteligencia artificial. El domingo pasado, Mark
Zuckerberg descalificó las advertencias que hizo Elon Musk con respecto a la inteligencia artificial y la necesidad de regular dicha tecnología. Un día después, el propio Musk tuiteó que ha platicado del tema con Zuckerberg y su entendimiento de la inteligencia artificial es limitado.

Los cautos

El argumento de los que advierten acerca de los riesgos de la inteligencia artificial es que la naturaleza misma de dicha tecnología puede hacer que perdamos rápidamente el control de ésta, a lo que se suma el poder desproporcionado que puede representar en las manos equivocadas. Un punto interesante de los que advierten acerca de los riesgos de la inteligencia artificial es que el marco de referencia para entender los cambios que puede desatar tiene que ser exponencial, es decir, que la velocidad de la evolución de la tecnología será mucho más rápida y que aquellos que no se dan cuenta de ello es porque tienen un marco de referencia secuencial. 

Los optimistas

En la contraparte del argumento donde se sitúa Zuckerberg está que la tecnología es neutra y, por lo tanto, encarna riesgos, pero también inmensos beneficios, por lo que, y como ha ocurrido hasta hoy, el saldo es que la inteligencia artificial será más positiva que negativa.

El físico y divulgador de ciencia Michio Kaku entró al debate y dijo: si eres un filósofo y piensas en el largo plazo, las palabras de Musk son proféticas, si piensas en el corto y mediano plazo y buscas dónde estará el dinero, entonces sigue a Mark Zuckerberg. El argumento de Kaku es bueno en tanto es pragmático, dado que una de las grandes tendencias en el mundo de los negocios tiene que ver con términos como redes neuronales, machine learning, que son componentes de la inteligencia artificial.

Para entender las dimensiones de la inteligencia artificial vale la pena leer un espléndido escrito de Tim Urban en su blog, en el cual clasifica la inteligencia artificial en tres etapas. El primer calibre de la inteligencia artificial es en el que nos encontramos actualmente y se refiere a la Inteligencia Artificial Limitada que tiene aplicaciones específicas, como jugar ajedrez o manejar un auto o incluso procesar un texto  donde el sistema de procesamiento de la máquina supera fácilmente la capacidad de gestión de información del cerebro humano. El segundo calibre de la tecnología es Inteligencia Artificial General, donde el sistema de cómputo no se limita a un área específica y supera la capacidad humana en varias o todas las áreas, por ejemplo, manejar un automóvil, predecir el clima y al mismo tiempo interpretar las emociones humanas o gestionar una empresa. Y el tercer calibre de la inteligencia artificial se refiere a Superinteligencia Artificial, la cual sería superior en el orden de varios factores a la inteligencia humana y cuyas consecuencias son difíciles de evaluar y calcular.

En el momento actual nos encontramos en la Inteligencia Artificial Limitada y avanzando hacia la Inteligencia Artificial General y, en ese sentido, Kaku tiene razón, si como país no queremos quedar del lado equivocado de la brecha de inteligencia artificial tenemos que comenzar a nutrir emprendimientos en esa área que hasta ahora son escasos en América Latina y en México.