Pedro Alonso

Consejería

Pedro Alonso

1 Oct, 2014

Europa, cada vez más cerca del momento de decidir

Ayer amanecimos —por cosas de diferencia horaria— con la noticia de que la inflación en Europa había llegado a 0.3% en septiembre, con lo que se llega a un dato mínimo desde 2012. Y sí, están en un serio riesgo deflacionario, si bien hay quienes piensan que este nivel es el “piso” inflacionario, aunque admito que no sé en qué se basan.

Desde luego, lo siguiente que pasó es que el euro llegó a 1.26 por dólar, nivel similar al de septiembre de 2012, cuando se atravesaba por una de sus tantas crisis de los últimos años —cuando Grecia amenazaba con salirse del sistema euro.

Pero quizá más importante que el nivel alcanzado es la velocidad con que el mercado ha ajustado la moneda comunitaria. En mayo pasado estaba en 1.40 por dólar y hace dos semanas, en 1.30; es decir, de mayo a la fecha se ha depreciado 10% y, en quince días, otro 3%. Una depreciación de 13% en poco menos de cinco meses no es cosa menor, pero hasta ahora no ha reflejado sus efectos ni en la inflación ni en el crecimiento

Y quizá no haya terminado la baja, pues evidentemente el mercado está anticipando —y tomando el riesgo— que el Banco Central Europeo (BCE), ante las evidencias, tomará la decisión de iniciar una expansión cuantitativa, al estilo Fed, o más o menos, cosa que sabremos mañana.

Veremos qué pasa. A estas alturas del partido, no me atrevo a hacer un vaticinio, pues pienso que la decisión de tomar medidas no ortodoxas de política monetaria debió haberse hecho hace ya muchos meses y no ha pasado nada, por razones de índole política, aun con las evidencias que se tienen en términos de inflación y crecimiento en la eurozona, en clara condición crítica. Así que en realidad la decisión del BCE, cualquiera que ésta sea, pasará por un filtro que no me siento capacitado para evaluar.

Pero lo que piensa el mercado es que el BCE iniciará un programa fuerte de relajamiento monetario y entonces, dado que la tasa de rendimiento de los valores emitidos en euros implícitamente bajaría —más oferta del mismo bien (crédito primario, del BCE) al mismo precio—, pues los flujos de capital tenderían a dirigirse más aun hacia el dólar y, eventualmente, a divisas como la nuestra, con “razonable” tasa de interés y un respaldo macroeconómico estable.

Con un escenario así, el euro tendería a depreciarse y serviría de apoyo a las exportaciones europeas, que son un ingrediente muy importante para la actividad económica de la región —sobre todo ahora que no le venden a Rusia— y, además, podría generar algo de inflación a través de importaciones más caras, pero todo esto está por verse.

Por supuesto, el índice que mide al dólar contra varias monedas (ya lo he descrito recientemente) siguió subiendo, con la consecuente afectación a varios mercados, entre los que sobresalen los emergentes productores de materias primas, que se han encarecido por estos asuntos cambiarios, tema del que escribí hace pocos días.

Para nosotros, me refiero a México, la situación externa no es mala, independientemente de la tipo de cambio peso/dólar, que es un elemento menor, por el momento. En septiembre, cuando el índice de mercados emergentes (MEE), que en el pasado reciente he descrito, cayó casi 10%, el IPC mexicano lo hizo en 3.3%. Y desde mayo, cuando empezó este reciente tramo de apreciación del dólar, el índice de monedas que se sigue en los mercados se depreció en 9% y el peso mexicano en 5%. Algo ven los mercados que marcan estas diferencias.

Claro que los comportamientos descritos, y que favorecen a México tendrán que ser respaldados por realidades, más allá de los eventos y discursos políticos. Los hechos de la realidad tendrían que ser más contundentes, a favor de la sociedad local, que distingue claramente entre las estadísticas y los dichos.

Por lo pronto, en el terreno del mercado, el IPC parece haber encontrado una zona de estabilidad y seguramente estará en espera de datos y eventos que le sirvan de motivo para tratar de emprender un alza, nuevamente hacia los 46,500, si bien creo que es pronto para hablar de ello. Me conformaría ahora con la cuestión de la estabilidad y, quizá, con 1,000 o 1,200 puntos más. Suerte.

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