Ángel Verdugo

Economía sin lágrimas

Ángel Verdugo

1 Ago, 2017

¿Cómo combatir la enfermedad de las tareas imposibles?

 

A raíz de la colaboración del doctor Luis Rubio (Las pequeñas cosas), este 23 de julio, el doctor Héctor Aguilar Camín publicó una serie de cinco colaboraciones en el medio en que colabora, para la cual toma como centro de las mismas la colaboración del doctor Rubio. A ambos y sus colaboraciones, les siguieron Román Revueltas y anteayer domingo, Gabriel Zaid.

Todos ellos, con una claridad meridiana, escribieron a favor de Las pequeñas cosas o si lo prefiere, a contrario sensu de lo escrito por aquéllos que han hecho de proponer Las grandísimas cosas —todas ellas, prácticamente inalcanzables por ser simples ilusiones o sueños guajiros—, toda una estrategia que les reditúa presencia en los espacios mediáticos y la luz de los reflectores, además de conferencias en México y fuera de él.

Los que plantean las segundas, Las grandísimas cosas, con una aparente seriedad que hace que dos o tres que andan a la búsqueda de lo mismo que ellos, se les unan para formar, entre todos, un nuevo grupúsculo que aproveche la coyuntura.

Al cabo de algunas semanas o dos tres meses, frente al fracaso de sus propuestas irrealizables, en vez de la obligada autocrítica, lo que vemos es el salto de trapecio para colgarse de un nuevo sueño, de una nueva ilusión que les permita seguir disfrutando de atención mediática, invitaciones y contratos para dar conferencias y pontificar, en una que otra reunión en el extranjero, por ejemplo, de la lucha exitosa de la sociedad civil en México, en contra de la corrupción.

Lo que ayer fue lucha en contra de la corrupción para salvar al pueblo mexicano, hoy es Vamos por más; ¿qué más? Juzgue usted mismo:

Nunca en la historia de la democracia mexicana se había dado una convocatoria tan amplia y plural/ “En primer lugar, y en eso coincidimos con lo propuesto por el colectivo una #FiscalíaQueSirva, (catalizaremos) una discusión a fondo y una reforma constitucional y legal que resulte en una Fiscalía General no solo autónoma, sino independiente, eficaz, con los controles democráticos adecuados”. /La transición de la PGR a la Fiscalía General de la República es el tema más importante que tiene México en los meses y años por venir. 

Los tres párrafos han sido tomados del documento leído el día de la formalización de Vamos por Más por el Sr. Diego Luna. He subrayado con negritas dos de ellos para mostrar, en el primero, la soberbia de quienes desconocen la historia reciente de las luchas sociales y políticas del país, y en el segundo, el subjetivismo que brota imparable: ¿En verdad hay alguien con dos dedos de frente, que aceptaría sin chistar que esa transición, la de la PGR a la Fiscalía General, sea el tema más importante que tiene México en los meses y años por venir?

Las colaboraciones citadas, la del doctor Luis Rubio, las seis del doctor Aguilar Camín, una de Román Revueltas y otra de Gabriel Zaid, echan por tierra esa visión —popular en los tiempos que corren—, de sedicentes intelectuales, investigadores o académicos que ven en las grandísimas propuestas, su pase a la posteridad y fama.

Sin embargo, la terca realidad es implacable; en pocos meses se hace presente, y cobra la factura al exhibir el oportunismo de los autores y promotores de aquella ilusión y demuestra que, desde la experiencia del cubículo y el pizarrón, muy difícilmente se logra elaborar propuestas viables que impulsarían, ellas sí, la lucha por hacer del nuestro, un país más justo y verdaderamente democrático.

¿Qué hacer ante este grupúsculo y muchos similares, que se regodean en propuestas inalcanzables, pero de nulos efectos positivos en la lucha política?  A excepción de denunciar su oportunismo, nada puede hacerse.

Por lo demás, quienes pensamos que Las Cosas Pequeñas son los ladrillos que permitirían construir un México mejor, debemos seguir trabajando en esa dirección.

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