José Yuste

Activo empresarial

José Yuste

15 Nov, 2012

México con reforma laboral, falta la receta de Brasil

Las reformas estructurales, poco a poco, van saliendo. Las dos iniciativas enviadas por el presidente Felipe Calderón, la de contabilidad gubernamental para transparentar los estados, y la reforma laboral para formalizar nuevas maneras de contratación, van siendo aprobadas.

Después de más de 12 años, las reformas estructurales empiezan a caminar. Sólo que ahora, sinceramente, falta la receta de Brasil, por medio de la cual se empezó a ver como la estrella de América Latina.

Lula, el gran vendedor

Brasil llama la atención por su tamaño. Son más de 192 millones de habitantes.

Es la economía más grande de América Latina, pero sobre todo atrajo la mirada de todo el mundo por sus reformas y la promoción que se hizo de ellas.

El ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva fue, sobre todo, un gran vendedor de su economía.

Cambios brasileños… se veían más

Es cierto que sacó adelante cambios. Iniciando por el fiscal, o el de la Bolsa de Valores. Es cierto que cambió Petrobras y fue la mayor colocación en Bolsa que se ha hecho de una empresa. Pero igualmente cierto es que dicha colocación fue, sobre todo, adquirida por el mismo gobierno.

O que Brasil, con todo y todo, sigue siendo inseguro y sufre problemas graves en Sao Paulo. O que ahora sin el factor Lula, con una presidenta más técnica, le cuesta trabajo jalar los reflectores.

A Peña le tocará la estrategia

México debe promocionar más su economía. Ya no le tocará al presidente Calderón, sino al presidente electo, Enrique Peña.

Deberá dar a conocer en todo el mundo que la economía mexicana ha iniciado un camino de reformas.

Debe empezar el cabildeo de la diplomacia fiscal y económica, tal como la vimos la última vez con la gestión de Carlos Salinas, que nos guste o no, fue un momento donde México salía a relucir en todos los eventos internacionales (había renegociado la deuda externa, negociaba el TLC de Norteamérica, daba autonomía a Banxico… y todo se decía y se presumía en foros nacionales e internacionales).

El escaparate que fue el G20

Si bien el presidente Calderón pudo echar a andar parte de la atracción a México con el G20, también debemos decir que no lo pudo hacer del todo porque no había cambios estructurales.

Sí se sabe que nuestra economía es estable, con finanzas sanas y sin problemas de deuda. Por eso están llegando los capitales de portafolio.

Pero debemos reconocer que la Inversión Extranjera Directa ha caído. Somos una economía que no ha crecido a buen ritmo y nuestro mercado no es tan apetitoso.

Con reformas, a vender el camello

Todo ello puede cambiar si salen adelante las reformas. Es ahí cuando más que nunca deberemos recordar la receta del Brasil de Lula: promoción, promoción y promoción.

Debemos cambiar la imagen de un país inseguro, donde sólo se sabe de nosotros por el narcotráfico o mafias, para reflejar mejor los avances económicos, sobre todo si las reformas empiezan a aprobarse.

CCE: formalizar a lo informal

La reforma laboral tiene un reto inmediato: formalizar a tanto informal.

El Consejo Coordinador Empresarial, presidido por Gerardo Gutiérrez Candiani, recuerda que 67% de los trabajadores laboran como informales. Es una cifra alarmante. Son casi 30 millones de empleados.

Y ya ni se diga de los jóvenes que entran al mercado formal de trabajo.

Los acuerdos para modernizar la Ley Federal del Trabajo, en esta reforma, deben ayudar a combatir el mercado informal y ser el marco para contratar más jóvenes.

Ya veremos de qué está hecha la reforma.

Francia ajuste a su ritmo, no al de Alemania

Francia aprobó medidas de competitividad. Incluso en el mensaje de esta semana el presidente François Hollande, le recordó a Alemania que no está para darles receta.

Y que sí van a ir haciendo ajustes, pero a su ritmo y medida.

Sinceramente, la economía francesa debe hacerlos, sobre todo por un déficit fiscal que tiene alto.

Pero al ver el caso de España, donde el ajuste se ha hecho de manera traumática, con verdaderos dramas de familias y hasta suicidios de quien no pudo pagar la hipoteca, quizás el ejemplo francés sea el mejor, con todo y que se sabe que su Estado de bienestar puede ser exagerado.

Francia no puede seguir con cero crecimiento, con una tasa de desempleo alta de 10% y un gasto público que supera 50% del PIB.

Hollande salió a tranquilizar a los mercados argumentando que sí se ajustará a 3% de déficit público, solicitado por los mercados, y sobre todo presionado por la canciller alemana, Angela Merkel.

Pero está más que visto que los franceses harán el ajuste a su manera. Vamos a ver cómo les resulta.

Por lo pronto, los galos siguen siendo los campeones en el principal Estado de bienestar, sólo que se debe combinar con más competitividad y
menos déficit.