David Páramo

Análisis superior

David Páramo

24 May, 2016

Populistas equivocados

El Gobierno de la Ciudad de México con más o menos intensidad, dependiendo del momento político, sigue insistiendo en aumentar el salario mínimo por decreto.

Casi todo les sirve de pretexto como el elevado número de trabajadores que están registrados ante el IMSS con el salario mínimo, el cual en buena medida se explica por una práctica indebida de patrones que no inscriben correctamente a sus trabajadores.

En todo momento he insistido en que un factor mucho más relevante es la estabilidad económica como la que actualmente se tiene, la inflación se encuentra muy cerca de sus mínimos históricos, y el aumento de la productividad que, como señaló ayer mismo el Presidente de la República, mucho tiene que ver con la formalización del empleo. El número de afiliados ante el IMSS está por llegar a dos millones.

Para documentar de una manera tajante el error que comete el Gobierno de la Ciudad de México al buscar aumentos por decreto es hacer una comparación directa entre lo que pasa con el poder adquisitivo en Venezuela y México.

El gobierno populista de Nicolás Maduro aumentó en 2013 el salario mínimo 45%, la inflación fue del 56.2%. Al año siguiente el incremento fue de 64.4% y los precios lo hicieron en 68.5%. Para el año pasado la situación fue mucho más grave, ya que se decretaron aumentos salariales de 97.3%, pero los precios subieron en casi 181%. En lo que va de este año se aumentó el salario mínimo en 56%, el cual ha sido devorado por una inflación del 275 por ciento.

Esta carrera salarios-precios ha sido ganada, como siempre, por la inflación que presenta una de sus caras más tristes con la escasez. A los elevados precios se añade la falta de insumos que, ayer llevó a Femsa a suspender la fabricación de refrescos en el país por falta de azúcar.

Evidentemente, los venezolanos no son más productivos ni están más felices como prometen los populistas que creen en los aumentos por decretos.

En México, la formalización del empleo combinada con la baja inflación no sólo han generado un aumento en el consumo, 4.5% en marzo, informó el Inegi, sino también que se esté recuperando el poder adquisitivo a la tasa más elevada de las últimas tres décadas. Así es como se revierte la caída del poder adquisitivo, no con soluciones tan simplonas como equivocadas.

MAL Y DE MALAS

Durante las administraciones panistas, Grupo Altavista, de Ricardo Orrantia, claramente era un consentido de las licitaciones gubernamentales, especialmente en áreas aduaneras. Tenían un “tino” francamente sospechoso, puesto que no es normal que todo les saliera perfecto.

Durante esta administración comenzaron a perderlo casi todo. Para Orrantia fue una sorpresa que el SAT volviera a licitar el Programa de Integración Tecnológica Aduanera y, peor aún, que quedaran fuera del negocio.

Fuentes vinculadas con el proceso consideran como muy poco viable que la queja que impusieron en contra del fallo que decretó ganador a Kio Networks, encabezada por María Asunción Aramburuzabala, que está asociada con IBM. Se trató de un proceso totalmente transparente.

Sin embargo, ese no ha sido el único de los proyectos fallidos para Grupo Altavista durante la presente administración. En 2010 ganaron la licitación de  la Ventanilla Unica de Comercio Exterior Mexicano. La gestión de Orrantia sobre la VUCEM siempre fue criticada por los usuarios, ya que constantemente registraba problemas como caídas del sistema e intermitencias. Hay quienes consideran que sería relevante analizar si procedería el cobro de daños a esta empresa por la operación.

El contrato finalmente venció y le fue entregado a la alianza de Axtel y Ultrasis que, se asegura, ha incrementado sustancialmente la calidad del servicio.

La búsqueda de un pleito en el que no sólo están involucrados el SAT o la empresa de Aramburuzabala por parte de Orrantia parecería una estrategia equivocada puesto que según parece no sólo tienen pocas posibilidades de ganar desde el punto de vista jurídico sino que, además, podría implicar que no puedan cerrar la caja de Pandora sobre su pasado.

APUESTA

Hay quienes aseguran que el concurso mercantil de ICA es inminente, toda vez de que la emisora ha perdido total y absolutamente la confianza de los acreedores y del público inversionista.

Los representantes de los acreedores no tienen ninguna duda de que el camino menos malo es, sin lugar a dudas, ir a un concurso mercantil que difícilmente podría ser preacordado porque la diferencia es muy grande.

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