Rodrigo Pacheco

Suma de Negocios

Rodrigo Pacheco

3 Dic, 2014

2014 no es 1994: las empresas

En unas semanas se cumplen 20 años de una de las peores crisis que ha experimentado México y justo en estas fechas hay quien considera que podríamos acercarnos a una nueva debacle económica ante la depreciación del peso, así como al bajo precio del crudo y un desempeño que no ha estado vinculado a la recuperación de Estados Unidos. Sin embargo, las condiciones son muy distintas y esto es apreciado por las empresas, muchas de las cuales continúan realizando inversiones y se mantienen optimistas con el devenir económico del país en el mediano y largo plazos.

Régimen de tipo de cambio distinto

Una de las principales diferencias entre los tiempos actuales y hace 20 años es que el tipo de cambio actual se mueve bajo un régimen de libre flotación, es decir responde a la oferta y demanda de divisas por lo cual los ajustes se dan de manera automática y no se acumulan grandes desequilibrios como el que se había generado a finales de 1994 que llevó al gobierno recién formado de Ernesto Zedillo a tratar de compensar el desarreglo que había recibido como herencia, a través de un movimiento en la banda de flotación que implicaba que el tipo de cambio iba a pasar de 3.5 pesos por dólar a cuatro unidades por la divisa estadunidense. El anunció se hizo un 19 de diciembre y tuvo el mismo efecto que se habrá observado cuando el capitán del Titanic anunció que la embarcación se iba a hundir, pero que todo saldría bien si lo hacían con orden, al igual que los pasajeros de la desafortunada embarcación que empresarios, banqueros e inversionistas sabían que no había suficientes botes salvavidas y reinó el pánico.

Mucho más respaldo

En aquel fatídico 1994, las reservas acumuladas ascendían a 28 mil millones de dólares aunque rápidamente se fueron acabando, el 23 de marzo con el asesinato de Luis Donaldo Colosio las reservas cayeron en 11 mil millones de dólares y siguieron bajando subsecuentemente. Además, las reservas eran un tercio del total de la inversión de cartera lo que en momentos de turbulencia dejó al país en una fuerte precariedad, en contraste el reporte más reciente del Banco de México registra que en los primeros nueve meses del año, la inversión de cartera fue de 37 mil 353 millones de dólares mientras que las reservas internacionales son de 192 mil millones de dólares a lo que hay que sumar la Línea de Crédito Flexible que acaba de renovar el Fondo Monetario Internacional para nuestro país por 70 mil millones de dólares.

No hay Tesobonos

Uno de los instrumentos al que recurrió Carlos Salinas para sobrellevar el convulso 1994 fueron los Tesobonos,  unos documentos de deuda de corto plazo denominados en pesos, pero que se pagaban al tipo de cambio y que para 1994 representaban 55.3% de los valores gubernamentales, apenas en 1993 representaban apenas 2.8 por ciento. Cuando llegó 1995, las reservas de México eran de poco más de seis mil millones de dólares, sin embargo, los compromisos de deuda que vencían en los primeros meses de ese año eran de 25 mil millones de dólares. Ahora la estructura de la deuda es distinta, el mayor volumen es denominado en pesos y los vencimientos son de largo plazo así que no hay una inminencia de un problema similar al del 94 en 2014 en ese frente.

Sistema bancario mucho más sólido

En 1994 la euforia de la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio y el optimismo que se respiraba llevó a un mayor otorgamiento de créditos y muchas personas se endeudaron alegremente hasta que la orquesta dejó de tocar y la cartera vencida de la banca comercial llegó a 8% México aprendió la lección y ahora sabemos que pasaría si la orquesta deja de tocar lo que se ha denominado exámenes de estrés que fueron establecidos a nivel internacional. A diferencia de 1994 la banca actual está gestionada con prácticas globales y de acuerdo con el reporte de octubre del sistema financiero elaborado por el Banco de México, “dichos resultados muestran que los bancos y las casas de bolsa mantendrían, en general niveles razonables de solvencia”.

No hay sorpresas

Tanto las empresas nacionales como foráneas observan todas estas condiciones a lo que se suma el manejo de una política monetaria independiente por ello no es sorpresa que José Antonio Fernández Carbajal de FEMSA haya decidido comprar una cadena de farmacias esta semana, o que AT&T haya decidido comprar a Iusacell, o que Antonio del Valle, de Grupo Kaluz, haya mencionado en entrevista con Excélsior que “hay muchas cosas que hacer y se abrieron unas puertas muy amplias para que México siga creciendo”. Más allá de los discursos, los empresarios ponen dinero en donde ven oportunidades y saben que, aunque hay grandes retos en materia de seguridad, de Estado de derecho y transparencia 2014 no es 1994.

Síguenos en Twitter @DineroEnImagen y Facebook, o visita nuestro canal de YouTube