Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

Guillermo Zamarripa

18 Abr, 2015

Sobre las percepciones para 2015

La semana pasada presenté un análisis de indicadores oportunos, concluía que todo apunta a que la economía mexicana seguirá creciendo, pero a tasas moderadas superiores a 2%, pero menores a 3%. No se ve en los datos un cambio en la tendencia que apunta a un mayor crecimiento. 

Leyendo la prensa, durante la semana, me llamó la atención que me encontré con varios artículos sobre instituciones que modificaron las expectativas de crecimiento a la baja. De niveles por encima de 3% a niveles de 3%. Uno de los que anunció una baja en la previsión del crecimiento fue el FMI.

Este fenómeno de modificar a la baja las perspectivas de crecimiento nos dice mucho sobre lo que está pasando con la economía de México. También influye en las percepciones de los agentes económicos.

Un primer ángulo de análisis sobre estas bajas en las expectativas de crecimiento es el de la recurrencia. Mi argumento no considera si hay justificación o no para modificar las expectativas de crecimiento.

Lo que simplemente expongo es que en los tres años de la actual administración empezamos cada año con una perspectiva sobre la economía, y la realidad nos acaba mostrando que los pronósticos no eran correctos por un margen significativo.

Este patrón de comportamiento ha reducido la credibilidad de los pronósticos y, por ende, la confianza.

El segundo ángulo tiene que ver con la diferencia en percepciones que se generan por las modificaciones respecto al desempeño de la economía. Pareciera que hay tres versiones sobre México.

La primera versión sobre el país es la del gobierno donde hablan de todos los logros y cómo se está moviendo a México. Esta versión dice que la gente no entiende lo que está pasando, es decir, que el fenómeno del bajo crecimiento es coyuntural porque están las bases para un crecimiento acelerado. En este caso es que el optimismo del pronóstico se justifica y las bajas se explican por coyunturas desfavorables externas.

La segunda versión sobre el país es la que se fundamenta en los números económicos duros. En ellos se ve un desempeño de la economía con crecimiento bajo en 2013. En niveles superiores a 2% para 2014 y, seguramente, para 2015. Por ello, para este grupo lo que mejor explica el pronóstico de crecimiento es un escenario inercial.

Esta versión de México ve que existe dinamismo, pero que es menor al que un país con las características de México debe tener.

Para entender mejor la diferencia entre estas dos versiones de México, parto del siguiente hecho: si como país queremos pasar a tener un PIB per capita superior a 20 mil dólares, lo que se necesita es crecer a tasas mayores a 3.5% durante un periodo largo de tiempo.

El gobierno que defiende la primera versión de país dice que estamos en la vía para ubicarnos en el supuesto anterior y el grupo que piensa de acuerdo con la segunda versión dice que no estamos en la trayectoria para lograr esa convergencia.

Por último, la tercera versión respecto al comportamiento esperado de la economía es que todo está muy mal y como dice un anuncio nos están llevando al “despeñadero”.

Si bien, hay áreas como el Estado de derecho y la corrupción en las que sí se está muy mal, los números no muestran que estemos en crisis.

El tercer ángulo tiene que ver con la referencia. El problema de los números de crecimiento en México no es que sean inaceptables al compararse con otros países.

El problema real es que además de compararnos con los de afuera, nos debemos comparar con lo que nos prometieron. Esa brecha entre las expectativas y la realidad es la que puede dañar.

Nos dijeron que un crecimiento ligeramente superior a 2% era malo y que nos llevaría a un crecimiento significativamente mayor. La realidad no lo respalda. Hoy nos dicen que las reformas están cambiando a México, pero los números de 2014 no reflejaron un cambio y el comienzo de 2015 no muestra que esa tendencia vaya a cambiar.

Es decir, estamos en una coyuntura que, aunque se argumente que hay movimiento, si éste no se ve en los números, no vamos a creer. Cada vez estamos en un escenario donde no se van a considerar las expectativas futuras, sino lo que se va a generar es una evaluación del desempeño contra lo prometido. Mientras más pase el tiempo, revertir esto será más difícil.

*Director general del FUNDEF
guillermozamarripa@itam.mx

 

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